¿Cómo va la semana? Espero espero que todo vaya bien, espero que espero que estéis contentos, espero que estéis bien y espero que estéis ahí, no sé dónde, quizás en la casa, quizás en el jardín, quizás haciendo la compra, no lo sé. El caso es que me estáis escuchando a mí y yo os lo agradezco, porque hay un montón, un montón de podcast para aprender español, y vosotros habéis elegido ahora, en este momento, escucharme a mí a Español con Juan. Eso es fantástico, eso es fantástico. Muchísimas, muchísimas gracias.
Espero espero no defraudaros, espero que os guste este episodio y espero que, bueno, que os ayude también a pasar un rato un rato entretenido, no pretendo nada más. Si además si además os ayudo a aprender un poquito de español, si aprendáis alguna palabra, alguna expresión, os recuerdo alguna estructura, qué palabra tan fea, qué palabra tan fea, estructura. Pero, bueno, si os recuerdo alguna estructura gramatical que seguramente ya conocéis, porque vosotros tenéis un nivel muy, muy alto de español, no necesitáis aprender mucho más. Pero quizás quizás yo os puedo recordar alguna estructura que tenéis un poquito olvidada, ¿no? Como, por ejemplo, espero que con subjuntivo, espero que todo vaya muy bien.
Pues, muchísimas gracias por estar aquí, muchísimas gracias por escucharme. También muchísimas gracias a todos y todas los que estáis escribiendo reseñas, críticas, reviews en en las plataformas donde escucháis este en Apple Podcast, en Google Podcast. Muchísimas, muchísimas, muchísimas gracias. Os lo agradezco un montón, porque eso está ayudando, eso está ayudando a que este podcast se conozca cada vez más, se conozca cada vez más, porque eso es importante, tenemos que llegar a más gente, tenemos que llegar a más gente, que haya que haya más amigos de Juan, de español con Juan, porque si no, si no es muy solitario, ¿no? Si no es muy solitario, la vida hay que vivirla en comunidad, hay que vivirla con otras personas.
Me estoy enrollando como una persiana, me estoy enrollando ya desde el principio y yo no quería hacer esto. Quería dar las gracias también a los
chicos y chicas de Patreon,
gracias a ellos, pues, claro, puedo continuar haciendo todas estas cosas. El podcast, el el el los vídeos, en fin, todo todo lo que todo lo que hago en Internet, que no sé, no sé si es mucho, no sé si es poco, pero es lo que hago, es lo que es lo que es lo que sé hacer. Chicos, quería hablaros de algo, hoy quería hablaros de algo muy, muy, muy, muy interesante para mí. Para mí es interesante, no sé para vosotros. Cuando yo vivía en España, cuando yo vivía en España, era joven, yo era joven y guapo, alto, atlético.
No no no iba al gimnasio porque no necesitaba ir al gimnasio. Yo era yo yo era guapo así natural, tenía un cabello negro, una melena, una melena fantástica. Todas todas todas las chicas me decían, Juan, qué qué pelo tan bonito tienes. De hecho, una vez el peluquero me dijo, qué qué pelo qué pelo tan bonito, qué pelo tan bueno, tiene una calidad especial, da gusto cortarlo, me dijo, el peluquero me dijo una vez que daba que daba gusto, daba dar gusto, dar gusto significa que que tienes placer en hacer algo, ¿no? Que, entonces, el peluquero me dijo que le daba gusto, que era un gusto cortarme el pelo porque mi mi cabello tenía una una textura especial.
No, yo no sé, yo no sé lo que quería decir el tío, yo no sé lo que quería decir, pero eso me dijo y a mí me gustó mucho. Y yo se lo dije, claro, se lo dije a todos mis amigos, para darles envidia, para darles envidia, para que se pusieran verdes de envidia les dije que mi peluquero que mi peluquero me había dicho que tenía un pelo especial con una textura particular, y ellos, claro, ellos se murieron de envidia. Pero eso hace muchos años, hace muchos
años, ya no tengo el pelo así.
