00:00
00:00
Hola, estudiante. Antes de escuchar este episodio, quiero recordarte que mañana, día quince de septiembre, cierran las inscripciones para mis cursos online de español. Tienes toda la información en la página web, Spanish Launch Coach punto com. Ahora te dejo con el episodio, disfruta. Episodio número ciento seis, diez años en Londres, expectativas y realidad de vivir en la ciudad.

Hola, hola, ¿cómo estás? Gracias por estar aquí un episodio más. No tú, pero yo cuando estoy trabajando intento tener mi teléfono móvil lo más lejos posible. De ese modo, no caigo en la tentación de responder a un mensaje en WhatsApp o abrir Instagram. Sin embargo, como trabajo con el ordenador, es fácil caer en otros modos de procrastinación, echar un vistazo a las últimas noticias de un periódico digital, ver un vídeo en YouTube o mi guilty plusher favorito, entrar en Facebook.

Pero antes de continuar contándote qué pasó la última vez que entré en Facebook, déjame hacer un paréntesis, porque una estudiante me dejó hace unos días un comentario que me gustó mucho. Te pongo en contexto, Charlotte es estudiante de mi curso online de nivel intermedio español ágil. El curso tiene más de cincuenta lecciones y en la última, de forma espontánea, algunos estudiantes dejan un comentario dándome feedback sobre el curso y su experiencia. Esto es lo que escribió ella. Y ya está, por fin he llegado al cien por cien del curso y estoy bastante orgullosa, la verdad.

Querido César, muchas gracias por crear este curso y por tus comentarios y respuestas. Este elemento interactivo, también viendo los textos de los otros alumnos y sabiendo que otras personas en distintas partes del mundo estaban haciendo lo mismo que yo, me motivaron a continuar. El curso ha sido exactamente lo que necesitaba, porque me faltaba claridad sobre muchos elementos de la gramática. El formato ha funcionado muy bien para mí. Ver los vídeos siempre fue algo que tuve ganas de hacer y nunca algo que tuve que esforzarme en hacer.

De hecho, los usé como un modo de procrastinación de vez en cuando, en vez de trabajar. Muchísimas gracias por tu comentario, Charlotte. Me encantó saber que a veces usas el curso como método de procrastinación productiva, mucho mejor que Facebook. Si también quieres mejorar tu español con una estructura y te gustaría hacerlo conmigo, puedes inscribirte al curso hasta mañana, día dieciséis de septiembre. Mañana cierran las inscripciones y no abrirán de nuevo hasta el próximo año dos mil veintitrés.

Tienes toda la información sobre el curso en la página web www punto Spanish Language Coach punto com, y en esa misma página web puedes encontrar la transcripción gratuita y las flashcards de vocabulario de este episodio. Y te estaba contando que de vez en cuando uso Facebook para procrastinar un poquito. Cada vez que abro Facebook me entero de algo nuevo sobre alguien que formó parte de mi vida en algún momento, algún conocido. Un compañero de clase de secundaria, una compañera de trabajo de cuando trabajaba en la tienda o alguien con quien estudié en la universidad. Normalmente me entero de tres cosas sobre los conocidos que he ido añadiendo como amigos a mi Facebook a lo largo de los años.

¿Se han casado? Se han comprado una casa o han tenido un hijo? Algunas personas de mi edad ya tienen hasta tres hijos, lo que me fascina, o sea, cómo lo hacen y, sobre todo, de dónde sacan el dinero. El caso es que la semana pasada estaba procrastinando más de lo normal y me puse a revisar publicaciones que yo había hecho hace años en mi muro de Facebook. Algunas me dieron un poco de vergüenza, la verdad, pero eran otros tiempos.

Acabé encontrando una publicación del quince de septiembre de dos mil doce, es decir, de justo hace diez años, ya que hoy es quince de septiembre de dos mil veintidós. En esta publicación yo escribí oficialmente de Erasmus y la acompañaba de un emoji sonriente. La publicación no tuvo mucho éxito, la verdad, unos pocos likes y cuatro comentarios. Para mí, el Erasmus, que por si no lo sabes es un programa de intercambio de estudiantes europeos, era el principio de un nuevo capítulo en mi vida. Me mudé allí pensando que iba a estar solamente los ocho meses de curso y, sin embargo, diez años después continúo aquí, aunque es verdad que volví a España un par de años en dos mil dieciséis.

