En esta ocasión vamos a hablar de algo que aquí en Argentina es muy importante, que ocupa gran parte de nuestro tiempo libre y que, según dicen algunos estudios, mejora la vida de todos. Vamos a hablar de los animales domésticos, también llamados animales de compañía, o mascotas. En todos los países, hay familias o personas solas que deciden compartir su vida con un animal de compañía, pero Argentina marcha a la cabeza de rankings de cantidad de mascotas por casa. De hecho, se realizaron varias encuestas que habitante, ya que de cada diez hogares, ocho deciden tener un animalito. La lista de preferencias está encabezada por los perros, con el ochenta y un por ciento de los hogares, seguido por los gatos, con un cincuenta y dos por ciento, y mucho más atrás por las tortugas, con un siete por ciento a pesar de que su tenencia doméstica es ilegal.
Con menos del cinco por ciento de preferencia en los hogares aparecen las aves, los peces y los hámsters. Antes de continuar, expliquemos algo. Las tortugas de tierra crecían de manera natural en algunas regiones, y su población fue bajando drásticamente, a medida que se hizo costumbre, la tenencia de ellas de manera doméstica. Por eso es que desde hace un tiempo están en peligro de extinción, y los proteccionistas que se dedican al cuidado de ellas en su hábitat natural, aclaran que no existen criaderos de tortugas de tierra, de manera que todas las que están en las casas provienen del tráfico ilegal. En Argentina existe una ley que castiga al que case animales silvestres cuya captura o comercialización estén prohibidas.
Por eso es que se insiste en no comprar ni este ni ningún otro animal silvestre, ya que proviene del mercado ilegal. Pero volviendo a los que sí podemos tener en nuestras casas, la cuarentena del año dos mil veinte hizo que tres de cada diez hogares adoptaran uno o más animales. En los momentos de mayor aislamiento, una de las pocas actividades que estaban autorizadas era el paseo diario con un perro, necesario para el animal, y que servía, tal vez, de única posibilidad de estirar las piernas para su dueño. No sé si ustedes tienen animalitos en sus casas, yo les cuento que sí tengo y que hace pocos días pasé un momento de mucha tristeza cuando una de mis gatitas desapareció. Inmediatamente imprimí volantes con su foto, la información de dónde y cuándo se había perdido y un teléfono, y me ocupé de pegarlos en los postes y comercios cercanos a mi domicilio.
Además, lo publiqué en redes sociales, en grupos donde los vecinos publican distintas novedades. También, en otros dedicados exclusivamente a publicar información sobre perros y gatos perdidos y encontrados. Y es que, además de un caso como el mío, sucede muchas veces que una persona ve un animalito por la calle y se da cuenta de que está perdido. Entonces, le saca una foto y lo publica en sitios como este. En muchas ocasiones, su dueño también había publicado su búsqueda y, entonces, enseguida, alguien encuentra la publicación y los conecta.
Mi gatita apareció a los doce días. Aparentemente, se había escondido en una casa cercana, pero lo que quería remarcar es la cantidad de gente desconocida que se ocupó día tras día de republicar mi aviso, llamarme si encontraba una foto parecida o hasta avisarme dónde y cuándo había visto una gatita parecida. Y es que, en Argentina, las comunidades mascoteras, rescatistas o proteccionistas, como les decimos acá, cada vez son más. Los rescatistas se ocupan de retirar animalitos que se encuentran en malas condiciones, a quienes llegan porque alguien los denunció, y hacen colectas a veces para pagar operaciones, medicamentos o hasta pensiones, si no consiguen quien los pueda tener momentáneamente, lo que se los últimos días fueron famosos en la red social x dos casos. El primero es el de una chica cuya casa se había derrumbado por completo en un hecho que salió en las noticias.
Un edificio completo se vino abajo por problemas con una construcción vecina, y, además de perder absolutamente todo lo Rápidamente, lo Rápidamente lo publicó y comenzó a recibir sugerencias de todo tipo, desde que la llame por las noches hasta que haga sobrevolar un dron por encima del edificio destruido con el objeto de ver si se la podía ubicar en medio de los escombros. También apareció gente que se ofreció a acompañarla, le dio dinero para imprimir afiches y la contactó con los bomberos a cargo del rescate. Tan famoso se hizo su caso que los noticieros se hicieron eco, y en radio y televisión Martu pudo pedir a todos que, por favor, la ayudaran a buscar a Agatha, su gatita anaranjada a rayas. Y seis días más tarde los rescatistas la encontraron sana y salva. Como les digo siempre, se festejó como un gol.
