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Charlas Hispanas, episodio mil doscientos cincuenta y nueve, riesgos y peligros de la vida en Internet. Bienvenidos a Charlas Hispanas, el podcast diario de español para aprender vocabulario, expresiones, gramática, cultura, noticias e historia de Latinoamérica. Tienes a tu disposición la transcripción completa de este audio, así como ejercicios y explicaciones para aprender el vocabulario y las expresiones que utilizamos en este episodio. Para acceder a ese contenido, conviértete en suscriptor premium en Charlas Hispanas punto com. Hola, ¿cómo están?

Bienvenidos al episodio de hoy. Hoy hablaremos de algo que está muy presente en las vidas de todos, como es Internet y todas las maneras en que forma parte de nuestra vida. Pero en esta ocasión, lo vamos a hacer poniendo el foco en la parte complicada. No es un secreto que navegar por ella puede traer algunos problemas y, en ocasiones, graves. Por eso hoy comentaremos algunas de las situaciones más peligrosas y hasta oscuras que puede traernos el hecho de manejarnos en las redes sin tomar determinados cuidados.

Sin dudas, los menores tienen que estar protegidos para utilizar la Internet, y lo mejor sería que tuvieran el acompañamiento de un adulto en todo momento. Pero esto no es tan fácil de implementar ahora como lo era hace un tiempo. Hace quince o veinte años, cuando Internet no era tan universal como lo es ahora, no todos los hogares tenían acceso a ella, y si lo había, el nivel de exploración que brindaba era mucho más elemental. Además, las personas debían conectarse a través de la computadora de sus hogares luego de realizar algo parecido a una llamada telefónica. Los que tenemos unos cuantos años recordamos los chirridos extraños que hacía el sistema cuando realizaba ese, para nosotros, importantísimo paso.

Cuando por fin estábamos conectados, la navegación era más rudimentaria y básica. Aunque existían las llamadas salas de chat, donde se podían contactar personas de todo el mundo y entablar conversación, no era una actividad que se realizara constantemente, como ahora. Además, en general, las familias que tenían niños pequeños podían optar por tener su computadora en un lugar de la casa en donde pudiera ser supervisada por un adulto, lo que, si bien no eliminaba todos los peligros, al menos los reducía. Hoy todos tenemos en nuestros bolsillos un teléfono con acceso a Internet. En él tenemos la posibilidad de hablar al instante con personas de todo el mundo a través de WhatsApp y Telegram, y esta última aplicación, además, elimina las conversaciones.

En otras redes podemos crear nuestros perfiles mostrando detalles de nuestra vida que, sin que lo adviertamos, quedan en Internet para siempre. El mismo teléfono puede tomarnos fotos y videos en segundos y subirlos a las redes con una sencilla acción. Las aplicaciones como Instagram, Facebook y TikTok tienen como requisito para la creación de sus perfiles tener una edad mínima, que en casi todos los casos es de dieciséis años. Pero la verdad es que no hay manera de corroborar este dato, y las empresas detrás de estas aplicaciones simplemente publican esta exigencia por una necesidad legal de ellos. Lo cierto es que es muy fácil para los niños y adolescentes crearse perfiles en estas redes, y en ocasiones pueden brindar información sensible sobre sus vidas, a qué escuelas concurren o en dónde están todo el tiempo.

Todo esto puede ser utilizado por personas inescrupulosas, que más de una vez se hacen pasar por jóvenes o niños de una edad similar a la de su objetivo, o inclusive perteneciente a su grupo de amistades. Así, pueden entablar una relación de amistad y, aprovechándose de la corta edad de su interlocutor, manipularlo para En Argentina hubo un caso hace algunos años donde un hombre adulto, haciéndose pasar por una niña, entabló relación con una nena de alrededor de doce años, a la que manipuló para que se sintiera en conflicto con sus padres y la hizo salir de su casa con la intención de ir a la suya, la que ella creía era de una niña de su edad. La menor abandonó su casa dejando una carta, y recién en ese momento sus padres accedieron a sus redes y conocieron la historia. El hombre que estaba detrás de la supuesta niña con quien ella hablaba se encontró con ella en el lugar donde habían acordado reunirse, y la llevó con engaños hasta un lugar alejado donde la asesinó al sentirse acorralado por la policía. Pero más allá de estos casos gravísimos y terribles, hay otros peligros que no están relacionados con adultos, sino con los niños o adolescentes que forman parte del entorno del niño.

