Es probable que tú sientas que en tu país también existe este ambiente polarizado en la política y en la sociedad, o que, por el contrario, no sea así. En todo caso, me parecía interesante hablarte de este tema. Te recuerdo que puedes usar la transcripción gratuita y las flashcards de vocabulario disponibles en mi página web, www punto Spanish Languagecoach punto com. Y también te aviso de que mañana, viernes nueve de junio, cierran las inscripciones para mi curso online de nivel intermedio Español Ágil. Las preguntas que recibo más frecuentemente sobre el curso son, César, ahora no tengo tiempo, si me inscribo lo puedo empezar en otro momento, tengo acceso ilimitado, y las respuestas son sí y sí.
Puedes empezar cuando quieras, hacerlo a tu ritmo, y tienes acceso ilimitado al curso. Tienes toda la información en la página web. Antes de responder a la pregunta de por qué parece que en España solo haya fascistas y comunistas, necesito darte un poco de contexto del momento actual y de la historia política de España. También analizaremos los verdaderos significados del fascismo y el comunismo para ver si la ciudadanía española usa estos términos correctamente. En este momento, el gobierno de la nación está en manos del partido socialista, el PSOE, partido socialista obrero español, en el ala izquierda del espectro político.
Sin embargo, en las elecciones municipales y autonómicas, las que deciden los gobiernos locales y de cada comunidad, arrasó el PP, Partido Popular, en el ala derecha. De la misma forma que un huracán puede arrasar con un pueblo, un partido político puede arrasar en las elecciones si tiene mucho éxito. Acabamos de salir de unas elecciones y ya estamos en campaña electoral otra vez, ya que en julio de este año serán las elecciones generales para decidir el nuevo gobierno de España. Estas elecciones generales iban a ser inicialmente en noviembre, pero el presidente del gobierno decidió adelantarlas unos meses debido a los malos resultados de su partido. Una estrategia que podría hacer reducir la participación, ya que en julio muchas personas están de vacaciones y, presumiblemente, no irán a votar.
La impresión que recibes si te informas con determinados medios de comunicación o hablas con algunas personas, o peor aún lees los comentarios en Internet, en redes sociales, puede ser una de estas dos. La primera impresión que puede recibir es que hay que salvar al país de los fascistas que pueden llegar al gobierno central, y la segunda es que es necesario que ganen los partidos conservadores para salvar al país de los comunistas que van a convertir a España en la nueva Venezuela. Vivimos en un ambiente político tenso, pero ¿es cierto que España es un país de fascistas y comunistas? O como se suelen llamar de forma más casual en España, fachas para los fascistas y rojos para los comunistas. Si respondemos de manera corta a la pregunta, la respuesta es no.
Para empezar, porque España es una monarquía parlamentaria y una democracia liberal. La democracia liberal es una democracia plena, una forma de gobierno en la que hay diversidad de partidos políticos, separación de poderes y está sujeta al estado de derecho. Existe la propiedad privada y la economía es la de mercado, y además se respetan los derechos humanos y los derechos y libertades individuales y colectivas que suelen estar reguladas por la constitución. Te he hablado hasta ahora de dos partidos, el PSOE, partido progresista, y el PP, partido conservador. Estos son los únicos partidos que habían gobernado en España en los últimos cuarenta años hasta esta legislatura.
Antes de esto hubo una dictadura, que duró unos cuarenta años, y un breve periodo de transición pacífica a la democracia. Durante gran parte de estos años de democracia se ha vivido en un bipartidismo de facto en España, entre un setenta u ochenta por ciento de los votos iban a esos dos partidos. Ojo, que sí que existían más partidos, pero lo cierto es que apenas conseguían una representación muy importante a nivel nacional. O sea, que durante estas décadas de democracia, más o menos, habíamos asistido a un partido de tenis en el que jugaban PSOE a la izquierda y PP a la derecha, y se iban pasando la pelota del poder según la voluntad del pueblo. Pero esto ya no es así, aparecieron más jugadores.
La sociedad había evolucionado y se vio reflejado en el panorama político español de manera especial desde dos mil catorce, dos mil quince, más o menos. Los nuevos actores son los siguientes, entre otros. Podemos, que es un partido situado a la izquierda del PSOE, que fue fundado en dos mil catorce, un año después de su fundación consiguió un veinte por ciento de los votos en las elecciones generales nacionales, entró pisando fuerte. Aunque había habido partidos de este signo político, no habían conseguido mucha representación hasta entonces. Ciudadanos que en esas mismas elecciones generales de dos mil quince este partido de centro o liberal conseguía un treinta un trece por ciento de los votos.
