Bienvenidos, bienvenidos a un nuevo episodio de nuestro podcast en español para aprender español. Bueno, en en realidad en realidad no, este, este no es un podcast para aprender español, si vosotros si vosotros me entendéis, si vosotros podéis seguir lo que yo digo, pues en realidad en realidad nunca se termina de aprender un idioma, siempre siempre se aprende algo nuevo, incluso yo, que soy nativo, sigo aprendiendo cosas de de mi propio idioma, de mi propia lengua, del español. Este es un podcast para mejorar para mejorar tu español. Tú ya hablas español, pero puedes mejorar un poquito, puedes incrementar tu vocabulario, aprender una nueva estructura gramatical, quizás, mejorar tu comprensión auditiva y además además además pasar un buen rato. Eso es lo más importante, pasar un rato divertido conmigo, un rato ameno, escuchándome a mí, que soy, como es bien sabido por todo el mundo, el profesor más simpático y entretenido de todo de todo el Internet, chicos, de todo de todo el Internet, nadie puede compararse a mí, a mi simpatía natural.
En fin, bienvenidos bienvenidas al podcast español con Juan. Juan, Juan soy yo, por cierto, por si no por si no te habías enterado todavía, Chicos chicos, vamos al grano, vamos al grano, vamos al lío, vamos al lío, siempre me me enrollo como como una yo no sé nada de música, nada, yo yo yo no sé nada de música, nada. Yo yo no toco ningún instrumento ni ni siquiera la guitarra ni siquiera ni siquiera las castañuelas ni siquiera la sambomba, la sambomba la tocó bastante bien de vez en cuando y, por supuestísimo, por supuestísimo, no puedo cantar. No, no puedo cantar. He dicho he dicho por sea, os habéis dado cuenta, ¿no?
Yo sé yo sé que vosotros os habéis dado cuenta porque sois unos chicos muy inteligentes. Bueno, a lo que iba a lo que iba. Yo canto yo canto pero solo en la ducha solo en la ducha YYY eso no cuenta eso no cuenta, eso no cuenta. Canto cuando estoy contento, canto cuando estoy de buen humor, pero digamos que no tengo una voz muy bonita. En el en el colegio, en el colegio, de hecho, recuerdo que el profesor de música tenía la asignatura de música y el tío, que era era muy joven, era muy joven, pero muy religioso y furibundamente, furibundamente anticomunista, todavía todavía lo recuerdo.
Bueno, el tío nos nos intentaba enseñar, nos intentaba enseñar el pobre el pobre hombre nos intentaba enseñar un poco de música. Él él hacía él hacía lo que podía, él hacía lo que podía para meternos en la cabeza un poco de conocimiento musical a nosotros, niñatos maleducados de doce o trece años, que la verdad la verdad es que no nos importaba, perdón, que sí, nos importaba muy poco, nos importaba muy poco la música, la música clásica. Lo único que recuerdo de la lo único que recuerdo de las clases de música es que eran muy aburridas y que Beethoven era sordo, como un era sordo como una tapia. Aparte de eso, no no recuerdo nada más. Era era una asignatura María a la a las asignaturas a las asignaturas fáciles de aprobar, las que no importan nada, las que todo el mundo aprueba sin estudiar, sin hacer nada prácticamente.
En España se llaman Marías, una María. No no no me preguntáis por qué, no me preguntáis por qué, porque no lo sé, pero esa, así es, así es. Las Marías clásicas son la religión, la gimnasia, el dibujo, la música, esas cosas. La música, como digo, era era una María, una una asignatura María. Y, bueno, a lo que iba, que estoy estoy perdiendo el hilo.
Resulta que un año el profe de música nos dijo que quería formar un coro un coro de niños para cantar en la fiesta de fin de curso. El tío nos iba llamando uno a uno y nos iba pidiendo que cantáramos algo, la escala musical, creo. Teníamos que cantar do re mi fa sol y y, bueno, nos nos iba llamando a todos uno a uno para que nos acercáramos a su mesa y que y que cantásemos la la escala musical. Nos llamó a todos, a todos los niños de la clase. Cuando me tocó cuando me tocó a mí, cuando fue mi turno, yo fui todo todo nervioso mirando hacia mirando hacia el suelo, muerto muerto de vergüenza, rojo como un tomate, porque a mí me daba mucha vergüenza cantar en público.