Pero recuerdo que en aquellos años yo tengo el pelo así. Pero recuerdo que en aquellos años yo escuchaba un programa de radio. Era una tertulia, en España hay muchas tertulias, ¿no? Una tertulia. Una tertulia es hablar, hablar de algún tema, ¿no?
Hablar de algún tema. Las tertulias, normalmente, son literarias, ¿no? La los grandes escritores, los intelectuales, los poetas, los directores de película, de cine, los directores de películas, sí, los la gente que hace películas, todo este mundo de intelectuales y de gente importante, los periodistas, pues, en España tradicionalmente tenían, yo creo que ya es algo que no se hace, pero antes sí se hacía mucho ir a una tertulia. Los cafés, en los en España, en en ciudades como Madrid, Barcelona, en en en Granada también. En cada ciudad había al menos uno o dos cafés.
Este tipo de cafés muy bonitos, con con muchas mesas de madera, en fin, muy muy tradicionales, ¿no? Y entonces los intelectuales iban allí y se sentaban y pasaban horas y horas y horas con un café, un café, un vaso de agua o algo así, ¿no? Porque esta gente era muy pobre normalmente, no tenía mucho dinero. Entonces, iban a la tertulia, al café, iban a la tertulia, y se sentaban allí con un café, y pasaban horas y horas bebiendo un cafelito, y hablando hablando de de cosas importantes, de la metáfora. Por ejemplo, hablando de la metáfora, los escritores se pasaban en la vida, hablando de por ejemplo, hablando de la metáfora, los escritores sí pasamos la vida, hablando de la metáfora, las figuras literarias en Rubén Darío, por ejemplo, o 0 no sé, la poesía, la poesía de Borges, en fin, o el principio, las primeras líneas de Cien años de soledad, de García Márquez, y podían pasarse horas y horas, ¿no?
En una tertulia literaria, bueno. Y ahora lo que hay en España son tertulias en la televisión y en la radio, claro. Y son tertulias, pues, que le no tienen nada que ver. Solamente el nombre, el nombre, el nombre, sí. Se llaman tertulias porque hay unos tertulianos, ¿vale?
Las personas que participan son tertulianos. Y yo en esas tertulias, cuando yo vivía en España, yo aprendí mucho, yo aprendí mucho de esas tertulias. Yo he aprendido mucho en la escuela de mis profesores y también escuchando la radio y la televisión, sobre todo la radio. ¿Por qué? Pues porque ahora no tengo tiempo de exponerme a explicarlo todo, pero mi familia no era una familia con mucho dinero, ¿no?
Y en mi casa no había muchos libros. Mi familia no no tenía no eran personas mayores y eran otros tiempos y mis mis padres, mis tíos, pues, habían trabajado siempre y entonces ellos tenían una cultura muy básica, muy limitada. Algunas personas de mi familia ni siquiera sabían leer, o sea, bueno, sabían leer pero muy mal, ¿sabes? Muy poquito. Y escribir también muy mal.
Eran prácticamente analfabetos. Y y claro, yo me me eduqué, me crié en ese ambiente, no todos, no todos eran así, pero muchos eran así. Muchas personas de mi familia eran así. Y entonces, claro, era era muy limitado, ¿no? Era muy limitado para un niño crecer en ese ambiente.
Pero gracias a Dios, gracias a Dios, yo era de otra generación, yo era de otra generación. Y entonces, claro, porque mis padres y mis abuelos y mis tíos y mis primos, pues, ellos habían conocido una España mucho más pobre que la que conocí yo. Ellos vivieron la posguerra, vivieron el hambre, vivieron todas todas las penurias y todas todas las tristezas y toda esa vida tan dura, ¿no? De los años cuarenta, los años cincuenta, donde la gente tenía hambre, tenía hambre, la gente pasaba hambre, ¿no? Los años cuarenta y cincuenta en España fueron fueron muy duros, ¿no?