No puedo creer que ya hayan pasado diez años desde ese día. Recuerdo perfectamente el vuelo hacia Londres. Viajaba con Juan, un compañero de mi universidad en Valencia, que también iba a hacer el Erasmus en Londres. Hablábamos con ilusión de todas las cosas que nos esperaban en ese año, de todos los planes que teníamos y de todo lo que íbamos a aprender. Mis primeros días en Londres también están documentados en Facebook, un paseo en barco por el río Támesis, un picnic en High Park o una foto con el Big Ben.

Todavía estaba en modo turista. Algunas de las personas que estudian español lo hacen porque tienen la intención de vivir un tiempo en un país hispanohablante para trabajar, estudiar o simplemente para tener la experiencia. Bueno, en este episodio mi intención es compartir mis experiencias contigo después de diez años. Voy a contarte todo lo que he aprendido y también, por supuesto, del idioma, qué pasa cuando tienes una inmersión en el idioma que estás aprendiendo a largo plazo. Y puede que lo que te cuente te sorprenda, no lo sé.

Quiero empezar con las expectativas, porque obviamente antes de empezar mi vida aquí, mi primer año aquí, pues yo me me hice muchas ideas en mi cabeza de lo que podría ser, de la clase de gente con la que con la que iba a estar, ¿no? Esa era una de las expectativas que no se cumplió. En mi cabeza yo iba a llegar a Londres y en cuestión de unos días iba a conocer a un montón de ingleses o británicos con los que iba a poder practicar mi inglés. Bueno, pues esto no sucedió hasta mucho después. De hecho, normalmente lo que pasa, especialmente si si vienes a estudiar a una universidad, es que te empiezas a relacionar con la gente que está en la universidad, y en el caso de Londres, pues es un ambiente muy internacional.

Luego ocurre que, a no ser que tu nivel del idioma sea lo suficientemente alto o estés lo suficientemente seguro para relacionarte, pues acabas juntándote de forma intuitiva con la gente que habla tu idioma, y eso es precisamente lo que me pasó. Durante el primer cuatrimestre me relacioné única y exclusivamente con españoles, españoles que estaban en Londres en la misma situación que yo. Así que esa expectativa de mejorar mi inglés los primeros meses, pues no se cumplió exactamente. Obviamente, que mejoró porque estudiaba en la universidad en inglés y hacía clases en inglés, tenía compañeros que con los que solo hablaban inglés, pero no fue los primeros meses no no vi un un cambio radical en el idioma, para nada. Lo que que me di cuenta es es en las cosas que necesitaba mejorar, es decir, cuando yo fui con un nivel intermedio bajo, diría, de inglés, cuando vi de cuando vine aquí, cuando me mudé aquí, me di cuenta de las cosas que necesitaba y que nunca había aprendido, pues con un libro o con o en las clases de inglés, ¿no?

Te pongo como como ejemplo algo que que me pasó y que tardé unas semanas en en darme cuenta de ello. A veces cuando vas a una tienda o conoces a alguien, pues esa persona te dice en inglés your right, ¿no? Your right. Y claro, yo a los pocos días intuí que lo que me estaban preguntando era, ¿ar you all right? ¿Estás bien?

Pero obviamente cuando alguien aquí en este país al menos dice you right, no te está preguntando, no tiene un interés real por saber cómo estás, pero yo pensaba que me estaban preguntando de corazón cómo estaba. Entonces, cada vez que alguien me decía eso, pues yo decía estoy muy bien, muchas gracias. ¿Cómo estás? ¿Cómo estás tú? ¿No?

Y se me quedaba mirando un poco extraño hasta que alguien me dijo, César, realmente es esa pregunta no no no requiere una respuesta. ¿No? Cosas así que tienen que ver con el idioma y que realmente, pues pocas veces se ven en las clases tradicionales de idiomas. Luego, también han habido muchas cosas, ha habido muchas cosas que he aprendido En la experiencia de cambiar de país, para empezar, descubrí emociones que no conocía, que desconocía hasta que me mudé aquí, nunca me había sentido solo, por ejemplo. La soledad es un sentimiento que he tenido que manejar por primera vez desde que estoy en este país, porque obviamente, sobre todo al principio, pues conoces a poca gente y y estás muy lejos de tu casa, y a veces, pues ese sentimiento que es menos frecuente cuando estás rodeado de los tuyos, pues llega y tienes que navegarlo.

