¿Ya hemos empezado septiembre? Sí, señor, ya estamos al final del verano, qué triste, qué triste, porque a mí el verano me encanta, me encanta, es mi estación favorita. Ya lo he dicho, ya lo he dicho en otro postcad, en otros artículos. El verano me encanta y, bueno, el final del verano siempre es un poco triste, ¿verdad? Bueno, pero hoy hoy yo no estoy triste, hoy no estoy triste, pero a veces a veces me pongo triste.
Hoy vamos a hablar vamos a hablar no de tristeza, no no no no no no. Hoy no vamos a hablar de tristeza, hoy vamos a hablar de miedo, de cosas que nos dan miedo. Porque porque yo soy un hombre muy miedoso. Sí, a mí me dan miedo muchas cosas. No sé, cuando yo era joven cuando yo era joven se decía que a los hombres, a los niños, no les debería dar miedo nada, nada nada nada.
Los hombres tenían que ser valientes y y ser muy fuertes y defender a las mujeres y no sé, todo eso, pero yo yo soy muy muy miedoso, muy miedoso. Me da miedo todo, ya lo he dicho, me dan miedo las arañas, me dan miedo me dan miedo me dan miedo los terremotos, me da miedo la oscuridad, me da miedo me da miedo caminar por la calle por la noche, me da miedo me dan miedo me dan miedo muchas cosas, me dan miedo los ruidos durante la noche, me dan miedo los espejos, los espejos me dan miedo, tengo miedo de los espejos, sí, porque tú has pensado alguna vez, tú has pensado, ¿qué se ve, qué se ve en un espejo cuando nadie lo mira? ¿Lo has pensado? ¿Se ve algo cuando nadie lo mira? Yo yo creo que, no lo sé, no lo sé, pero quizás quizás se ven fantasmas, quizás se ven miedo los ojos de los gatos.
En la oscuridad, los ojos de los gatos brillan, parecen luces. Qué miedo, me da mucho, yo soy muy miedoso, me dan miedo muchas cosas. No me gusta, no me gusta, no sé, no me no me gusta estar solo en la casa, porque pienso que quizás hay espíritus y hay fantasmas y y, bueno, me me dan miedo los ratones, me dan miedo los los ratones, me dan mucho miedo, mucho mucho miedo, me dan miedo y me dan asco. Bueno, ¿por qué por qué soy tan miedoso? No lo sé, no lo sé por qué por qué soy tan miedoso, porque yo soy español y soy un hombre.
Y los hombres españoles no tienen miedo de nada, no tienen miedo de nada. Los hombres españoles son fuertes, son toreros, que que que van a la plaza a torear a los toros, son conquistadores, conquistan todas las tierras del mundo. ¿Cómo es posible cómo es posible que yo, siendo español, no sea más valiente? ¿Por qué tengo tanto miedo? ¿Por qué tengo tanto miedo?
Quizás quizás no soy español, quizás no soy español, quizás yo pienso, me han dicho que soy español y no soy español. Bueno, esto es otro tema para otro podcast. El caso es que yo tengo miedo, me da miedo, ¿qué me da miedo? Una cosa que me da mucho miedo es volar, volar me da mucho miedo. Me pongo nervioso, lo paso fatal, sudo, sudo mucho, me tiemblan las manos, me me da mucho miedo volar, ¿vale?
YYYY, bueno, yo vuelo, vuelo porque me gusta viajar, pero me da miedo. Y cuando cuando vuelo, cuando tengo que volar, cuando tengo que viajar, pues pienso pienso que el avión se va a caer, que nos vamos a estrellar, que va a haber un accidente, que va a explotar, que vamos a morir todos. Terrible, terrible. Cada movimiento del avión, me parece que el avión se va a partir en dos. Terrible.
Lo lo paso fatal, lo paso muy mal. Y bueno, bueno, lo acepto, lo acepto porque soy así, soy así. ¿Qué le vamos a hacer? Lo he intentado cambiar, pero pero soy así, me dan miedo muchas cosas. Sí, soy así.
Bueno, y hoy hoy vamos a escuchar un antiguo podcast que yo hice hace dos años, creo, sí, hace dos años cuando en septiembre, en septiembre de hace dos años cuando yo acababa, qué bonita palabra, acababa acababa de llegar, acababa, que que que que palabra tan rara. Es bonita, pero es rara, ¿no? Yo acababa, yo acababa, yo acababa de llegar, acababa de llegar de Italia. Yo había estado en Italia durante las vacaciones de verano y en septiembre volvía, volvía, volví, ¿vale? En septiembre volví de vacaciones en avión y, entonces, yo estaba inspirado, estaba muy inspirado YYYYY hice hice un podcast fantástico sobre por qué tengo miedo a volar y qué me pasa cuando vuelo.
Porque cuando vuelo, sí, pienso que el avión se va a caer, que va a haber un accidente terrible, que vamos a morir todos, pero también pienso que, no sé, que la vida es muy bonita, que la vida merece la pena vivirla. Entonces, reflexiono, hago filosofía y me pongo a pensar, yo yo quiero hacer esto, yo quiero hacer lo otro, hago muchos planes, hago muchos planes, planes, planes para el futuro. Quiero quiero viajar por el mundo, quiero recorrer, quiero recorrer China, quiero ir a Sudamérica, quiero aprender japonés, quiero tener muchas experiencias diferentes, quiero aprovechar cada día, cada minuto y eso cuando vuelo cuando vuelo me prometo a mí mismo, me prometo, me prometo a mí mismo, yo me prometo a mí mismo que voy a cambiar, que voy a ser que voy a ser muy diferente, que voy a Porque la vida merece la pena vivirla. Sí, señor, sí, señor. ¿Y qué pasa?