Y nada, llegué y empecé a cantar al llegar a la mí al llegar a mí me paró, el tío me paró el tío me paró y me no no no me dejó no me dejó ni terminar. Se dio cuenta, en menos que canta un gallo, en menos que canta un gallo, el tío se dio cuenta de que mi voz era era terrible, era terrible. No me dejó no me dejó pasar de la mí cuando llegué cuando cuando llegué a la mí, me llamó llamó llamó otro niño, yo me quedé fatal, me quedé fatal. Eso es lo que se llama un trauma un trauma de infancia, me quedé traumatizado para toda la vida. Ahí ahí acabó, ahí acabó mi carrera en el mundo de la música.
Y, bueno, al final el tío, el profe, hizo un coro hizo un coro y muchos niños de mi clase estaban en el coro, yo no, yo no, a mí a mí no me había seleccionado el tío YYY, como digo, ya me quedé traumatizado para para toda la vida. Yo como cantante no tenía futuro y y por eso ahora cantar canto poco, canto poco, la verdad, en la ducha, en la ducha o cuando me levanto de buen humor por la mañana, pero eso no cuenta, eso no toda esta introducción es para explicar que, aunque hoy vamos a hablar de música, yo no tengo ni idea de música, pero me gusta, me gusta y sé apreciar una buena voz, eso sí. Y hoy os quería hablar de alguien que tenía una voz fantástica, una voz increíble. Si si si esta mujer si esta mujer, estoy hablando de una mujer, si esta mujer hubiera sido norteamericana o hubiera cantado en inglés, yo yo creo que Qué voz, qué voz. Estoy hablando de Chavela Vargas, Qué voz, qué voz.
Estoy hablando de Chavela Vargas, no sé si no sé si habéis oído si habéis oído hablar de ella, seguramente no, o 0 puede que sí, puede que sí, quién sabe. Yo yo pensaba que que era mexicana, yo pensaba que era mexicana, pero me he enterado me he enterado de que en realidad era de Costa Rica. Lo que pasa es que se mudó muy joven con diecisiete años AAA México y allí y allí pasó el resto el resto de su vida. Al final, ella se sentía mexicana y cuando cuando le recordaban que, en realidad, había nacido en Costa Rica, ella respondía que los mexicanos nacemos donde nos da la chingada gana. La chingada es una palabrota que se usa mucho en México.
Era Chavela Vargas, ¿no? Bueno, esta esta frase, aunque aunque se le atribuye a ella, no sé no sé si si si Chavela realmente la dijo, pero podría ser, podría ser perfectamente, podría ser. Es una es una frase que describe muy bien su carácter, su forma de ser y su personalidad, creo. Entonces, como digo, no sé si habéis oído hablar de de esta cantante, de Chavela Vargas, seguramente no, o puede que sí, quién sabe. No no sé si es muy conocida fuera del mundo hispano como como cantaba el español, no creo que sea muy famosa en otros países, la verdad, pero no estoy seguro, igual la conocés.
Esta mujer alcanzó el éxito en México y en general en España, Hispanoamérica en los años cincuenta y sesenta, pero luego desapareció, desapareció del mundo, del espectáculo y y por eso yo cuando era niño no la conocía, la conocía. La gente de mi generación yo creo que no no la conocíamos. Luego, en los años noventa, tuvo un resurgir. Ya ya era muy mayor, tenía más de setenta años, pero volvió a subirse a los escenarios, grabó nuevos discos y volvió a tener éxito. Un éxito extraordinario tanto en México como en España.
En España casi más que en México, diría yo, en España la gente la quería mucho. Ella fue a España gracias, entre otros, a Pedro Almodóvar, a el director de cine, que supongo que sabéis quién es, y y Pedro Almodóvar usó su voz y algunas de sus canciones para algunas películas suyas. Si os gusta Almodóvar y y habéis visto sus películas, seguramente seguramente habéis escuchado la voz de de Chavela Vargas. Y ahora que caigo ahora que caigo el cantante Joaquín Sabina, que quizás quizás también conozcáis, hizo hizo alguna colaboración con ella. El el tipo de música que cantaba Chavela Vargas era, bueno, pues podemos decir música mexicana, rancheras, corridos, mariachis, también cantaba boleros.