También aprendí a cuidar de mismo, porque obviamente hasta que hasta que no me mudé aquí, pues el tema de la alimentación y todo esto todavía era un poco dependiente de de mi madre, porque vivía con ella y, pues no me preocupaba en la cantidad de verduras que comía o no comía y todo esto, y empecé, pues a a cuidarme, a tener más cuidado, a empezar a hacer deporte con más regularidad. Es verdad que era un poco complicado también, porque Londres, para un estudiante supercaro, recuerdo que que durante mi primer año como estudiante hacía la compra en Island, que no es el país, sino es un supermercado donde hay muchos productos congelados especialmente, y es un supermercado de bajo precio. Probablemente ese año comí mucha carne de caballo, porque fue dos mil doce. Si si eres británico o británica, sabes de lo que te estoy hablando, hubo un gran escándalo sobre eso. Pero bueno, aprendí esto, a a cuidarme a cuidarme mejor.

Luego, también te das cuenta de algo muy interesante, y es que tus preocupaciones se multiplican por dos cuando tiene que ver con el país donde vives, cuando vives en un país que no es el tuyo. Es decir, por ejemplo, un el ejemplo más reciente de esto era cuando estalló la pandemia. Yo estaba preocupado por partida doble, estaba preocupado por mi por el país donde vivo, por por las circunstancias desconocidas que iban a venir y también estaba preocupado por mi país, por España. Entonces, a veces cuando pasan este tipo de circunstancias excepcionales te preocupas por partida doble, lo cual no es muy divertido. También he aprendido que diez años después, aunque soy español, obviamente, me siento un poco que no soy ni de aquí ni soy de allí, no soy ni de ni de Inglaterra, porque no me siento inglés ni británico para nada, pero tampoco me siento al cien por cien español.

Y es un sentimiento extraño de, pues de ser el estar un poco desubicado. Cuando estoy en España me siento un poco fuera de lugar y a veces cuando estoy aquí también me siento un poco fuera de lugar, dependiendo de de del contexto. ¿No? Entonces, es un sentimiento también con el que tienes que que aprender y que es muy normal en personas que han vivido durante muchos años en un país que no es el suyo. También he aprendido en una ciudad como Londres especialmente, que es una ciudad muy grande, donde mucha gente llega, pero también mucha gente se va, es muy temporal, pues he aprendido a decir adiós.

Yo he tenido en Londres dos grandes amigas, Vicky, a la que conocí en dos mil trece. Ella llegó también como estudiante de Nueva York, de madre rusa y padre griego, pero nacida en Nueva York, una personalidad increíble, la quiero un montón, aunque no tenemos relación diaria, de vez en cuando hablamos por por Instagram y estas cosas. Ella ahora es mamá, Pero sí, tuvimos una relación y una amistad muy intensa durante un año, el año que duró su curso académico, pero luego tuvo que volver a a Estados Unidos. Y y fue duro, porque era la primera vez que tenía que decir adiós a alguien que iba a cruzar el charco y sabía que probablemente era muy difícil volver a verla en el corto plazo. De hecho, no nos hemos vuelto a ver físicamente desde entonces.

Y también Susan, otra muy buena amiga holandesa, y sucedió lo mismo, ¿no? Estuvimos unos meses viviendo juntos, éramos compañeros de piso, nos hicimos muy amigos, pero ella, pues, volvió a su país y yo me quedé aquí. Entonces, decir adiós creo que ha sido también una de las grandes, uno de los grandes aprendizajes de Londres. Luego también, cosas un poquito menos profundas, pero más prácticas, como darme cuenta de que realmente no llueve tanto en Londres. Yo, honestamente, casi nunca uso paraguas.

Cuando llueve, pues a veces es una una especie de rocío, es una lluvia muy fina que realmente no necesitas paraguas, y es algo que me sorprendió bastante cuando me mudé aquí por primera vez. Y luego también he aprendido a hacer muchas mudanzas porque he vivido en un montón de sitios diferentes en Londres, en el sur, en el norte, en el este, en el oeste, y he aprendido a que es mejor vivir con menos cosas, porque eso facilita mucho las mudanzas, y además eso me ha ayudado también, el hecho de haber cambiado tanto de casa a no apegarme a las cosas físicas, que creo que también es una lección súper, súper valiosa. Cosas que han cambiado desde que me mudé a Londres, bueno, pues tengo tengo, aparte de que ya no puedo comer o ya no quiero comer o elegí dejar de comer carne y pescado y y productos que vienen de animales, así que no puedo comer algo que era mi cosa favorita en Londres, que era el bagel de de. ¿Cómo ¿Cómo se llama la calle? Ay, se me ha olvidado ahora mismo.

Es una calle que está en el este de Londres y venden un bagel muy famoso con carne de ternera desde hace más de cien años y siempre me gustaba ir a ir a comer eso. Con eso ya no lo puedo comer. Y otra cosa que ha cambiado también es que tengo una compañera que apareció en Londres llamada Ansiedad y que de repente, de vez en cuando, aparece. Los primeros años de relación con ella fueron un poco complicados, pero ahora tenemos una una relación mucho mejor, más estable, y nos respetamos. No, ahora me río, pero realmente fue algo, un punto de inflexión en mi vida absolutamente.