¿Qué pasa? Pues que el avión aterriza, el avión aterriza, llego al aeropuerto, llego al aeropuerto y se me olvida todo. Me pongo tranquilo, me pasa el miedo y voy a coger las maletas y ya me olvido de todo, vamos a coger las maletas, no ha pasado nada, el avión no se ha caído, el avión no se ha estrellado, no ha habido ningún accidente, estamos todos vivos, qué bien, qué bien, nada venga, a coger las maletas, luego un taxi, el autobús, el metro, a llegar a casa, a cenar, pum, pum, pum, y se me olvida todo, todos los planes que había hecho de la vida, que yo quería hacer esto, que ir al Machu Picchu, aprender japonés, recorrer África, todo esto, todo esto que yo quería hacer, se me olvida, se me olvida todo, se me olvida todo y ya no hago nada. Hasta el próximo vuelo, hasta el próximo año, bueno. Pues de todo eso, de todo eso, hablamos en este podcast, sí, expresiones muy bonitas, muy bonitas.
Si eres una expresiones muy bonitas, muy bonitas. Si eres una persona miedosa, si eres una persona miedosa, necesitas aprender esas expresiones. Imagínate, tú vas a España, tú vas a España, vas a un hotel y, por ejemplo, hay una cucaracha muy normal, muy normal, tú vas a un hotel porque no tienes mucho dinero y vas a un hotel barato, un hotel muy barato, un poco sucio, un poco un hotel no muy bueno, no de muy buena calidad, y miras al suelo y hay una cucaracha, qué palabra tan bonita, una cucaracha. Hay una cucaracha negra, una cucaracha allí en el suelo que está comiendo basura YYYYY tú dices me da miedo, me da miedo, me da miedo la cucaracha, ¿vale? Es muy bonito, es muy bonito.
Puedes puedes expresar puedes expresar miedo en español. Si vas a España o a México o a Argentina y hay cucarachas en el suelo, puedes expresarte libremente, que es muy bonito. Bueno, pues todas esas expresiones las vas a aprender hoy en nuestro podcast, ¿vale? No me enrollo más porque siempre me enrollo. Estos podcast son larguísimos, son muy largos estos podcast.
¿Hay alguien ahí? ¿Hay alguien todavía ahí? Por favor, es que me enrollo mucho, hablo demasiado. Bueno, nada más. Un saludo, espero que os guste este podcast antiguo y nada, a practicar español.
Venga, ya sabéis, para aprender español hay que escuchar, escuchar y leer, escuchar y leer, escuchar y leer, escuchar y leer. Venga, hasta luego.
Hola y bienvenidos todos a un nuevo episodio de nuestro podcast, 1000 an 1 reasons to learn spanish. Hoy vamos a hablar de viajar en avión, de volar. Acabo de llegar a Londres desde Italia y creo que es una buena oportunidad para hablar de cómo me siento cuando viajo en avión. A mí me gusta viajar, me gusta mucho viajar, pero odio volar. Bueno, no odio volar, pero me da miedo, me horroriza pensar en la posibilidad de que haya un accidente o un ataque terrorista.
Interpreto cada turbulencia como un síntoma de que algo va mal en los motores. También pienso que es posible que algún grupo terrorista haya puesto una bomba en una maleta y el avión quizás haga explosión de repente. Comienzo a sudar, miro el reloj, pero el tiempo no pasa, no me puedo concentrar, no puedo leer. En realidad, me gusta la sensación de estar por encima de las nubes, de ver las ciudades, los pueblos, los ríos y las montañas desde lo alto. En un avión, a miles de kilómetros de altura, me siento más vivo.
Me doy cuenta de lo hermosa que es la Tierra, de la fragilidad de nuestras vidas, de lo rápido que pasa el tiempo. Cuando viajo en avión, suelo pensar que la vida es muy corta, que hay que disfrutar a tope cada día, como si fuera el último día de nuestras vidas. Entonces, mientras vuelo, decido que desde ese día en adelante haré las cosas que me gustan, montaré más en bicicleta, comeré más queso, más helados y más chocolate. Viajaré en tren por América, cruzaré los Estados Unidos de este a oeste en bicicleta. Iré a ver la muralla china, el Taj Mahal, el Machu Picchu, los leones de África y, además, aprenderé japonés.
Decido que si sobrevivo al vuelo tengo que hacer todas las cosas que siempre he querido hacer y que todavía no he hecho. Aterrizamos, llegamos a nuestro destino y todos los pasajeros descendemos del avión. Vuelvo a respirar, estoy vivo, he sobrevivido a otro vuelo. Ya en tierra me siento más relajado, ya no tengo miedo, ya no me preocupa la muerte o encontrar el sentido de la vida. Dejo de hacer planes, dejo de soñar, dejo de tomar decisiones importantes, dejo de pensar en lo que es realmente importante en la vida.
Ahora, lo único que me preocupa es ir a recoger la maleta, encontrar el baño, buscar el pasaporte. ¿Pero dónde he puesto el maldito pasaporte? Nunca lo encuentro. Tengo que coger el autobús para ir al centro, ¿dónde se coge el autobús? O quizás es mejor coger el metro, el taxi es demasiado caro, mejor el metro.
Y así, quince minutos después de bajar del avión, ya he olvidado todas las decisiones importantes que había tomado mientras volaba. Ya he olvidado que la vida es demasiado corta, que cualquier día puede ser nuestro último día y que hay que vivir a tope. Los problemas cotidianos de cada día nos hacen olvidar lo que realmente es importante en la vida. Quizás tendría que viajar en avión más a menudo para no olvidar que cada día puede ser el último. Un saludo y nos vemos en el próximo episodio de nuestro podcast.