Y y la gente no iba a la escuela, la gente tenía que ponerse a trabajar. Los niños empezaban a trabajar desde, bueno, desde desde muy temprano, desde que eran niños, desde que eran niños pequeños, ¿no? Mi yo qué sé, mi madre, por ejemplo, pues estudió poquísimo, muy poco. La pobre no no, no vivió unos años muy duros. Lo que quiero decir es que, bueno, yo me yo me eduqué, yo me crié, yo yo nací en ese en ese ambiente, pero gracias gracias a la escuela, gracias a la escuela, pues yo fui diferente.
Pero no no no gracias a lo que estudié, un poco también, pero no no exactamente lo que yo estudié, sino el hecho de que yo podía ver en la escuela otras personas diferentes, los profesores. Los profesores para mí eran modelos diferentes, porque eran gente mayor, ¿vale? Como mis padres, como mis tíos, pero hablaban de cosas interesantes, hablaban de historia, hablaban de política, hablaban hablaban de geografía, contaban anécdotas, sabían idiomas. En fin, me daba me daba un modelo me daba un modelo muy diferente. Yo, claro, yo quería ser como como mis profesores.
Había profesores que me gustaban más y había profesores que me gustaban menos. Pero, por lo menos, yo creo que eso me me cambió mucho la vida. Porque yo recuerdo lo que decían mis profesores, pero no tanto no tanto los conocimientos que me transmitieron, no tanto los las fechas 000 los, no sé, las batallas y las guerras 00000, no sé, los nombres de los escritores, que yo, sinceramente, para ese tipo de cosas soy muy malo, tengo muy mala memoria y no recuerdo prácticamente nada de lo que de lo que de lo que estudié en la escuela. Lo que sí recuerdo fueron lo que sí recuerdo es lo que decían a nivel personal. Ellos me transmitían la idea de de que había algo más, que no era simplemente trabajar y comer y dormir, ¿no?
Me transmitían la idea de un mundo donde había música, donde había cultura, donde había historia, donde había libros, donde se podía pensar, donde se podían debatir las ideas, donde se podía donde donde se podía reflexionar. Eso me lo transmitían, me transmitían esas ganas de aprender idiomas, de de viajar, de conocer otras culturas. No tanto por lo que lo que ellos me enseñaban de los libros, sino por lo que me por lo que yo veía que ellos eran como personas. No sé si me explico, no sé si me explico. Entonces, eso me salvó, me salvó la vida, ese tipo de profesores me salvó la vida a mí.
Y también me salvó la vida, me salvó la, bueno, entre comillas, ¿vale? Me entendéis, ¿no? Me salvó de no ser una persona como mis padres o como mi familia, de tener de tener otras ambiciones, de tener otro punto de vista sobre la vida, de tener de tener también más educación. Pues, las tertulias en la radio, las tertulias en la radio. Yo a veces le digo esto a mis amigos y me dicen, ¿pero qué dices, tío?
Las tertulias en la radio son una chorrada, son son muy estúpidas, la gente habla de cosas que no sabe, dicen tonterías, son muy comerciales y es verdad, es verdad, es verdad. Las tertulias en la radio o en la televisión de España, a mí me gustaba mucho, pero, hombre, si las si las si las analizas seriamente, pues sí, son muchas veces es gente que habla de todo, de todo, absolutamente de todo, y que no son especialistas de nada. Es gente que, bueno, algunos son periodistas y otros otros ni siquiera son periodistas ni nada. Es gente famosa que se ha hecho famosa, yo no sé por qué, porque son simpáticos o porque me son divertidos. Y, entonces, lo lo los invitan a las tertulias y ellos hablan, comentan la actualidad, comentan la política, comentan los cotilleos, Los cotilleos son cotillear, cotillear es hablar de otras personas, de lo que hacen otras personas, de si un hombre va con una mujer, si una mujer tiene un hijo secreto, ¿entendáis?
