Forma parte de nuestra comunidad en Charlas Hispanas punto com. Hola, charladores, ¿cómo han estado? Me complace muchísimo saludarlos en un episodio más de nuestro querido podcast. Hoy es un día extraño y particular por varias razones que les compartiré en unos minutos. Nada grave, no se preocupen.
Quizás aquellos amantes del fútbol que nos acompañan hoy podrán entender un poco la situación, pues hoy charlaremos sobre la Copa América. Si te gusta el fútbol o simplemente te gusta mantenerte informado sobre las noticias más relevantes alrededor del mundo, muy probablemente te enteraste sobre el tradicional torneo de fútbol que se llevó a cabo en los Estados Unidos y que terminó hace tan solo un par de semanas. Bueno, pues te habrás enterado de que la selección argentina se coronó campeona en un partido sumamente intenso con la selección Colombia. Fue un encuentro digno de una gran final. Felicitaciones, Argentina, y un gran saludo a nuestra amiga Gabriela, que debe estar celebrando el decimosexto título de su país en esta competición.
Mis aplausos para nuestros amigos argentinos. Desde luego, me dio algo de tristeza ver perder a mi equipo en los últimos minutos de adición de aquel encuentro, pero estoy orgulloso de lo que consiguieron. Un subcampeonato en un torneo en el que se dejó en el camino a equipos de gran talla, como Uruguay y Brasil. Los colombianos se jugaron una excelente copa y dejaron en alto el nombre de nuestro país. Sí, perdieron la final uno cero, pero se despidieron con la frente en alto, o como también se dice por ahí, con las botas bien puestas.
Eso significa que jugaron con determinación, con valentía, con mucho valor y mucha garra. En otras palabras, lucharon hasta el final. Es por ello, queridos amigos, que hoy quiero aprovechar para charlar sobre la Copa América y su historia. La Copa América, el torneo de fútbol más antiguo de selecciones nacionales en el mundo, tiene sus raíces en la pasión y la rivalidad del fútbol suramericano. Desde su inauguración en mil novecientos dieciséis hasta la actualidad, este campeonato ha sido testigo de momentos históricos, grandes jugadores y una evolución constante en su formato y organización.
La idea de un torneo continental entre selecciones suramericanas comenzó a tomar forma a finales del siglo diecinueve. En mil novecientos diez, se propuso la Copa Centenario de la Independencia para conmemorar el centenario de la independencia de varios países suramericanos. Aunque este torneo no se concretó, sentó las bases para la creación de la Copa América. Finalmente, en mil novecientos dieciséis se organizó el primer campeonato suramericano de fútbol en Argentina. Participaron cuatro equipos, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.
Uruguay se consagró como el primer campeón al vencer a Argentina en la final. A lo largo de las primeras décadas, el torneo se disputó de manera intermitente y con variaciones en el número de participantes. En la década de mil novecientos veinte, la Copa América comenzó a consolidarse como el torneo de fútbol sudamericano. Uruguay y Argentina emergieron como las primeras potencias dominantes con múltiples títulos entre ambos. El clásico del Río de la Plata entre Uruguay y Argentina en mil novecientos veinticuatro se convirtió en uno de los enfrentamientos más emblemáticos de la historia del torneo y, por supuesto, eso explica su gran tradición futbolera y la razón por la cual siempre serán equipos candidatos al título.
Durante las siguientes décadas, se estableció un formato más regular para la competición, que se jugaría cada dos años. A partir de mil novecientos setenta y cinco, la Copa América adopta un sistema de grupo seguido de rondas eliminatorias, un formato que se ha mantenido en gran medida hasta hoy. Como era de esperarse, Uruguay y Argentina dominaron las primeras décadas de la Copa América. Uruguay ganó las ediciones de mil novecientos dieciséis, mil novecientos diecisiete, mil novecientos veinte y mil novecientos veintitrés, estableciendo un inicio dominante en el torneo. Argentina también fue una fuerza competitiva desde el principio, con múltiples títulos en las décadas de mil novecientos veinte y mil novecientos cuarenta, pero a partir de la década de mil novecientos cincuenta, Brasil comenzó a consolidarse como una potencia en el fútbol sudamericano.
Con jugadores legendarios como Pelé, Garrincha y Zico, Brasil ganó varias ediciones del torneo y mostró un estilo de juego ofensivo y elegante, que capturó la atención del mundo futbolístico. En la década de mil novecientos noventa, figuras como Romario y Bebeto continuaron el legado brasileño, ganando la Copa América en mil novecientos ochenta y nueve y mil novecientos noventa y siete. Como les comentaba anteriormente, a lo largo de su historia, la Copa América ha experimentado varias modificaciones en su formato y estructura, Desde la inclusión de más equipos hasta la participación de selecciones invitadas de fuera de América del Sur, el torneo ha evolucionado para adaptarse a los cambios en el fútbol mundial y las expectativas de los aficionados. En mil novecientos noventa y tres, México fue invitado por primera vez a competir en la Copa América, marcando el inicio de una serie de invitaciones a equipos de la CONCACAF en las décadas siguientes. Por cierto, CONCACAF significa Confederation of North Central American and Caribbean Association Football.
En español, lo traducen como Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de fútbol. En dos mil uno, el torneo se expandió para incluir dos equipos de Conmebol y dos invitados, generalmente de la Concacaf. En cuanto a CONMEBOL, es como se le llama a la Confederación Sudamericana de Fútbol. Esta expansión reflejó la creciente globalización del torneo y su importancia en el calendario internacional de fútbol. Por cierto, en ese año, en el dos mil uno, la selección colombiana de fútbol ganó su primera Copa América, venciendo a México en la final, con gol de cabeza de Iván Ramiro Córdoba.