Muchas de estas canciones eran tristísimas, tristísimas y lentas, muy lentas. Por lo menos, a mí a mí de niño me pareciera así. Tristes y lentas, hablaban de amores imposibles, de traiciones, de sufrimiento, de angustia, de vacío existencial, de soledad, de dolor por la pérdida de la persona amada. Son son realmente canciones para cortarse las venas. O sea, vamos a decir las cosas como son, son canciones para llorar, para llorar mucho.
La gente cuando piensa en la música hispanoamericana piensa en Ricky Martin o en Shakira o en música alegre como la salsa o el merengue, pero en la música hispanoamericana hay cosas muy heavy, chicos. Ahora ahora ahora la gente joven habla así, Muy heavy, se dice muy heavy en inglés, o sea, digamos, muy fuerte. En la música hispana hay canciones muy heavy, o sea, muy pasionales, tristísimas, dramáticas, deprimentes, canciones canciones para suicidas, vamos a Como digo, cuando cuando escuchas una canción de este tipo, te dan ganas de cortarte las venas, te te pones a llorar y te dan ganas de pegarte un tiro. Son canciones para llorar, para para desahogarse, ¿no? Para desahogarse.
Claro, yo, de niño, a mí este tipo de canciones no me gustaban, no me gustaban, era era una música con un ritmo que a mí me parecía muy lento, la letra era deprimente y, además, yo yo no la entendía bien, todavía era muy niño. No me interesaba nada de lo que decían las letras de esas canciones tan cursis, tan ñoñas. Total, que me aburría, me aburría mortalmente, me aburría como una osa. Yo yo siempre que en la tele salía una un cantante de boleros o de mariachis apagaba la televisión y ya está. A mí a mí me gustaba Brook Springs, Guns and Rosies, Los Ramones, Red Hot Chili Peppers, Lou Reed, o sea, música alegre, música moderna y en inglés porque porque yo quería aprender inglés.
Además, como he dicho antes, en el caso concreto de Chavela Vargas, cuando yo era niño, ella en España no era muy conocida porque había dejado de cantar, ya ya no cantaba, por eso yo yo no la conocía. Yo no sabía nada de la historia de Chavela, pero pero he estado leyendo un poco y, por lo que parece, esta mujer tuvo una vida muy tumultuosa, muy muy dramática, con muchos problemas personales y corrió un sinfín de aventuras, un sinfín. Como es obvio, un sinfín quiere decir que es que es algo que no tiene fin, que es eterno. O sea, decir un sinfín es como decir muchísimo, ¿no? Una cantidad muy grande.
Y y Chavela Vargas, pues eso, tuvo una vida muy complicada, muy dramática, con muchos problemas personales y corrió un montón de aventuras, un sinfín de aventuras. Ella, al parecer, nació, como digo, en Costa Rica, en una familia, al parecer, muy religiosa, tradicional, conservadora. El problema es que ya de niña ella era muy diferente al resto de su familia, de sus padres, de sus hermanos y y de la gente de la ciudad donde vivía. No era una niña feliz, tuvo tuvo una infancia muy dura, no se sentía querida por sus padres, se sentía rechazada. Decía que que todos todos la veían como una niña rara, una niña rara y y ella de niña se sentía muy sola y esa soledad esa soledad que sentía de niña la acompañó toda su vida, toda su vida se sintió sola.
Nadie me abraza, nadie me toca siquiera, como si les diera horror, nadie me mira ni una mirada franca. Esa es mi niñez, el vacío. Esta frase se atribuye a Chabela y pienso que describe muy bien cómo se sentía ella de niña en su familia y con la gente que la rodeaba de pequeña. Durante la mayor parte de su vida, cuando le preguntaban por su infancia, por su niñez, por por por qué se sentía tan triste y tan rechazada, incluso por sus propios padres, por su propia familia, ella solía decir que, bueno, que era una niña rara, que que todos la veían como una niña rara. No jugaba con muñecas, le gustaba la música, no se comportaba como las otras niñas, pasaba mucho tiempo sola.
Ellas solía decir que, soñadora, que no no encajaba en aquel mundo con aquella gente, ¿no? No tenía nada que ver con ellos. Bueno, lo que pasaba realmente es que, como me imagino que estáis pensando, lo que pasaba lo que pasaba es que simplemente era lesbiana, era homosexual, y y probablemente por eso la rechazaban. Que Chavela Vargas era lesbiana era lo que se llama un secreto a voces, es decir, algo que todo el mundo sabía o daba por descontado, pero de lo que no se hablaba. Era un tema tabú y ella misma no no la reconoció abiertamente hasta muy tarde cuando ya tenía ochenta años.