¿No? Si si un si alguien tiene un amante, ese tipo de cotilleos, que siempre se ha hecho, siempre se ha hecho toda la vida, pero se puede hacer también ahora en la televisión, en la radio, y claro, entonces, todo eso es, ahora se hace también en YouTube, los cotilleos. Y entonces, bueno, pues, es es es un poco estúpido, ¿no? Me dicen mis amigos, pero hombre, eso es es esas tertulias son tontas. Y tienen razón, tienen razón.
Pero cuando yo vivía en España, los años noventa, los años ochenta, los años noventa, no eran tan estúpidas como ahora, creo. Es decir, no era no era todo sobre cotilleos. Muchas de estas tertulias eran interesantes porque a mí me permitían ver personas diferentes, personas que eran divertidas, que hablaban de cosas que podían ser interesantes, me daban diferentes puntos de vista, me hacían pensar, me hacían pensar, me daban eran modelos, eran modelos, ¿no? Y yo aprendí mucho de esta gente, yo aprendí mucho de esta gente. Una cosa que yo aprendí de esta gente es a interpretar las cosas en en contexto.
Hay interpretar las cosas en contexto, interpretar un poco las cosas con sentido del humor, ¿vale? A no a no interpretar todo al pie de la letra, ¿entendáis esta expresión? Es muy interesante, al pie de la letra. Recuerdo, por ejemplo, recuerdo recuerdo que a mí me impresionó un poco. Una vez yo seguía mucho una tertulia que hacían en la radio todos los días de lunes a viernes, era muy cortita, solo media hora.
Pero me gustaba mucho, porque había unas personas que a mí me me caían muy bien, me caía muy bien. Unos periodistas, escritores que muy diferentes, había gente muy de derechas, muy, bueno, casi casi extrema derecha, y otros que eran de izquierdas. Y pero, bueno, era muy divertida. Y entonces, usaba mucho el sarcasmo, usaba mucho el sarcasmo, usaba usaba mucho la ironía, ¿no? Recuerdo, por ejemplo, que había un escritor, había un escritor que era de extrema derecha, ya muerto.
Este escritor se llamaba Fernando Vizcaíno Casas. Probablemente no ha no no no no no habréis escuchado hablar de él, porque ahora ya nadie habla de este hombre, Fernando Vizcaíno Casas. Pero era era muy famoso los años los años ochenta. Se hizo muy famoso, estaba en todas las tertulias. ¿Por qué?
Pues pues porque defendía defendía a Franco, defendía el régimen de Franco, escribía libros de tipo humorístico, sarcástico, muy irónico, ¿no? Que yo leí dos otros dos o tres libros suyos porque me hacían me hacían reír, me hacían me me hacía mucha gracia. Y era un hombre que criticaba criticaba el el la transición democrática, criticaba lo que había pasado, defendía a Franco, atacaba a los comunistas, todo muy humorístico, muy irónico, ¿no? Uno de sus libros más famosos que publicó en el año setenta y ocho, porque Franco murió en el año setenta y cinco. Y Fernando Vizcaíno Casas, en el año setenta y ocho publicó un libro que se llamaba Y al tercer año resucitó.
Porque él se se refería a Franco, ¿no? Al tercer año resucitó. Y es un libro que cuenta qué pasaría si Franco resucitara, ¿no? A los tres años de haber muerto Y se encontrara con con la España con la España democrática, ¿no? Con todo lo que había pasado después de su muerte.
Y creo creo que ese era el argumento, ya hace mucho que lo leí, creo que ese era el argumento. Era un juego de era un juego de palabras también, porque en la Biblia, en lo en el Nuevo Testamento, se habla de Jesucristo cuando muere y después resucita a los tres días, ¿no? Se dice, a los tres días resucitó. Por eso, el libro de este escritor franquista, de este de este escritor de extrema derecha, se llamaba, y a los tres años resucitó. Y y sus libros eran muy divertidos, a pesar de que era de una ideología muy conservadora, eran muy divertidos y y él también era era divertido, era era divertido escucharlo, ¿no?
