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Charlas hispanas, episodio mil ochenta y cuatro, los años bisiestos y algo de historia. Bienvenidos a Charlas Hispanas, el podcast diario de español latinoamericano. Puedes ver la transcripción completa de este audio y acceder a ejercicios y explicaciones para aprender el vocabulario y expresiones que utilizamos en este episodio. Ese contenido solo está disponible para suscriptores premium, forma parte de nuestra comunidad en Charlas Hispanas punto com. Quiúbole familia, muy buen día tengan todos ustedes y muchas gracias por estar otra vez aquí, bien atentos a sus minutos de español traídos por su servidor y amigo, Fredo.

El episodio de hoy es especial, ya que coincide con una fecha significativa para nuestro proyecto de charlas hispanas. Empezamos en un año bisiesto y, sorprendentemente, han pasado casi cuatro años desde que comenzamos a compartir con ustedes historias, experiencias y consejos para mejorar su español. Por ello, en esta ocasión, queremos abordar este tema tan interesante y curioso de nuestro calendario, los años bisiestos. Así que charlaremos un poco sobre qué son y veremos un poco de historia acerca de los calendarios. La historia de los calendarios es tan rica como un buen pozole.

Desde tiempos antiguos, las civilizaciones han buscado formas de medir el tiempo y organizar sus vidas en ciclos. Los primeros calendarios se basaban en los ciclos lunares y solares, y cada cultura tenía su propio enfoque. En un episodio anterior nos enfocamos específicamente en una escultura muy famosa, que a menudo se asocia como un símbolo prehispánico mexicano. Hablamos del Solario mexica, más conocido por la mayoría de las personas como el calendario azteca. Sin embargo, antes de continuar, quiero volver a darles una explicación de la diferencia entre calendario y solario.

Un calendario es un sistema de organización del tiempo que se basa en la división de períodos en unidades, como días, semanas, meses y años. Pueden ser lunares, solares o lunisolares, dependiendo de cómo estén estructurados en relación con los movimientos de la Luna y el Sol. El término solario, en el contexto de los calendarios, es aquel que se basa principalmente en el ciclo de la Tierra alrededor del Sol, para determinar la duración de los años y las estaciones. Los calendarios solares tienden a seguir el año trópico, que es el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita alrededor del Sol y regresar al mismo punto de la eclíptica. Suelen tener trescientos sesenta y cinco días en un año común y agregan un día adicional o días adicionales en años bisiestos para corregir pequeñas discrepancias en la duración del año solar.

Los antiguos egipcios tenían uno de los calendarios más antiguos registrados, que se basaba en las fases de la Luna y las estaciones del año. Consistía en doce meses de treinta días cada uno con cinco días adicionales al final del año. Este calendario tenía una duración de trescientos sesenta y cinco días, pero no contaba con años bisiestos. En la región de Mesopotamia, las civilizaciones como los sumerios y los babilonios tenían calendarios lunisolares. Estos se basaban en ciclos lunares, pero también incorporaban ajustes para sincronizarlos con las estaciones del año.

Se utilizaban tablas astronómicas para predecir eventos celestiales. El calendario utilizado por la cultura hebrea es un calendario lunisolar, que incorpora tanto los ciclos lunares como solares. Este calendario Los romanos tenían varios calendarios, como el calendario romano original, que también se basaba en ciclos lunares. Este calendario tenía diez meses y el año empezaba en marzo. Sin embargo, este calendario fue reformado varias veces antes de la introducción del calendario juliano.

Ahora, hablando un poquito sobre la historia de los calendarios y cómo se crearon en el pasado, la historia moderna de los calendarios occidentales se remonta al calendario juliano, introducido por Julio César en el año cuarenta y cinco antes de Cristo. Este calendario se basaba en el ciclo solar de aproximadamente trescientos sesenta y cinco punto veinticinco días, pero tenía un pequeño problema, se excedía en unos minutos implementó el calendario gregoriano para corregir este desfase. Se estableció que los años bisiestos deberían omitirse en los años finales de cada siglo, a menos que fueran divisibles por cuatrocientos. Así, se evitaba el exceso acumulado y se sincronizaba mejor con el ciclo solar. Ahora sí, después de estas adaptaciones, es momento de ver qué onda con ese día extra que se agregó y el cual vamos a tener este año para obtener un año bisiesto.