Total, lo que lo que quería decir es que aunque ella cuando hablaba de su infancia decía que sus padres no la querían porque era una niña rara, lo que quería decir probablemente es que era lesbiana y que por eso la rechazaban. Pero claro, eso en en la que en aquella época era un tabú, era un tabú y no se podía decir abiertamente. El el caso es que sufrió sufrió muchísimo durante su infancia y terminó por dejar Costa Rica y mudarse a México con apenas diecisiete años, porque él no podía más, no podía más, porque era muy infeliz allí. Más que irse, más que irse se escapó, se escapó de una infancia dolorosa donde, como digo, no se sentía querida, de hecho, ella misma dice que cuando se fue a nadie le extrañó que se fuera. Todo el mundo, incluso su madre, lo aceptó como una cosa normal, como si fuese algo esperado, como si fuese algo inevitable tenía que pasar más tarde o más temprano.
Yo yo he oído hablar de este tipo de este tipo de de personas que ya desde que son niños se sienten diferentes, que que no encajan, que no tienen nada que ver con su familia, con la gente del pueblo, que no les interesa llevar la vida que lleva todo el mundo, encontrar un trabajo, casarse, tener hijos. Ese mundo, algunas personas ya desde niños, pues, como que se les queda pequeño. Ellos sienten que ese mundo no es su mundo, que es que ellos son diferentes y y la gente como no los entiende, pues los percibe como raros, como locos. Pedro Almodóvar, por cierto, del que del que hablaba antes también también se sentía así de niño cuando cuando vivía en su pequeño pueblo en Castilla la Mancha. Él dice que que se veía como como un marciano, como como un extraterrestre viviendo allí y él también él también, en cuanto pudo, se fue.
Se largó a Madrid a estudiar cine y a hacer películas y eso fue lo que le pasó también a a Chavela Vargas, que en cuanto pudo se escapó, se fue a México, como la cosa más normal del mundo y a todo el mundo le pareció bien, porque allí, la ciudad donde había nacido nadie, no tenía nada que hacer. El caso es que llegó a México con una mano delante y otra detrás, como suele decirse, es decir, sin nada. Esta expresión de ir con una mano delante y detrás detrás es una imagen, una metáfora, para decir que alguien no tiene absolutamente nada, que que va como si estuviera desnudo, como si no como si no llevara ropa y tuviera que cubrirse el cuerpo con las manos, con una mano delante y con otra mano detrás. Pues eso, Chavela Vargas, con diecisiete años, llegó a México desde Costa Rica con una mano delante y otra detrás, y y allí se quedó. Y empezó de la nada, como no tenía dinero tuvo que empezar de la nada, desde cero se puso a trabajar de criada, limpiando las casas de la gente rica, digamos, y luego hizo un montón de trabajos así para sobrevivir, trabajó en una tienda de ropa para niños, en la cocina de un restaurante, hizo de chofer para una mujer muy rica y muy guapa, en fin, tuvo que hacer trabajos de este tipo para sobrevivir.
Pero ella ella dice que siempre, siempre supo que siempre supo que algún día le llegaría la fama. Ella estaba convencida, estaba estaba segura de que algún día tendría éxito en el mundo de la canción. Tenía la total certeza de que más tarde o más temprano alguien la descubriría, que alguien se daría cuenta de que tenía una voz maravillosa. Y así fue, así fue, empezó a cantar en cantinas, en bares y y poco a poco fue haciéndose conocida en ese ambiente, en el ambiente de la música ranchera, de los corridos, los mariachis. El éxito le llegó finalmente gracias al cantautor mexicano José Alfredo Jiménez Sandoval, que era conocido como el rey, el rey.
El Elvis Presley era el rey del rock y este señor, José Alfredo, era el rey de los corridos mexicanos y de y de la canción Ranchera. Él era un él era un mito en México. José Alfredo había compuesto un muchos de los grandes éxitos de la música mexicana y cuando conoció a Chavela, cuando conoció a Chavela se enamoró se enamoró de su voz, se enamoró de su voz y de su forma de cantar, de su forma de interpretar, y se empeñó se empeñó en que ella era la que tenía que cantar sus canciones, ella era la que tenía que cantar sus canciones. Y y fue así que Chavela Vargas se hizo muy se hizo muy popular en todo México, gracias gracias a José Alfredo, gracias a que cantaba sus canciones, las canciones del rey y gracias AAA su influencia en el mundo de la música. Este hombre, claro, era alguien muy estimado muy estimado en México.