Todo el mundo estaba feliz porque Agatha había vuelto con su dueña. Ah, y aclaro, casi nadie le dice dueña acá. A la persona que tiene animalitos, que cuida de ellos y los quiere, hay quienes les dicen la humana o el humano, el tutor o, simplemente, la madre o el padre. Llámennos locos si quieren, pero si tienen uno de estos en sus casas, probablemente lo entiendan. El otro caso que se hizo muy popular es el de un gatito que fue visto en un puente sobre una autopista, en un lugar absolutamente riesgoso.
Muchos podrían haber seguido de largo, pero el hombre que lo vio es un rescatista conocido, y enseguida decidió sacarlo de ese lugar. No fue nada fácil, y para hacerlo contó con la ayuda de la empresa de aguas de la ciudad, que le acercó una grúa para que pudiera acercarse a donde estaba el animalito. Pero nada iba a ser fácil. La primera que llegó se rompió sin poder acercarse, y tuvo que esperar un rato largo para que pudieran enviarle otro vehículo. Todos estos pormenores los fue contando en su cuenta de x, con seguidores que estaban pendientes de la historia en tiempo real.
Finalmente, pudo agarrarlo, lo llevó a su casa y empezó a cuidar de él, dándole comida, bebida y quitándole las pulgas. Pero el cachorrito era demasiado juguetón, y en un momento de distracción se arrojó desde su ventana, perdiéndose nuevamente. Jung, el salvador del gatito, no podía creer su mala suerte y volvió a publicar en redes la mala nueva, pidiendo ayuda nuevamente para volver a encontrar al travieso. Horas más tarde fue ubicado gracias a un desconocido que le oyó gritar en un estacionamiento, y Auza, que así fue bautizado, volvió a casa con Jung. Auza es el nombre de la empresa de aguas, protagonista de la primera parte de la historia.
Por lo tanto, resulta adecuado el homenaje. Sin embargo, Jung es rescatista, y para poder ayudar a otros animalitos cuando sea necesario, es que les busca un hogar, en lugar de quedarse con ellos. Fue así que Auza pasó a llamarse Henry, y hoy vive con una familia que lo ama. Le da todos los gustos y lo cuida bien de que vuelva a escaparse, ya que siempre tiene energía para más travesuras. No podemos terminar la charla de hoy, en la que hablamos de los animales domésticos y su importancia para los argentinos, sin hablar de dos oficios y ocupaciones.
La primera es la de los paseadores de perros, por lo general, jóvenes que tienen su primer empleo paseando varios perritos de un barrio. Colocan carteles ofreciendo sus servicios, y cuando se hacen un nombre, ya es común que alguien que les entregue a su perrito para pasear, si está conforme con el servicio, lo recomiende a otros. El paseador, por lo general, los pasa a buscar, los lleva caminando hasta una plaza y allí los deja descansar residuos, para levantar las heces si los perritos hacen sus necesidades. Por supuesto, siempre debe llevar agua para proveerles y una bolsa de residuos, para levantar las heces si los perritos hacen sus necesidades. Y por último, los cafés con gatos.
Tal como en China, en Buenos Aires se han hecho populares varios bares que tienen gatitos para que quienes van a tomar un café o una merienda puedan interactuar con ellos, tenerlos unos minutos en su regazo o jugar con los más revoltosos. Aunque se debe reservar una mesa previamente, ya que muchas personas juntas podrían poner nerviosos a los animales. Hasta aquí llegamos hoy con la charla. Espero que te haya gustado tanto como a mí. Muchas gracias por acompañarme.
Si quieren tener acceso a la transcripción completa de este episodio y explicaciones y ejercicios sobre el vocabulario y las expresiones utilizadas el día de hoy pueden hacerlo volviéndose suscriptores premium en nuestra página web, Charlas Hispanas punto com. Yo soy Gabriela, de Argentina, y los espero en nuestro próximo episodio. Cuídense mucho y nos vemos la próxima. Adiós.