Yo era muy pequeño, pero lo recuerdo muy bien. Grandes jugadores han dejado una huella indeleble en la Copa América, desde figuras históricas como Maradona, Valderrama, Zico y Pelé, hasta las estrellas contemporáneas como Lionel Messi, Neymar y James Rodríguez. Argentina es el máximo ganador del torneo, con dieciséis títulos, seguido por Uruguay con quince, Brasil nueve, Perú, Paraguay y Chile dos, y Bolivia y Colombia uno. Y a pesar de que se han invitado a selecciones de otros continentes, este título nunca ha sido obtenido por una selección no sudamericana. Y para hablar un poco de la más reciente Copa América, debo decir que mi país estaba muy ilusionado con ganar la segunda copa, me incluyo en el grupo.
Es que, hay que decirlo, el equipo colombiano está en un muy buen nivel. Honestamente, es el mejor equipo que he visto con la camiseta de mi país. Antes de perder la final con Argentina, el equipo colombiano llevaba veintiocho partidos sin perder. Eso es más de dos años sin conocer la derrota. ¿Qué tal eso, ah?
Como se ha mencionado en diversas notas deportivas, Colombia, con James Rodríguez como máxima figura, logró ser superior a la mayoría de sus rivales, y se posicionó de manera muy merecida en la gran final, que se jugó en Miami. El debut de mi selección fue contra Paraguay, allí se impuso por dos a uno, con goles de Daniel Muñoz y Jefferson Lerma. En su segundo encuentro goleó a Costa Rica tres a cero, y luego cerró la fase de grupos contra Brasil. Empezamos perdiendo, pero con mucho valor el equipo logró empatar el partido, incluso estuvo cerca de poder ganarlo. En cuartos de final, Colombia se encontró con Panamá, que fue una gran sorpresa en esta edición de la copa, pero, a pesar de ser un buen equipo centroamericano, se despidió del torneo con cinco goles colombianos.
Después de esa histórica goleada, Colombia pasó a la semifinal donde tuvo que verse las caras con Uruguay. Ya en las semifinales, y con un gol de pelota parada, Colombia ganó el juego uno a cero. Después de ese disputado encuentro, la selección de mi país se posicionó como claro candidato a quedarse con el título. Pero, lastimosamente, la final no logró ganarse. Eso sí, fue un partido muy físico y disputado, tanto así que, al cumplir los noventa minutos reglamentarios, el marcador todavía estaba cero cero.
Tuvieron que irse a tiempo extra, dos tiempos de quince minutos cada uno, y si no había gol, tenían que irse a penaltis. Honestamente, yo ya me estaba preparando para los penaltis, pues faltaba poco para que se acabara el segundo tiempo de adición, pero una desconcentración de un jugador colombiano generó el robo de pelota por parte de Argentina, que tejió una gran jugada de gol. Colombia logró el subcampeonato y James Rodríguez recibió el trofeo como mejor jugador del torneo, pero la deuda queda pendiente. Colombia volverá a intentarlo en el dos mil veintiocho. Aunque antes de esa cita continental viene la Copa del Mundo en dos mil veintiséis, que tendrá lugar en Norteamérica.
¿Será que Colombia logra su primer mundial allí? Ojalá así sea. Y bueno, cambiando un poco de tema, les comenté al inicio del episodio que tenía algo que contarles, ¿recuerdan? Bueno, pues, la noticia es que este es mi último episodio en Charlas Hispanas, queridos oyentes, por lo menos por ahora. Hoy me despido de este maravilloso espacio de aprendizaje y estaré ausente de manera indefinida.
La razón es muy simple, y ustedes ya deben sospecharlo. Como saben, recientemente me mudé a otra ciudad por mi nuevo trabajo como coordinador de un centro de traducción. Es un trabajo que me gusta muchísimo, pero a la vez requiere mucho más tiempo y atención. Adicionalmente, quiero compartir con ustedes que estudiaré teología de manera formal. Fui aceptado al programa de maestría e iniciaré mis estudios en el seminario en un par de semanas.
Estoy muy emocionado porque, aparte de estudios bíblicos, teología e historia, tendré la oportunidad de aprender un par de lenguas más, hebreo y griego, y posiblemente en el futuro algo de latín. Como podrán imaginarse, la carga académica será alta, y esto me impedirá acompañarlos en charlas hispanas, como lo he hecho por cinco años. Guau, cómo pasa el tiempo. Siempre será difícil despedirse, pero quiero que sepan que me llevo muy buenos recuerdos de este proyecto educativo tan especial. Muchas gracias por motivarnos cada día con su aprendizaje.
Estoy muy orgulloso de ustedes y confío que llevarán su conocimiento y práctica de español a buen puerto. Ha sido un gran placer acompañarlos en este viaje lingüístico y cultural. A mis compañeros, muchas gracias por la confianza y la camaradería durante estos años. Charlas siempre tendrá un lugar muy especial en mi corazón. ¿Y por qué no?
Quizás nos reencontremos más adelante. Mis mejores deseos en los proyectos venideros. Yo soy Alejandro y esto fue todo por ahora. Un gran abrazo para todos. Hasta la próxima.
Recuerda que puedes ver la transcripción completa de este audio y puedes acceder a una hoja con ejercicios y explicaciones para aprender el vocabulario y las expresiones que utilizamos en este episodio. Ese contenido solo está disponible para suscriptores premium. Forma parte de esta comunidad en triple doble u Charlas Hispanas punto com.