Los viejos partidos, como algunos lo llamaban, tuvieron que acostumbrarse a convivir con ellos durante esa legislatura, pero entonces llegaron las siguientes elecciones que se celebraron en dos mil diecinueve y que decidieron el gobierno central actual. ¿Qué pasaría? ¿Se volvería al partido de tenis PSOE PP o se consolidarían los nuevos partidos? Bueno, en dos mil diecinueve, de trescientos cuarenta y nueve diputados en el Congreso, el PSOE ganó ciento veinte y ochenta y ocho el PP, o sea, siguen teniendo la mayor representación. Unidas Podemos, el partido más a la izquierda, consiguió treinta y tres representantes, hizo un pacto con el PSOE y ha estado gobernando con ellos estos cuatro años.
En dos mil diecinueve también irrumpió a nivel nacional un partido a la derecha del PP, que es la tercera fuerza política española con cincuenta y dos diputados, VOX. Este partido defiende políticas similares a la de otros líderes europeos como Víctor Orbán en Hungría, Marine Le Pen en Francia o Giorgia Meloni en Italia. ¿Qué implica esto? Que los partidos que se han repartido el poder históricamente tienen que hacer pactos para poder gobernar. O sea, la izquierda moderada, PSOE, pactó con partidos a su izquierda, y la derecha más moderada, PP, ya ha empezado a pactar en algunos gobiernos autonómicos con Vox, a su derecha.
En resumen, por simplificar, esto ha hecho que la izquierda se haga más de izquierdas y la derecha más de derechas. En un entorno de dos jugadores, en un partido de tenis, PP y PSOE, la irrupción de nuevas fuerzas políticas complicó el juego y crispó el ambiente, polarizó el panorama. Recuerdo cuando el panorama político en España se basaba en el bipartidismo y la gente hablaba de los inconvenientes de que no hubiera más jugadores. Con perspectiva, no sé hasta qué punto ha sido positiva la entrada de nuevas fuerzas políticas. Tanto Podemos como VOX son partidos, en mi opinión, bastante populistas.
En el episodio ciento veintiocho ya hablamos del populismo y vimos que una de sus principales características era buscar un enemigo. Para el partido Podemos, los enemigos son el poderoso, los millonarios, la iglesia y los fachas, los fascistas. Para Vox los enemigos son los inmigrantes, el colectivo LGTBI, los movimientos independentistas y, por supuesto, los rojos. Hay un enemigo común para estos dos partidos, los medios de comunicación, que son críticos con ellos, y no han dudado en señalarlos o censurarlos abiertamente. Cuando hablamos de política en España, de forma informal, hay mucho vocabulario que nunca aparece en los libros.
Por ejemplo, los partidos de derechas llaman a los de izquierdas progres, comunistas y rojos de una manera despectiva. Los partidos de la izquierda ven actitudes fachas en las propuestas de la derecha. Antes de continuar, vamos a hacer un pequeño paréntesis para hablar de dónde viene el término rojo y facha que ya he mencionado varias veces. Tenemos que remontarnos a la Guerra Civil Española de mil novecientos treinta y seis. En la Guerra Civil hubo dos bandos, el bando sublevado o nacional conservador, católico, y el otro bando, compuesto por socialistas, comunistas, anarquistas y la izquierda republicana.
Los primeros serían los fachas y los segundos los rojos. Estamos escuchando mucho estos términos y los partidos no se cortan en emplearlos con bastante frecuencia con sus adversarios políticos. Te pongo dos ejemplos. El propio presidente del gobierno hizo un llamamiento a su partido para parar las actitudes fascistas del PP, Partido Popular. Por su parte, el Partido Popular ha llamado repetidamente socialcomunista al gobierno actual.
Pero, ¿hay fascistas realmente en la política española? ¿Es España un régimen comunista o filocomunista? Para entender esto vamos a ver qué características tienen un régimen fascista o comunista a grandes rasgos. El comunismo lo podemos definir como una ideología política y de organización social, Busca reemplazar la propiedad privada por la propiedad pública. Los medios de producción, fábricas, compañías en general, pasan al poder del estado, que es el que distribuye el trabajo.
Con esto se busca eliminar las clases sociales, o sea, la idea es acabar con el poder burgués de las clases privilegiadas y la explotación del proletariado, de los trabajadores. Se supone que con este régimen hay un acceso igualitario a la educación y un mejor acceso a los productos y servicios indispensables de los ciudadanos. Vamos, que distribuye la riqueza. Sobre el papel puede sonar bien, pero la historia nos ha enseñado que lo cierto es que no es un sistema equitativo. Otro factor importante es que suele haber una distribución de productos y servicios básicos por parte del estado, pero no siempre se cubren las necesidades reales de los ciudadanos.
