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Hola, Jesús.

Hola, Rocío.

Hoy vamos a hablar de un tema que yo que te interesa mucho. Sorpréndeme. Vamos a hablar sobre viajes.

Viajes. Sí, me encanta viajar.

Yo creo que una de las cosas que más echo de menos últimamente es viajar.

Yo también.

No voy a decir que es la que más echo de menos porque mis padres me matan. No, echo mucho de menos ver a mis padres, pero hecho de menos viajar. Yo

también he hecho mucho de menos viajar. Antes de empezar, Rocío, ¿sabías que la palabra en inglés Wonderlast no tiene una traducción en español?

No existe una traducción.

No existe una palabra que exprese la lo lo que significa la definición de Wonderlust. Puedes crear una frase como la persona que tiene ese deseo por viajar, pero no existe una palabra.

Es muy interesante, muy interesante, entre otras cosas, porque tengo un tatuaje y he tenido que explicar a muchas personas qué significa. Muy bien. Bueno, antes de continuar, la profesora de español que hay dentro de necesita hacer un par de apuntes sobre gramática. Así que a todos los oyentes les quiero decir lo siguiente. Vamos a hablar sobre los mejores viajes y las mejores experiencias que hemos tenido relacionado con los viajes y yo.

Las mejores experiencias y quizás alguna peor experiencia.

También, porque no si a ti te pasa que cuando tienes un viaje que es perfecto, después realmente sí, lo recuerdas en conjunto, pero yo recuerdo mucho, mucho los viajes que han salido mal o que algo no ha salido como yo esperaba, ¿verdad? Bueno, un poquito de gramática para los oyentes. Vamos a ello. Sí, vamos a refrescar un poco los conocimientos.

Que siempre viene bien.

Cuando hablamos de viajes, hablamos de historias que nos han pasado en el pasado y vamos a usar cuatro tipos de pasado. Muy bien. Vamos a usar el pretérito perfecto, he hablado, he comido, he vivido, para hablar de las experiencias que no tienen un tiempo específico.

Es decir, haber más participio.

Por ejemplo, ¿tú alguna vez has estado en Casa Blanca?

No, yo nunca he estado en Casa Blanca.

Perfecto. Yo he estado en Casa Blanca. Y ahora, si yo quiero ser específica, vamos a usar pretérito indefinido. Estuve, comí, hablé, viví. Yo estuve en Casa Blanca hace más, más o menos veinticinco años.

Ayer, ayer. Así que vamos a usar este tiempo para hablar de un pasado, pasado terminado, terminó. Y si yo quiero hablar de un pasado que es habitual, vamos a usar el pretérito imperfecto.

Sí.

Hablaba, comía,

vivía. Es como el más fácil, quizás, ¿no?

¿Tú crees?

Yo creo que sí.

Es difícil de diferenciar a veces.

Chía, pero la forma en sí, sin sin muchos irregulares.

Solo tiene tres verbos irregulares. La conjugación es maravillosa, sí. Por ejemplo, yo estuve en Casablanca porque yo vivía en Casablanca, yo vivía en Marruecos. Y también vamos a usar este tiempo verbal para describir en el pasado, describir las circunstancias. Cuando hablemos de viajes vamos a hablar mucho de las circunstancias que rodean una casa era muy grande, era muy bonita, etcétera.

Y por último, otro tiempo verbal que tiene un nombre imposible, pretérito pluscuamperfecto. ¿Qué es el pasado del pasado? Por ejemplo, cuando yo vivía en Casa Blanca todavía no te había conocido a ti. Yo te conocí después.

Ajá, muy bien.

Esto es todo el resumen para practicar los pasados y ahora los oyentes pueden prestar atención a qué tiempos verbales, qué tiempos verbales vamos a usar y

cuáles son. Muy bien, pues venga, empecemos.

Estás ansioso, tienes ganas de hablar. Si yo te pregunto. Pregunta. Yo que has viajado mucho, has visitado muchos países en tu vida. Y si yo te pregunto cuál es el mejor viaje que has hecho o el que más recuerdas o el más interesante, ¿qué me dirías?