Recuerdo perfectamente mi primer ataque de ansiedad comiéndome una pizza con mi ex, y y desde entonces, bueno, pues por una parte, es un poco incómodo, obviamente, tener tener a esta compañera de vida que de vez en cuando aparece, pero al mismo tiempo ha provocado también que o me ha forzado a conocerme mucho mejor, ser un poco más introspectivo y y analizar las situaciones de una forma un poco más profunda y más madura, así que, bueno, no todo es malo y también tengo muchas cosas que que le puedo agradecer. Y ahora hablemos un poco de los idiomas, que ya que es un tema que te interesa seguro, porque claro, después de diez años aquí, cada vez que estoy en España o en otro país, y yo digo, pues no, llevo diez años en Londres, muchas personas me dicen, ah, pues ya, tu inglés, vamos, perfecto, eres bilingüe, ¿no? En inglés. Y mi respuesta siempre es la misma, digo, no, para nada, no soy bilingüe, continúo cometiendo errores, mi acento continúa siendo español. Entonces, esto creo que es mi expectativa, por supuesto, si si hace diez años me hubieras preguntado, te habría dicho, pues, en diez años mi inglés era perfecto y, obviamente, mi inglés es muchísimo más bueno que hace diez años, y no tengo no tengo demasiada dificultad en en hablar y en moverme en cualquier contexto en inglés, pero no es perfecto y y probablemente nunca lo sea, y estoy bien con esto.

También es cierto que hay personas que, pues, por ejemplo, con el tema del acento, que lo hablé hace poco, que son excepcionalmente buenas imitando acentos por diferentes circunstancias, quizás hablas hablan otros idiomas o simplemente tienen esa habilidad. Luego también hay un cierto grado de inseguridad. Yo, aunque menos, sigo siendo una persona insegura en en algunas cosas, y y eso, como sabes, seguro, si si a ti te pasa lo mismo, puede puede, me sale en inglés, how back, me puede retener, ¿no? Tu tu capacidad de de progresar en el idioma o de o de aumentar tu fluidez. Pero la verdad es que estoy en un punto que estoy muy contento, que que no necesito aspirar ni a la perfección ni a que a nadie halague mi inglés o me diga que mi inglés es muy bueno, algo que que buscaba hace tiempo, ahora es como me da igual, o sea, yo hablo inglés para comunicarme y esa esa misión ya está cumplida, puedo comunicarme con cualquier persona en este idioma.

Y además, también el hecho de estar siempre aprendiendo es una cosa bastante interesante, porque es una cosa que me gusta hacer, así que no tengo demasiado problema con eso. Y en general, y ya un poco para para acabar como conclusión, la verdad es que ahora mismo me siento muy bien con Londres, me siento muy bien acogido, muy bien recibido en este país. Como cualquier otra relación, pues la relación con Londres y con el país también tiene sus baches, ¿no? Sus más y sus menos. Ahora es muy bueno, muy muy buena, perdón.

Y si tienes la intención de de probar en otro país, yo desde luego te animo a hacerlo, te lo recomiendo, porque aunque no es un camino de rosas, no todo es perfecto, es una experiencia increíble y en la que aprendes muchísimo. Así que espero que esta pequeña reflexión sobre sobre mis diez años en Londres te haya ayudado, al menos para mejorar tu comprensión del español, que es el objetivo principal de este podcast, quiero avisarte de que la semana que viene no va a haber episodio de este podcast de nivel intermedio, porque ahora mismo tengo muchísimo trabajo con los nuevos estudiantes que se están inscribiendo estos días a Español Ágil, así que no creo que pueda hacer el episodio la semana que viene. Además, mi hermana me está visitando, me va a visitar esta semana, así que quiero pasar tiempo con ella. Si tienes mono de de escuchar podcast en español y no lo has hecho todavía, te recomiendo que escuches el podcast para avanzados, el podcast de Spanish Language Coach para nivel avanzado y, obviamente, va a ser un reto mayor porque hablo mucho más rápido y no está adaptado para un nivel intermedio, pero también puedes usar la transcripción y las flash cards y todo esto, así que te lo recomiendo.

Y nada, nos escuchamos muy pronto. Te mando un abrazo grande. Chao, chao.

Podcast: Intermediate Spanish Podcast
Episode: E106 Diez años en Londres: expectativas y realidad de vivir en la ciudad - Español Intermedio