Traía su camisa en la mano. Cruzó el límite entre ambos países. Con un objetivo fijo, siguió su camino. Se puso su camisa y avanzó hasta perderse en las calles del Paso Texas. Nunca lo vio la patrulla fronteriza.
Al mismo tiempo, la patrulla fronteriza aseguró en este lugar a ocho personas que cruzaron por el río Bravo. Estaban atrás de una camioneta de la migra. Ellos se arriesgaron para entregarse a las autoridades americanas. Los agentes los tuvieron ahí parados bajo el sol por cerca de 30 minutos, hasta que llegó un vehículo de traslado de personas. Uno a uno fueron subiendo.
Ellos se unen a los 200 centroamericanos indocumentados que, dice Aduanas y Protección Fronteriza, se entregan día a día en los puentes internacionales de esta frontera para tener una oportunidad de reunirse con sus familias en los Estados Unidos. Reina Lolar, Azteca Noticias.