José Alfredo fue una gran influencia para ella, tanto a nivel profesional como personal. Los dos se hicieron muy amigos, pasaban mucho tiempo juntos, salían de juerga, se emborrachaban y y ese fue el problema, ese fue el problema, se emborrachaban. Bebían bebían mucho o 0, como dicen en México, tomaban mucho. De hecho, José Alfredo, el rey, murió muy joven con cuarenta y siete años con cuarenta y siete años a causa del alcohol. Chavela no murió, Chavela no murió, pero se convirtió en alcohólica, Bebía todo el tiempo, incluso para subir al escenario tenía que tenía que beber antes, decía que tenía que tomar antes de cantar.
Su vida así poco a poco se fue deteriorando, bebía tanto que llegó un punto llegó un punto en el que no no pudo seguir cantando, no podía seguir actuando. Al final dejó los escenarios y desapareció, desapareció totalmente del mundo de la música, lo dejó todo para irse a beber, Se se entregó completamente al alcohol y y estuvo así, desaparecida, viviendo prácticamente en la calle arruinada, sin nada durante más de de más más de una década, viviendo viviendo casi en la miseria, perdida y borracha. Dejó de cantar y se dedicó a tomar. Yo no conozco no conozco en detalle su vida, pero creo que fue una persona que sufrió mucho, que tuvo muchas muchas experiencias muy dolorosas, que tuvo que soportar una una gran una gran soledad. Pienso que la la crueldad la crueldad de no sentirse querida por sus padres de niña la acompañó toda su vida.
Pero creo que también vivió con mucha pasión y que entre todo ese dolor tú supo supo disfrutar de todo lo que de todo lo que le ofreció la vida y del y del amor también. Hoy en día se habla mucho de de la homosexualidad de de Chavela Vargas y, de hecho, se ha convertido realidad, que hay que tener en cuenta que en aquellos años ser lesbiana en México no debía de no debía de ser fácil. La gente la criticaba mucho por su aspecto masculino, por la forma en la que se vestía. Al parecer, incluso le gritaban y le decían cosas feas cuando iba por la calle, pero, a pesar de todo, ella continuó siendo como era y haciendo lo que le daba la gana a pesar de todos los ataques que que recibía. Ella, digamos que durante su vida fue una mujer libre, hizo lo que quiso, hacía lo que quería, hizo siempre lo que le dio la gana.
Era una mujer valiente que vivía su vida de la forma que ella quería, pero nunca reconoció abiertamente su su homosexualidad hasta, como digo, ya casi casi al final de su vida. Pero, de todas formas, era algo obvio, era algo muy obvio, pienso, era era un secreto a voces, se vestía de una forma muy masculina, llevaba el pelo llevaba llevaba pistola, sabía disparar sabía disparar y durante un tiempo llevaba una pistola para protegerse. Era era era lesbiana en una época, los años cincuenta y sesenta, en la que la homosexualidad no se toleraba, la gente la criticaba mucho por su aspecto, la rechazaban y probablemente se sentía amenazada, me imagino me imagino que tenían miedo de que la atacaran. Además, como como cantaba canciones que tradicionalmente cantaban los hombres y las cantaba en cantinas y en bares, donde había muchos borrachos y y gente de mal vivir, digamos. En fin, era era era un mundo de hombres, de de hombres muy machos, de hombres muy machos y, claro, me imagino que tuvo que hacerse muy dura para sobrevivir en ese mundo.
Muchos muchos la querían muchos la querían, pero al parecer también había otros que la odiaban porque desafiaba desafiaba los valores tradicionales, se ponía pantalones, llevaba ponchos, llevaba ponchos, la llamaban la la dama del poncho rojo, la dama del poncho rojo, porque solía ir con un poncho rojo. El el poncho es una es es una una prenda tradicional de de de los indios americanos, ¿no? Y además bebía tequila, bebía tequila y fumaba cigarros mientras cantaba canciones de amor. Canciones que, por cierto, por cierto, habían habían sido escritas, habían sido escritas para hombres y se dirigían a mujeres, o sea, era un hombre que estaba enamorado o que quería enamorar a una mujer. Normalmente, las mujeres que cantaban esas canciones cambiaban los pronombres, en lugar de decir, por ejemplo, la quiero, decían lo quiero, pero ella, Chabela, se negaba se negaba a cambiar los pronombres de las canciones y las cantaba como las de ser del agrado de algunas personas, me imagino, pero no debía de ser del agrado de algunas personas, me imagino.