No estabas de acuerdo con él, yo no estaba de acuerdo con él, con
lo que decía, ¿no? Por ejemplo, decía que él nunca que él nunca él nunca había querido aprender inglés, ¿no? Yo estaba estudiando inglés y me gustaba mucho el inglés. Y este señor decía, yo no voy a aprender inglés nunca hasta que los ingleses no nos devuelvan Gibraltar. Él decía decía que no quería aprender inglés hasta que Inglaterra no devolviera a España Gibraltar, ¿no?
Sabéis que Gibraltar en el sur de España es un España reclama este territorio, ¿no? A Inglaterra desde desde siempre, ¿no? En fin, entonces uno no sabía muy bien si estaba hablando en serio o estaba hablando en broma. Y recuerdo recuerdo una vez que en esa tertulia donde estaban estos estos periodistas, que a mí me gustaba porque cada uno tenía una ideología diferente, ya os digo, este señor era de extrema derecha, luego había otros de extrema izquierda. Y y cada uno cada uno usaba mucho el sentido del humor, el sarcasmo, ¿no?
Y uno aprendía uno aprendía a no tomarse las cosas demasiado en serio y a interpretar todo con un poco de de sentido del humor, ¿no? Y recuerdo una una vez una vez que me algo que me llamó mucho la atención, y es que recuerdo una vez empezaron diciendo que odiaban odiaban a la gente que aparcaba los coches en doble fila, ¿entendéis? Aparcar un coche en doble fila significa poner el coche, aparcar el coche donde hay otro, hay ya otro delante, y entonces lo tú pones tu coche delante del otro, y y el otro coche no puede salir, no puede salir. Entonces está está encerrado, está bloqueado, está bloqueado. Eso es aparcar en doble fila, ¿no?
Es es ilegal, claro, pero hay gente que lo hace, ¿no? Y entonces estas personas, estos estos periodistas empezaron a decir, ay, esto, la gente que aparca en doble fila fusilados al amanecer, fusilados al amanecer, sin juicio, todos fusilados al amanecer. Claro, yo tenía, yo era muy joven, ¿no? Tenía, no sé, veintidós años, así, veinte años. Y aquello me me pareció un poco fuerte de hablar de fusilar a la gente porque aparcaba en en doble fila.
Pero claro, ese es el tipo de humor que usaban, ¿no? Y claro, yo eso te te empuja a te te lleva te lleva a reflexionar. Claro, no están hablando en serio, están de broma. Están están simplemente expresando su mal humor, su enfado con con con con esta gente, ¿no? Esta con con esta persona.
Claro, están diciendo que hay que fusilarlos al amanecer, pero no es verdad, no es verdad, o sea, es en hay que interpretarlo en contexto, ¿no? Es algo humorístico, ¿no? Entonces, ¿entendáis lo que quiero decir yo? Yo escuchaba mucho estas tertulias, escuchaba también a mis profesores que también usaban este tipo de humor muy a menudo. Y y así aprendí quizá, no sé, así aprendí AAA no interpretar todo al pie de la letra, al pie de la letra.
Es decir, hay que interpretar las cosas en contexto. Hay que saber que a veces se dice algo, se dice una cosa, pero se quiere decir lo contrario. Muchas veces es así, ¿no? El sarcasmo, la ironía, muchas veces se hace eso, ¿no? Yo puedo, por ejemplo, me levanto por la mañana, miro por la ventana y veo que está lloviendo, que hace frío, que que que ha nevado, yo qué sé, muy mal, ¿no?
Y entonces puedo decir, vaya, otro día maravilloso, fantástico, qué vida qué vida tan feliz. Y, claro, lo que quiero decir es lo contrario, quiero decir lo contrario. A mí eso ahora me parece obvio, ¿no? Me parece obvio. Pero, claro, me he dado cuenta, me he dado cuenta de que no es tan obvio para otras personas, no es tan obvio.