También este sistema puede hacer que la productividad de las empresas caiga y, por tanto, sea difícil mantener un equilibrio entre la oferta y la demanda, o sea, se produce menos, pero se consume igual. Además, si la producción se centra en productos y servicios básicos, se frena el desarrollo industrial. Y otro factor que hay que tener en cuenta es que tan tanto poder por parte de alguien, del estado en este caso, que es un ente muy complejo, hace que pueda haber abusos por parte del gobierno y que se pueda ver resentida la libertad de expresión. Después de analizar el comunismo, vamos a ver qué es el fascismo. Se trata de una de extrema derecha.
Sus valores se basan en cosas como la patria y la raza, con lo que moviliza a las masas y tiende a oprimir a las minorías. Generalmente, en los gobiernos fascistas hay un líder que trata, por todos los medios, mantener la unidad nacional, y para mantenerla no considera que la violencia sea necesariamente negativa, y la usa como método de control. Este sistema de gobierno, aunque sí que tiende a aplicar ciertas medidas intervencionistas y proteccionistas en el sector económico, no suele hacer grandes reformas en cuanto a la economía, no es lo que más le interesa. Si hablamos de fascismo, seguramente te vendrán a la cabeza de manera inevitable el régimen de Mussolini en Italia y el Tercer Reich en la Alemania de Hitler. La dictadura de Franco en España fue una dictadura más bien nacionalsocialista, según muchos expertos.
No se puede decir que fuera una dictadura fascista cien por cien, pero sí que tristemente compartió puntos en común. En el fascismo hay un antiintelectualismo y se da valor a la acción sobre el pensamiento. Los ciudadanos funcionan como un ejército obediente al líder. Está claro que no podemos decir que España tenga un sistema comunista o fascista, pero a nivel individual, si queremos responder de una manera más detallada a si dentro de la política nacional hay personajes vinculados con el fascismo y el comunismo, debemos analizar algunos casos. Para el conocido juez Baltasar Garzón, el partido a la derecha del PP, Vox, es una extrema derecha que tiene muchos componentes de esa ideología excluyente y fascista.
También explica que no podemos pensar que el fascismo actual es como el que surgió entre la segunda y tercera y tercera década del siglo XX en Italia o Alemania. Y es que para encontrar esta relación entre el fascismo y VOX, te recuerdo, la tercera fuerza política en España, podemos ver el caso de Jorge Buxadé, que fue vicepresidente del partido y actual diputado en el Parlamento Europeo. Este hombre formó parte de la candidatura del partido Falange Española en mil novecientos noventa y cinco, un partido heredero de otro de ideología claramente fascista que se fundó antes de la Guerra Civil española, vamos, un partido fascista. Algo habitual también en este partido es la admiración por algunos políticos que fueron dictadores, como el caso de Primo de Rivera. Este hombre fue un militar español que gobernó como dictador entre mil novecientos veintitrés y mil novecientos treinta.
Creo que es bastante decir que admirar a un dictador es cuanto menos raro, especialmente si este se sentía fascinado por el fascismo italiano y veía a Mussolini como una inspiración. Volvemos al siglo veintiuno. Hace un tiempo, el que era el vicepresidente del partido manifestó lo siguiente sobre este dictador. Yo os lo confieso, que Primo de Rivera, para mí, es uno de los grandes hombres de la historia, un magnífico abogado, un magnífico patriota, un gran ideólogo político, y que se enfrentó, como nos estamos enfrentando todos, a los enemigos de la patria. Vamos a ser sinceros, estudiante, desde el fin de la dictadura de Franco, la derecha radical había sido rechazada por una gran parte de la población española, en algunos casos por una cuestión ideológica real y en otros casos por el recuerdo reciente de los años de dictadura.
Es muy probable que por eso la extrema derecha en la España democrática nunca había tenido representación política real hasta que surgió Vox. Algunas de las ideas que defienden son un retroceso en derechos que se han ido conquistando y pueden poner en riesgo libertades que han tardado décadas en alcanzarse. Y ahora vamos al comunismo, ¿tenemos dirigentes comunistas en España? El partido comunista en España tiene una historia interesante, se opuso al franquismo y vivió en clandestinidad durante décadas. Con la democracia llegó su legalización.
Al poco tiempo se fue fragmentando y acabó siendo parte de diversos conglomerados de izquierdas. El A su vez, Podemos es uno de esos conglomerados de izquierdas en los que el partido comunista español se ha integrado. De hecho, dos de los ministros que pertenecen a Podemos tienen los ministerios de consumo y trabajo, son miembros afiliados en la actualidad al partido comunista de España. ¿Es posible hacer políticas comunistas puras en materia de trabajo y consumo en una economía de mercado, en un país que cuenta con una democracia liberal? No parece que sea posible, pero obviamente han propuesto algunas cosas que sí que suenan bastante comunistas, como una cadena de supermercados pública que ha sido fuertemente criticada.