Nos referimos al bullying. El bullying, o acoso escolar, es la exposición que sufre un niño a daños físicos y psicológicos de forma intencionada y reiterada, por parte de otro o de un grupo de ellos. Antes de que los niños pudieran tener sus celulares, el bullying se manifestaba en los lugares donde el grupo acosador tenía posibilidad de acercarse a su víctima, que en general era la escuela, tanto durante el recreo, en la fila para entrar a clase, en los baños o los pasillos, como durante los cambios de clase al entrar y salir del centro, en el transporte escolar o en el comedor. Actualmente, como decíamos, todas las personas tenemos acceso a un teléfono con Internet, y por lo tanto el acoso, que antes podía tener lugar solo en las escuelas, se trasladó al hogar y a todos los ámbitos donde la víctima se encuentre, dado que los ataques se realizan por las redes y el individuo siente que no puede escapar de ellos. En estos casos es de vital importancia la actuación de un adulto para que tome cartas en el asunto y avise a las autoridades o busque una respuesta en niveles superiores aún si en la escuela no obtiene respuestas favorables.

Una persona joven que esté siendo víctima de este tipo de situaciones puede reaccionar desarrollando una serie de trastornos psicológicos que pueden ocasionar un daño permanente a su salud, incluso haciéndolo adoptar conductas autodestructivas. Es por eso que se debe prestar atención al comportamiento de los menores, para que podamos notar con urgencia si un niño o adolescente está siendo víctima de este tipo de acoso. Sus síntomas pueden ser problemas de memoria, descenso del rendimiento escolar y dificultad en la concentración, además de aislamiento social, faltar a la escuela de forma recurrente o reacciones emocionales intensas. También puede mostrarse apático, con miedos o extremadamente introvertido. Para evitar estas conductas es necesario que los adultos tengan conversaciones periódicas con los niños y adolescentes, donde se los inste a reconocer estos peligros y poder dar aviso antes de que la situación se vuelva una amenaza.

También para que los padres puedan tomar conciencia tempranamente de los cambios de conducta de sus hijos, si los hubiera. Como si todos estos riesgos no fueran suficientes, en los últimos tiempos en Argentina se ha tomado conocimiento de otro que en principio amenaza con más fuerza a jóvenes varones. Se trata de las apuestas online, que han cobrado notoriedad de manera súbita en los últimos tiempos. En nuestro país se puede ver a celebridades haciendo publicidad de estos sitios, y hasta hay equipos de fútbol que cuentan con estas empresas entre sus anunciantes. Como en todos los casos anteriores, supuestamente se debe ser mayor de edad para apostar, pero queda claro que nadie controla esto.

Y hasta ha habido investigaciones televisivas donde se mostraba a vendedores de empresas de apuestas indicando cómo hacer para sortear este requisito. Los chicos crean sus perfiles y crean que porque saben de fútbol podrán ganar con mayor facilidad. Lo que sigue es previsible. Al comienzo lo toman como un juego, tal vez ganen una cantidad mínima y rápidamente el asunto escapa de sus manos. Es habitual que pierdan grandes sumas y sigan jugando para tratar de recuperar el dinero, conductas que adictos al juego podrían tener en casinos o salas de bingo, solo que ahora sucede en cualquier lugar donde el teléfono tenga acceso a Internet y con jugadores de cualquier edad del otro lado.

Aunque algunos pensáramos que los niños no tendrían acceso a grandes sumas de dinero, lo cierto es que se dan casos de jóvenes o adolescentes que usan el dinero que sus padres les dan para el almuerzo o que toman una tarjeta de crédito o una billetera virtual de un adulto para apostar. Actualmente, es tema de preocupación en los colegios de Argentina la situación de algunos jóvenes que desarrollado una adicción al juego mediante el uso de estas plataformas. En algunas ciudades de Argentina, algunos colegios han llegado a bloquear los sitios desde el WiFi de las escuelas para impedir que los alumnos ingresen a ellos durante los horarios de clase. No obstante, la medida parece insuficiente y se deberían implementar políticas más extremas para contrarrestar este problema. Hasta aquí llegamos hoy con este episodio, en el cual hemos conversado sobre un tema importante, sin perder de vista nuestro objetivo, que es estudiar español y conocer nuevas palabras.

Muchas gracias por acompañarme. Si quieren tener acceso a la transcripción completa de este episodio y a explicaciones y ejercicios sobre el vocabulario y las expresiones utilizadas el día de hoy, pueden hacerlo volviéndose suscriptores premium en nuestra página web, Charlas Hispanas punto com. Yo soy Gabriela, de Argentina, y los espero en nuestro próximo episodio. Cuídense mucho y nos vemos la próxima. Adiós.

Podcast: Charlas Hispanas
Episode: 1259. Riesgos y peligros de la vida en Internet