Hay gente que, por las razones que sea, no son capaces de interpretar las cosas en contexto. Y y interpretan todo de forma literal, interpretan todo de forma literal. No se dan cuenta de que a veces se dice algo, por ejemplo, cuando se hace una parodia, cuando se hace una sátira, cuando se hace ironía, se se dice algo, pero lo que significa es diferente. No es eso lo que se quiere decir, es es otra cosa, ¿no? Por ejemplo, yo esto, no sé si me estoy explicando, yo esto lo veo muy a menudo en algunos de mis libros, en algunos de mis libros, al final siempre termino hablando de mí.
Lo siento, lo siento. Pero lo lo lo veo en algunos de mis libros. Por ejemplo, yo tengo un libro que se llama Me Voy o me quedo. Es un libro donde yo quería hacer una crítica a a la gente que tiene estereotipos. Todos tenemos estereotipos, ¿no?
Entonces, yo puse yo puse, escribí, escribí esta historia con una serie de personajes. El personaje principal es un chico inglés que tiene muchos estereotipos sobre los españoles, que piensa que los españoles comemos tapas todos los días, que solo bailamos flamenco, que que llegamos tarde a todas partes, que comemos aceitunas y tiramos los huesos de las aceitunas al suelo. En fin, todos estos estereotipos que tenemos, que todo el mundo tiene, sobre otros pueblos, sobre otra gente, ¿no? Entonces, este personaje tenía muchos estereotipos sobre los españoles. Y en el libro también hay otros personajes que tienen otros tipos de estereotipos.
Hay una chica española que tiene estereotipos sobre los ingleses, hay otra chica que tiene estereotipos sobre los extranjeros. En fin, yo puse en cada personaje puse estereotipos sobre otros grupos, sobre otras personas. ¿Cuál era mi objetivo? Mi objetivo era criticar los estereotipos. Hice una parodia, hice una parodia, una parodia para criticar la mentalidad de algunas personas, que a veces pasan, bueno, no de algunas personas.
La mentalidad que todos tenemos era una autocrítica. Es una autocrítica porque la chica del sur de España tiene estereotipos sobre la gente del norte de España. La gente del norte de España tiene estereotipos sobre la gente del sur de España. Los la gente que tiene estereotipos sobre los inmigrantes, los inmigrantes que tiene estereotipos sobre sobre la gente del país donde van. Todo el mundo es culpable, todo el mundo todo el mundo tenemos esto, es inevitable.
Y entonces, este libro era una autocrítica o una crítica de esta de este tipo de de mentalidad de de estos estereotipos, ¿no? A mí me parecía bastante claro que era una parodia, una sátira. Pues resulta que hay gente, hay algunas personas que se lo toman en serio. Hay algunas personas que han escrito críticas o que me han escrito email diciendo que el libro es muy difícil de leer porque está lleno de estereotipos. Pues claro que está lleno de estereotipos, es una crítica a los estereotipos.
Yo es que esto esto yo no yo no sé cómo explicarlo, yo no sé cómo explicarlo. Esto el sentido del humor consiste en eso. El sentido del humor consiste en decir algo que significa lo contrario o que significa una cosa diferente. Se trata de jugar con las palabras, de jugar con las imágenes, de hacer de de de hacer metáforas, en fin, de decir algo inesperado. El sentido del humor es eso, ¿no?
La parodia, la sátira, es parte del sentido del humor y no puedes interpretar las cosas al pie de la letra. No puedes interpretar las cosas al pie de la letra. Porque entonces, no sé, ¿alguien ha escrito también alguien ha escrito también un comentario un poco que me ha dejado un poco un poco traumatizado, si queréis, un poco chocado en otro libro? Donde yo describo yo describo, hablo de mí mismo. Es un personaje que soy yo, en realidad.
