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Episodio número 40, ¿te domina la cultura de la inmediatez? Hola, soy César, profesor de español. Te doy la bienvenida a Spanish Language Coach, el podcast para estudiantes de español de nivel intermedio. Un podcast para mejorar tu comprensión, escuchar temas que te interesan y además tener la transcripción del audio de forma gratuita. Puedes leer la transcripción en www punto Spanish Languagecoach punto com.

Y si quieres más contenido para estudiantes de nivel intermedio, puedes visitar mi cuenta de Instagram o el canal de YouTube, Spanish Language Coach. En el último vídeo te ayudo a entender cuál es tu nivel de español y explico qué significa ser un estudiante de nivel intermedio y cuáles son las diferencias entre un estudiante B 1 y B 2. Te recomiendo que lo veas ya que te puede dar algunas indicaciones sobre qué hacer para continuar progresando. Si eres oyente de este podcast y te está ayudando a mejorar tu español, te pido por favor que lo recomiendes, que lo compartas con otras personas que aprenden español, y además si escuchas el podcast en iTunes y puedes dejar un pequeño comentario, te lo agradeceré muchísimo. Por último, dar las gracias a las personas que os habéis preocupado por mi salud, estoy mucho mejor, afortunadamente, y los doctores me han dicho que todo está bien, así que estoy muy, muy contento.

Ahora sí, empezamos. 1 de mis primeros trabajos fue en una tienda de teléfonos móviles. Trabajaba como dependiente o vendedor de teléfonos por la mañana y por la tarde estudiaba en la universidad. La tienda se llamaba The Funk House o Card Fone Warehouse en otros países europeos. Si me escuchas desde un país europeo probablemente conozcas esta cadena de tiendas de telefonía.

Si había algo característico de estas tiendas en esos años es que tenían un dispensador de turnos, es decir, cuando llegabas a la tienda lo más probable es que hubiera mucha gente esperando a ser atendida, servida, por 1 de los vendedores. A ser atendida, servida, por 1 de los vendedores, así que tenías que coger un número del dispensador de turnos y esperar a que 1 de los vendedores te llamara. Digo que esto es característico porque normalmente solo las tiendas de alimentación usaban este tipo de sistema. El caso es que el ritmo de trabajo era frenético. En esa época, las compañías de telefonía móvil te regalaban los teléfonos a cambio de un contrato de permanencia, y los clientes cambiaban de modelo de teléfono más frecuentemente que ahora.

Al final del día mis compañeros de trabajo y yo acabábamos agotados, exhaustos, pero la verdad es que a me gustaba el trabajo, siempre había clientes y era imposible aburrirse, las horas pasaban volando. Nunca lo consideré un trabajo pesado o excesivamente estresante, sin embargo, había algo que me molestaba un poco. La parte más negativa de este trabajo era tener que soportar, tener que aguantar la cara de los clientes que estaban esperando. Cada vez que hablaba con un cliente podía estar perfectamente entre 20 y 40 minutos con esa persona, ya que a veces había que firmar contratos, enseñar diferentes modelos, explicar el funcionamiento del teléfono, etcétera. En definitiva, no podía ser un servicio express.

Muchos de los clientes que esperaban tenían cara de impaciencia, resoplaban, esto es resoplar. Movían las piernas de forma nerviosa e incluso en alguna ocasión directamente nos preguntaban, perdona, ¿te queda mucho tiempo con este cliente? O ¿por qué no contratáis a más vendedores? Cuando finalmente les llegaba su turno, yo los recibía con una gran sonrisa en la cara y les decía algo como disculpa la espera, pero necesitamos dar un servicio correcto a cada cliente y toma tiempo. Ahora es tu turno y te voy a ayudar con mucho gusto, con mucho placer.

Eso me aseguraba que el cliente se relajara y pudiéramos empezar a hablar tranquilamente. Te contaba esto porque esa impaciencia que veía en algunos de estos clientes es cada vez más habitual, más frecuente. Yo mismo me veo a veces resoplando y siendo impaciente cuando mi conexión a Internet funciona más lento de lo habitual o cuando el siguiente tren tarda 4 minutos en llegar en lugar de un minuto. Vivimos en la cultura de la inmediatez. El progreso tecnológico nos ayuda a tenerlo casi todo y además a tenerlo ahora.

Nos hemos convertido en niños mimados, esos niños que nunca reciben un no por respuesta y tienen una baja tolerancia a la frustración. ¿Recuerdas ir al videoclub? Esos lugares donde alquilabas películas en VHS y luego en DVD durante un par de días y que después tenías que devolver. Ver una película a la carta a demanda requería un mínimo nivel de esfuerzo. Tenías que ir al videoclub, alquilarla, verla en casa y luego devolverla.

E incluso a veces había una lista de espera si la película era muy famosa y tenías que volver otro día para alquilarla. O si queríamos ver una serie de televisión, teníamos que esperar una semana entera para ver el siguiente episodio. Estábamos emocionados por que llegara ese día y ver cómo continuaba la historia. Hoy en día esa emoción se ha perdido, podemos ver casi cualquier serie en Netflix, HBO u otra plataforma de vídeo bajo demanda y hacer una maratón de episodios, es decir, ver muchos episodios seguidos 1 detrás de otro. No solo podemos hacer maratones de series, además podemos clicar el botón de skip intro o saltar cabecera para consumir directamente el episodio.