Pero ella, como digo, siempre hacía lo que le daba la gana, era una mujer rebelde y aunque aunque nunca se declaró abiertamente como lesbiana hasta que ya era muy mayor, ni nunca abanderó ni fue una defensora, digamos, de este movimiento, del movimiento por los derechos de los homosexuales, en su vida se comportó siempre con libertad. Se enamoró de quien quiso y vivió como quiso, al al margen al margen muchas veces de la moralidad y de las costumbres de la época. En eso hay que reconocerle que fue una pionera. Ahora ahora que caigo ahora que caigo, por cierto, ahora ahora recuerdo que, al parecer, Chavela Vargas tuvo una relación con el pintor mexicano Diego Rivera y con su mujer, Frida Kahlo, de los que supongo que habéis oído hablar. La misma Chavela confesó que que Frida, Diego y ella debieron juntos.
En fin, yo yo no soy muy cotilla y no estoy muy enterado de todos estos de todos esos detalles personales de de su vida, pero el caso es que Chavela Vargas Chavela Vargas desapareció de los escenarios porque, al parecer, se convirtió en alcohólica. Bebía tanto que al final dejó de cantar. Yo seguramente no la conocía por eso. En España, cuando yo era niño, ya no cantaba, ya no ya no era conocida y yo no digo, Chavela Vargas estuvo retirada, apartada del mundo del espectáculo durante unos no sé, quince años, hasta que finalmente consiguió dejar el alcohol y decidió volver a cantar YAYA subirse a un escenario de nuevo. Fue de repente, igual que dejó de cantar, un día dejó de beber, dejó dejó de tomar tequila, se se dijo esta va a ser la última copa que me tome y cumplió su palabra, no volvió a beber en toda su vida.
Y y ahí empezó la, digamos, la segunda parte en la vida de Chabela Vargas, su segunda vida, su resurrección. Tras muchos años de ausencia, en mil novecientos noventa y uno volvió a cantar, volvió a subirse a un escenario y a cantar en cabaret, en cantinas y en bares, y poco a poco fue recuperando el tiempo que había perdido, porque resulta que la gente en México no la había olvidado, que todavía se acordaban se acordaban de ella, que la la querían y que estaban, la querían y que estaban estaban locos por el poder escucharla cantar de nuevo. Más tarde le llegó la oportunidad de viajar a Europa. Cuenta Chavela que que esto fue posible gracias, en gran parte, a a la ayuda de algunas personas de España que le dijeron que los españoles la querían mucho, como por ejemplo Pedro Almodóvar, el director de cine del que ya he hablado antes. Total, que ya en los años noventa, cuando Chavela pasaba ya de los setenta años, fue a España, colaboró con Almodóvar en algunas películas, cantó con Sabina, como dije antes, del cantante Joaquín Sabina, que le dedicó un disco, y recibió varios premios y tuvo un éxito total, sobre todo sobre todo entre la gente joven de España.
Yo, entonces, era joven y recuerdo que para mí, para la gente de mi generación, Chabela Vargas fue un descubrimiento, no no la conocíamos, pero la potencia de su voz, su presencia en el escenario, la fuerza tremenda con la que cantaba aquellas canciones que tenían letras bellísimas, nos ponía a todos la piel de gallina. Eran eran canciones antiguas. Algunas yo las conocía, las había escuchado de niño en boca de otros cantantes y, decía antes, nunca me habían llamado la atención, me aburrían. Pero, chicos, cuando cuando Chabela cuando Chabela las cantaba, aquellas canciones tenían mucha más fuerza, te te hacían llorar, te hacían llorar amares, se te ponía se te ponía un nudo en la garganta, terminabas llorando sin poder sin poderlo remediar. Y aún hoy en día, cuando escucho una canción de Chabela Vargas, se sigue se se me sigue poniendo la la la la carne la la carne de gallina.