Y y digo que, bueno, yo soy una persona tímida y tengo tengo y soy muy inseguro, tengo muchas dudas sobre cómo comportarme con las mujeres, que es un un juego, un poco, es un juego, es un poco verdad, un poco mentira, es una exageración, puede ser, es una exageración para para que sea divertido, ¿no? Y entonces en en esa historia, que es la historia, el libro se llama La historia de del año, pues yo cuento todo lo que me pasa, todo lo que le pasa a este personaje, inseguro, tímido, que no sabe cómo cómo comportarse con las mujeres, que es torpe, torpe con las mujeres, que le preocupa mucho lo que piensen los demás, que le gusta, le gusta cuando los amigos lo lo envidian. Todo eso está escrito de una forma muy, muy inocente, creo, como una autocrítica también. Pero, bueno, no he no he visto nunca en ese personaje ningún problema en ese tipo de historias. Te puede hacer gracia o no, te puede hacer gracia, te puede hacer reír o no te puede hacer reír.
Pero hay gente, hay gente por el amor de Dios, que ha interpretado que yo me estoy riendo de una persona poco inteligente, una casi casi un retrasado mental, que me estoy burlando de alguien que tiene problemas de aprendizaje, de alguien que es retrasado. Es increíble. YYYYY dice que es algo que es muy difícil de leer, que es embarazoso leer ese libro, que hay situaciones en las que me burlo de de la de la gente que tiene problemas. Pero pero pero pero pero yo yo sinceramente me quedo me quedo sin palabras cuando veo este tipo de este tipo de interpretaciones de estas historias, de estos libros que yo escribo. O no sé, es algo es algo que no me entra en la cabeza cómo hay personas que no pueden interpretar las cosas en contexto.
Yo entiendo que todos tenemos puntos de vista diferentes, que todos tenemos opiniones diferentes, pero a veces, a veces pienso que un problema importante que hay es no saber interpretar las cosas en contexto. Es decir, a veces lo que tienes que lo que tienes que mirar no es lo que se dice literalmente, sino la intención con la que se dice, el contexto, por qué se dice. Yo creo que eso es fundamental. ¿Te puede gustar o no te puede gustar el libro? ¿Te puede hacer gracia los chistes que hago, las historias te pueden parecer divertidas o no?
Eso es muy respetable, perfecto. No tengo ningún problema. Lo que me preocupa, bueno, no me preocupa, pero me me pone nervioso y me me enfada y me cabrea YYYY me y me pone de los nervios, es la gente que no interpreta las cosas en contexto. La gente que no ve la intención. Por ejemplo, si vais a Argentina, si vais a Argentina, en Argentina existe un insulto que es boludo.
Che, boludo. Boludo es una palabra que dicen todos los argentinos todo el tiempo. Boludo, boludo, boludo. Boludo, boludo tiene dos significados. Puede ser un insulto si vas con el coche y le dices a una persona, boludo, le estás insultando, porque ha ha ha habido un problema de tráfico y entonces tú te pones nervioso, bajas bajas la ventanilla, bajas la ventanilla del coche y le gritas a la otra persona, boludo, eso es un insulto.
Pero también se usa como una forma cariñosa. En Argentina tú le dices a tu amigo, a tu mejor amigo, le dices, boludo, ¿qué haces? ¿Boludo qué es que que vamos al cine? ¿Boludo vamos a tomar una cerveza? Y y eso es algo cariñoso, eso es algo positivo, eso es algo bueno, ¿entendéis?
Todo depende del contexto, todo depende de cómo se dice, todo depende de la intención. También en Argentina, por ejemplo, y en otros países se dice mis viejos, mi viejo. Viejo significa, bueno, pues una persona vieja, ¿no? ¿Entendáis? Viejo.
Alguien que tiene muchos años. Y se puede decir como un insulto, oye, viejo, viejo, eres un viejo. Eso es un insulto. Pero en Argentina también se usa para hablar de tu padre, mi viejo, y tu madre, mi vieja. No es un insulto, no es hablar mal, es todo lo contrario, es muy cariñoso.