Los años bisiestos son una estrategia ingeniosa para mantener nuestros calendarios alineados con las estaciones. La idea tradición de agregar un día extra al año se remonta a los romanos, La tradición de agregar un día extra al año se remonta a los romanos, quienes observaron que, como mencioné antes, el año solar son aproximadamente trescientos sesenta y cinco punto veinticinco días. Así nació la idea de sumar un día adicional cada cuatro años. La explicación es sencilla. Si no tuviéramos años bisiestos, acumularíamos un desfase de aproximadamente un día cada cuatro años.

Imagina que no tuvieras un día extra cada cuatro años. Después de algunas décadas, tu calendario estaría completamente desincronizado con las estaciones. De hecho, también algo curioso, que de pequeño me pregunté, pero nunca pedí una explicación y tampoco me puse a investigar, es por qué febrero es el único mes que tiene veintiocho días y todos los demás meses tienen treinta o treinta y uno. Entonces, chequen esta explicación que encontré. La razón por la que febrero tiene veintiocho días está relacionada con la historia de los calendarios romanos y con algunas decisiones prácticas y simbólicas.

Originalmente, el calendario romano tenía diez meses, comenzando con marzo y terminando con diciembre. Febrero era el último mes del año y tenía una duración de veintiocho días. Este calendario fue creado en los primeros días de Roma y fue atribuido a Rómulo, el legendario fundador de la ciudad. Cuando Julio César introdujo el calendario juliano en el año cuarenta y cinco antes de Cristo, realizó varias reformas significativas. Una de ellas fue la adición de dos nuevos meses, enero y febrero, al principio del año.

Febrero se mantuvo como el último mes en el calendario, pero su duración se ajustó para encajar con la duración total del año. Como dije, la razón por la que febrero tiene veintiocho días está relacionada con la simbología y la práctica. En la antigua Roma se creía que febrero era un mes desafortunado, y estaba asociado con rituales de purificación y expiación. Al tener una duración más corta que otros meses, se consideraba como un período de transición hacia el nuevo año. Además, el número veintiocho ha tenido importancia en varios sistemas de medición del tiempo y calendarios antiguos.

En la antigua Roma, el número veintiocho estaba relacionado con ciclos lunares y otros aspectos simbólicos de la cultura romana. Aunque los motivos exactos detrás de la elección de veintiocho días para febrero no son del todo claros, esta duración ha perdurado a lo largo de los siglos. Así que ahí lo tienen, una combinación de tradición, simbolismo y ajustes prácticos en la historia de los calendarios nos dejó con febrero y sus veintiocho días. Así que el día extra en los años bisiestos se agrega al mes de febrero, lo que lo convierte en el único mes con veintinueve días en lugar de veintiocho. La probabilidad de nacer en un día bisiesto es relativamente baja, ya que solo ocurre una vez cada cuatro años.

De hecho, tenemos una broma para las personas que tuvieron la suerte, o no, de nacer un veintinueve de febrero. Se les dice que ellos cumplen años cada cuatro años. Entonces, cuando alguien te dice que es del veintinueve de febrero, es curioso hacer las cuentas y ver cuántos años bisiestos han pasado para, en realidad, celebrar su cumpleaños. Pues bueno, mi gente, un episodio informativo, ya que prácticamente todas las civilizaciones desarrollaron algún tipo de sistema para medir el tiempo y organizar sus actividades. Cada uno de estos calendarios y los ciclos para que, año tras año, tuviéramos la misma temporada durante los mismos días.

Definitivamente, un trabajo de mucha paciencia de nuestros antepasados. Muchas gracias por acompañarme, y no olviden que si quieren tener acceso a la transcripción completa de este episodio y a explicaciones y ejercicios sobre el vocabulario y las expresiones utilizadas el día de hoy, pueden tener acceso a ellos volviéndose suscriptores premium en nuestra página web, Charlas Hispanas punto com. Yo soy Fredo de México y los espero en nuestro próximo episodio. Cuídense mucho, pásenla chido y nos vemos la próxima. Chao.

Podcast: Charlas Hispanas
Episode: 1084. Los años bisiestos y algo de historia