Es una cosa increíble y y lloro lloro lloro como como una Magdalena. Todo lo que todo lo que ella había sufrido, las experiencias tan duras que había vivido, la soledad que sentía y que no que no la abandonó nunca, fueron forjando su carácter, su personalidad. Tuvo que hacerse muy dura para sobrevivir y eso se refleja en la forma en la que canta. Cuando Chavela canta, transmite unas sensaciones tan fuertes que te llega te llega a a donde no no te llegan otros cantantes, porque canta como si como si le doliera el alma. Dicen los que la conocieron que el único lugar donde ella era feliz era el escenario.
Por eso por eso quizás transmitía sus sentimientos con tanta fuerza. En mi opinión, si alguien escucha si alguien escucha las canciones de Chabella Vargas y no llora es porque no tiene corazón. No tiene corazón o porque está sordo, porque está sordo, sino sino no tiene no tiene explicación. No importa si no sabes español, las canciones de Chabela Vargas se entienden, aunque no sepas español, da igual, te emocionan igual. Yo cuando cuando trabajaba en la universidad, a veces ponía en clase una canción de Chavela Vargas para repasar el subjuntivo.
Es es es una canción que está llena de de ejemplos de ejemplos de del subjuntivo para para expresar deseos. Y la mayoría de los chicos que eran, claro, ingleses, se quedaban maravillados escuchando aquella voz, aquel torrente de voz y la mayoría no entendían nada, pienso. Las las canciones en otro idioma son muy difíciles de entender, pero daba igual daba igual la les emocionaba igual y aunque tuvieran dieciocho o diecinueve años y y no entendieran ni papa, no entendieran ni papa de español, terminaban todos con los ojos humedecidos a punto a punto de echarse a llorar. La canción de la que estoy hablando es concretamente que te vaya bonito, que te vaya bonito, no sé si no sé si la habéis escuchado alguna vez. Fijaos que normalmente decimos que te vaya bien, ojalá te vaya bien.
Cuando expresamos un deseo a amigo, por ejemplo, decimos que te vaya bien, que que todo te vaya estupendamente, que tengas suerte, que lo pases bien, ¿no? Pero la canción dice dice bonito, que te vaya bonito. No dice bien, no dice bien, dice bonito. No estoy seguro de si es una forma de hablar propia de México, No lo creo. Pienso que pienso que simplemente el autor de la canción cambió bien por bonito, para darle un un toque más poético y y bonito es mucho más poético que que bien porque así, al menos en España, así así no habla la gente de de la calle.
Es una forma de hablar es una forma de hablar, digamos, poética, Pero eso hace que la letra de la canción te llegue aún más adentro, al corazón, al alma. Alguien que te dice que te vaya bonito es alguien que te quiere de verdad, es alguien que te ama. A un amigo le puedes decir que le vaya bien, pero que te vaya bonito solo se lo puedes decir a un amante. El autor, el otro de la canción fue José Alfredo, José Alfredo, José Alfredo Jiménez Sandoval, el rey, el rey de las rancheras y los mariachis, de los mariachis, como dijo antes, fue fue él el que el que compuso muchos de los grandes éxitos de la música mexicana y era muy amigo de de Chabela para lo bueno y para lo malo. Que te vaya bonito es una canción cantada por diferentes cantantes mexicanos, pero a mí la versión que más me gusta es la de Chabella, es una es una canción de despedida.
El amante se va, la deja y ella se queda sola, Pero en lugar de de hablar con rencor, en lugar de maldecir a la amante, en lugar de odiarlo, en lugar de jurar venganza, en lugar de mostrar celos, ella lo ama tanto que le desea lo mejor, le desea que le vaya muy bien en la vida, que encuentre el amor de nuevo y que se olvide de ella, que no la recuerde para para que no sufra por ella. Es una canción, os lo juro, es una canción que te pone el vello de punta y, en fin, yo creo que, en fin, no quiero exagerar, no quiero exagerar, pero yo creo que entender la letra de ojalá que te vaya bonito, cantada por Chabela Vargas, es una razón para aprender español, una buenísima razón para aprender español. Ojalá ojalá algún día podáis entender la letra la letra de esta canción porque, chicos, vale la pena. Vale la pena aprender español solo para entender lo que dice Chabela Vargas y espero espero que a vosotros también os vaya bonito. Hasta pronto.
Hasta aquí el episodio de hoy, muchísimas gracias por escuchar hasta el final. Si quieres leer la transcripción de este episodio o de los episodios anteriores de nuestro podcast, visita nuestra página web, 1000 anuant reasons to learn spanish. Allí encontrarás también ejercicios y muchos recursos para aprender español. Hasta pronto.