Solo se dice, mi viejo cuando hablas de tu padre, mi vieja cuando hablas de tu madre. No es un insulto, es algo es algo que es algo que que se dice con cariño, con amor. Es la intención lo que tienes que lo que lo que tienes que juzgar, es la intención, ¿vale? Entonces, yo
no sé cómo explicar
esto, pero me pone muy nervioso, me pone muy nervioso, de verdad, que haya gente que no sepa interpretar la ironía o que no sepa ver cuando yo estoy escribiendo un cuando estoy hablando de un personaje que tiene, un cuando estoy hablando de un personaje que tiene problemas para relacionarse con las mujeres y lo estoy exagerando y estoy haciendo una parodia y estoy intentando provocar una sonrisa, Que vean eso como un insulto a las personas que tienen poca inteligencia o a las personas tímidas o a las personas con ansiedad social. ¿Cómo se puede hacer esa interpretación? Es algo que no me cabe en la cabeza. No lo entiendo. Gracias a dios, gracias a dios, la mayoría de la gente, la mayoría de la gente no es así.
La mayoría la mayoría de la gente lo entiende, sabe sabe distinguir, sabe distinguir lo que es lo que es el el el un un una parodia, una sátira, algo dicho de forma irónica. Saben distinguir eso de un insulto. Espero, espero que sea así. No, estoy seguro estoy seguro de que es así porque la mayoría de la gente que escribe sobre lo que yo hago, sobre mis libros y sobre las historias que cuento, normalmente normalmente es gente con sentido del humor, es gente que se ríe, que se lo toma todo. ¿Cómo hay que tomárselo?
¿Cómo hay que tomárselo? Con sentido del humor, ¿no? Hay que hay que distinguir, hay que distinguir cuando es un insulto de cuando es un un un un una parodia o cuando quieres decir algo diferente de lo que estás diciendo, ¿no? En fin, yo qué sé. Hoy hoy tenía esto dentro, tenía esto dentro, de verdad, tenía esto dentro y quería quería quería desahogarme un
algo que de verdad es superior a mí, es superior a mí. Hay dos tipos de personas
que no soporto. La gente que te salta la cola en en en el supermercado, en en en el cine, donde sea. Hay que normalmente cuando vas a un lugar hay que hacer hay que hacer la cola, ¿no? Pues la gente que se salta la cola, la gente que, digamos, sin decir nada tin tin tin tin tin se cuela, ¿no? Eso se llama colarse, ¿no?
Así, mientras tú estás distraído, ¿no? Tú estás hablando con tu amigo y esta persona llega y tin tin tin tin tin y se cuela, ¿vale? Tú no te das cuenta, tú no te das cuenta y se pone delante de ti. Eso, esa persona, esa persona, ese tipo de personas, ese tipo de personas, YYY la gente que no entiende, la gente que no entiende el contexto, la gente que no entiende la intención de las cosas, eso es que me pone, me pone, me pone de los nervios. Bueno chicos, Aquí lo vamos a dejar aquí porque ya esto está siendo muy largo ¿vale?
Espero espero que no os haya asustado hoy porque creo que he hablado muy alto ¿no? He gritado un poco pero es que de verdad es que me apasiono. Hay veces que me apasiono, tío, es que no no no hay hay cosas que me parecen insoportables, de verdad, es es superior es superior a es superior a mí. Es es algo que no no puedo no puedo soportar, de verdad. Pierdo pierdo los nervios, pierdo la paciencia con este tipo de gente.
Bueno, chicos, que nada, que no me que no me enrollo más, que lo dejamos aquí. Que si os apetece, pues nada, nos volvemos a ver. No, no nos vemos, nos escuchamos la próxima semana. Venga, un saludo. Hasta luego.
Hasta aquí el episodio de hoy, muchísimas gracias por escuchar hasta el final. Si quieres leer la transcripción de este episodio o de los episodios anteriores de nuestro podcast visita nuestra página web, 1000 an 1 reasons to learn spanish. Allí encontrarás también ejercicios y muchos recursos para aprender español. Hasta pronto.