Además, algunos de estos políticos de la izquierda más a la izquierda han apoyado públicamente gobiernos nada democráticos de extrema izquierda como el de Venezuela. O sea, que sí, existen casos de personas cercanas al fascismo y al comunismo en la política, pero te recuerdo que hay trescientos cuarenta y nueve diputados, y la mayor parte no tiene nada que ver con esas posturas. Entonces, ¿por qué parece que todo está tan polarizado? Por un lado, hemos hablado de nuevas coaliciones en la política, y eso hace que dentro de los propios gobiernos haya un posicionamiento más radical. Pero, ¿es real o es dialéctico?
Dentro de esos bloques, de esas alianzas, de esas coaliciones, parece que parece que también hay rencillas, tensiones. Para que te hagas una idea, la extrema derecha, Vox, llama al partido popular la derechita cobarde, aunque en algunas regiones gobiernan juntos, y el líder del PSOE dijo que si pactaba con Podemos no podría dormir, y ahora gobierna junto a ellos. Vamos, la polarización real dentro de los mismos bloques es más de palabra que de hecho, según demuestran los pactos reales. Lo que no se puede negar es que algunos extremos, que son minoritarios, suelen hacer mucho ruido, y para hacer ese ruido entra en juego el cuarto poder, los medios de comunicación. Es bastante frecuente en muchos países, y España no se queda atrás, que los medios de comunicación no sean precisamente neutrales.
De hecho, algunos de ellos están muy posicionados políticamente. Por el periódico que compra alguien puede saber más o menos cuál puede ser su posicionamiento político general. Si ves los debates políticos o los informativos de determinado canal de televisión o lees cierto periódico, ya sabes que les va a parecer muy bien todo lo que hace el gobierno y terrible lo que hace la oposición o viceversa. Esto era muy habitual en determinados formatos televisivos, los que te comentaba, debates políticos, noticias, pero en los últimos años incluso los programas de entretenimiento hablan de política. La sociedad está hiperpolitizada.
Si antes para informarte sobre política tenías que ver el telediario, ver un programa especial o leer el periódico, ahora tenemos debate político por todos lados. La sociedad española está hiperpolitizada y el ambiente está caldeado. En medio de este panorama destacan las palabras que leí en una entrevista al presidente autonómico de Castilla La Mancha, la tierra del Quijote, que es del PSOE, y dijo algo interesante sobre la situación política actual. Se está jugando a que no haya centros, me parece un error, no se corresponde con la radiografía real de la gente, tenemos sociedades poliédricas. Hay gente que coincide conmigo cuando hago un análisis fiscal o cuando, por ejemplo, hablo del medio ambiente, y gente que, sin embargo, no coincide conmigo cuando hago un planteamiento de convivencia religiosa o de tradición.
¿Qué es esto de una sociedad poliédrica? Piensa en los personajes de tu libro favorito. ¿Son personajes cien por cien estables? ¿Son sencillos o son complejos? Probablemente no son planos, están llenos de contradicciones, son cambiantes, son humanos.
Podemos estar de acuerdo en un planteamiento y no en otro con un partido, tenemos criterio propio y diferentes situaciones vitales que nos pueden hacer cambiar de opinión. Eso es positivo, no somos robots y somos capaces de pensar por nosotros mismos. Es que realmente presuponer que un país piensa en blanco y negro es muy simplista. Te pongo un ejemplo sencillo, ¿somos cien por cien introvertidos o cien por cien extrovertidos? Seguramente no, depende de la cien por cien de izquierda o de derecha?
Seguramente tampoco. Tenemos cien por cien de izquierda o de derecha? Seguramente tampoco, tenemos dimensiones y capas en nuestras preferencias políticas. Existen diferentes perspectivas y puntos de vista en temas específicos, hay una diversidad de opiniones y es muy probable que ninguna opción nos satisfaga totalmente. No podemos vivir la política como si fuera un partido de fútbol, y creo que tenemos que ser más críticos con las fuerzas políticas que apoyamos, no ser dogmáticos, ser críticos con los líderes a los que apoyamos y también ser capaz de ver el buen hacer de los que no hemos votado.
El pensamiento en blanco, negro, bueno, malo, es muy atractivo y es fácil situarse en un lado concreto. Sabes lo que tienes que defender y a quién tienes que atacar, a tu enemigo, pero no es el más sano para la democracia. Es muy sano ser abiertos, críticos, dispuestos a evaluar nuestras creencias en función de la evidencia y el impacto real de las políticas, y sobre todo olvidarnos del nosotros contra ellos. Eso nunca provocó nada bueno. Estudiante, imagino que habrás aprendido algunas palabras relacionadas con la política, Te invito a revisarlas con las flashcards de vocabulario, y espero que te haya gustado el tema de hoy también.
Yo te espero con entusiasmo en el próximo episodio. Un abrazo grande, chao.