Estoy seguro de que la mayoría de centennials o jóvenes de la generación Z no se aprenderán la famosa sintonía que dice so no want to you live was gonna a be this way. Bueno, ya sabes cómo continúa, no voy no voy a cantar mal. La cultura de la inmediatez también ha llegado al amor. Las relaciones personales han encontrado una nueva forma de crearse con aplicaciones como Tinder, donde instalando y usando la app podemos empezar a hablar con potenciales parejas. De esto ya hablamos en el primer episodio.

La aplicación nos da acceso a un gran número de personas de forma rápida, pero no garantiza nada, porque el amor y una relación sólida se trabaja día a día, no es algo de naturaleza inmediata. Otra cosa que caracteriza a la cultura de la inmediatez es que no solo podemos conseguir las cosas de una forma casi inmediata, muy rápidamente, sino que también hay una cantidad grande de opciones. Si no te gustan los primeros 10 minutos de una película, tienes 600 más entre las que elegir. Otro ejemplo, si quieres buscar cualquier tipo de información en Internet, vas a tener 1000 de resultados, 1000 de recursos. A este exceso de información es algo que me estresa.

Hace unos días compré un curso para aprender a gestionar el tiempo, a administrarlo de forma correcta. La experta hablaba de este de este exceso de información y proponía como solución volver a los recursos clásicos. Decía que si alguien tenía interés en la arquitectura, por ejemplo, tener una suscripción a una revista de arquitectura podría ser una solución mucho más efectiva. Las personas que son encargadas del contenido de la revista son profesionales del sector y reciben un salario por seleccionar los artículos que aparecen en ellas. Es una forma de asegurarse consumir contenido de calidad, en lugar de tener una gran cantidad de información en Internet de alta, media o baja calidad.

Este este curso de gestión del tiempo me está resultando fascinante y si estáis interesados quizás pueda hacer un episodio sobre el tema. Y hablando de cursos, como siempre estoy consumiendo contenido sobre el aprendizaje de idiomas y el algoritmo lo sabe, siempre tengo banners con publicidad, con anuncios de cursos de idiomas, y he notado que muchos cursos, especialmente los que enseñan idiomas los niveles iniciales o principiantes, usan las palabras fácil o rápido para atraer a los estudiantes que quizás estén un poco frustrados por su falta de progreso. El marketing sabe que los que estudiamos idiomas también estamos inmersos en la cultura de la inmediatez. Como sabes, estoy creando, haciendo un curso para estudiantes de nivel intermedio, y ya tengo la estructura del curso preparada, cómo van a ser las lecciones en vídeo, la duración, los ejercicios de expresión oral, etcétera. Sin embargo, no tengo ni idea de qué nombre puedo ponerle.

De hecho, te pido ayuda. Si tienes alguna idea sobre un buen nombre para el curso, envíame un correo con tu sugerencia. Mi idea es encontrar un nombre en español o en inglés, y el curso está pensado para las personas que escuchan este podcast. Es por eso que usa temas similares a los que habló en el podcast, pero con una diferencia, en el curso el estudiante será el protagonista. Muchas personas me han dicho que el podcast les ayuda a mejorar su comprensión, a revisar la gramática y a ganar vocabulario.

Sin embargo, soy consciente de que de que cualquier podcast es un recurso limitado. En la guía del estudiante que preparé ya te hablé de que había actividades de producción del idioma o activas y otras de no producción o pasivas. Escuchar un podcast es genial, pero no estás produciendo el idioma. El objetivo del curso es que el estudiante practique el español de forma activa con mi ayuda a través de vídeos. Ahora que ya sabes un poco más del curso, si me quieres ayudar con el nombre y quieres enviarme un un mail con tu propuesta, me harás un gran favor.

Y bueno, que me escuchas ahora mismo y eres estudiante de un idioma, ¿cómo crees que afecta esta cultura de la inmediatez al aprendizaje? ¿Cómo nos afecta cuando aprendemos un idioma? Pues probablemente eres un estudiante de nivel intermedio o avanzado y sabes que las palabras fácil y rápido no se aplican a aprender un idioma. Eso no quiere decir que sea un proceso excesivamente complicado o tedioso, simplemente es un proceso que requiere tiempo. Aprender a disfrutar de ese proceso, de ese camino, es la mejor de las elecciones.

La inmediatez es la antítesis de los resultados sólidos. La inmediatez puede acabar con nuestra motivación y hace que nos sintamos frustrados. La constancia y el esfuerzo y disfrutar del proceso y de los pequeños resultados nos llevan donde queremos estar. Isaac Newton decía, si he hecho descubrimientos valiosos, ha sido por tener más paciencia que cualquier otro talento. Como profesor de español te puedo asegurar que los estudiantes que mejores resultados obtienen no son necesariamente los más jóvenes o los más inteligentes, son los que saben que, como dice la expresión española, es mejor hacer las cosas despacio y con buena letra, y no rápido y mal.

Te deseo una semana magnífica, y te espero aquí la próxima semana. Un abrazo grande.

Podcast: Intermediate Spanish Podcast
Episode: E40 ¿Te domina la cultura de la inmediatez? - Intermediate Spanish