A ver, es muy difícil, como dices, he viajado a muchos países, muchas ciudades dentro de mi país. Elegir el mejor viaje es muy difícil, pero quizás el que recuerdo más, no sé, como que disfruté muchísimo, que vivimos cosas muy diferentes al resto de viajes y demás. Quizás es cuando viajé, cuando viajamos a Bali en Indonesia. ¿Recuerdas ese viaje?

Es imposible olvidar ese viaje para lo bueno, para lo malo. Fue un poco una locura y maravilloso.

Sí, yo creo que además ocurrió en un momento en el que realmente necesitábamos viajar, estar en un lugar diferente, desconectar de todo lo que estábamos viviendo en ese momento. Y sí, lo recuerdo con especial cariño, con no sé, con un sentimiento muy bueno.

Sí, nosotros ya habíamos vivido en Tailandia durante tres años y todos los viajes que habíamos hecho antes de ir a Bali eran un poco de mochileros. Íbamos a Hostales, no, no tenía mucho lujo y decidimos.

Bueno, ya habíamos decidido que íbamos a dejar Tailandia para volver a España.

Sí, y fue un viaje de despedida.

Sí, de despedida asiática, ¿no? O algo así.

Y decidimos que íbamos a hacer un viaje para descansar, para disfrutar y queríamos ir a un resort Por primera vez. Y recuerdo que que yo busqué en una página y encontré una oferta que yo no me lo podía creer.

Ni yo tampoco. De hecho, recuerdo que estuvimos mirando la localización del hotel una y otra vez porque parecía estar muy cerca del aeropuerto, pero también estaba como cerca de el centro de Bali. Era como, no me cuadra nada. Todo es muy raro. Este precio tan barato seguro que tiene truco.

Yo cuando vi que

el precio original eran como más o menos trescientos euros la noche, pero a nosotros nos costaba treinta euros la noche con desayuno incluido. Yo pensé que algo iba mal.

Que cuando llegáramos allí, cuando iba, cuando llegáramos al al hotel, nos iban a decir que había sido un error y que tenían que cancelar nuestra reserva o algo.

Pero nuestra alma aventurera decidimos sí, ir. Y no era ningún error, era era una oferta muy buena. No si tal vez era temporada baja. No recuerdo.

Era, bueno, pues tampoco recuerdo. Bueno, sería Creo que era noviembre o Puede ser, porque nosotros nos volvimos a España en diciembre. No, fue en octubre, en las vacaciones de octubre del colegio de allí de Tailandia. Sí, pero ya empezamos el viaje un poco regular, porque no si te acuerdas que teníamos un servicio de recogida en aeropuerto y no vinieron a recogernos. Lo había olvidado.

Estuvimos buscando a esa persona que nos iba de repente apareció esa persona y fue como bueno, no está tan mal.

El hotel cuál fue nuestra sorpresa cuando llegamos al hotel y y era maravilloso, era un auténtico resort con unos desayunos maravillosos y me río un poco por por los desayunos. Aquí tenemos muchas anécdotas. Tengo que admitir que me da un poco de vergüenza contar esta historia, pero es tan divertido.

Yo creo que no somos los únicos que hemos hecho eso alguna vez en nuestra vida.

Bueno, nosotros fuimos a Bali con un presupuesto muy ajustado, con poco dinero. Así que tuvimos una gran idea que ha tenido muchas otras personas, ¿no? Que han tenido muchas otras personas antes Y era claro, en el desayuno buffet libre, primero comer mucho

para aguantar bien todo el

el día. Y bueno, preparar sándwiches, coger un croissant y guardarlo en la mochila para ir después a la playa.

Pero con mucho disimulo. Y

y bien, y fue una idea muy buena, porque con el desayuno grande y durante el día íbamos comiendo un poquito, íbamos picando estos sándwiches.

Comprábamos algunas bebidas, nos íbamos a la playa y comíamos de lo que habíamos cogido previamente en el desayuno.

Me gusta cogido en vez de robado.

Bueno, habíamos pagado por esa comida treinta euros la noche.

Y y bueno, y por las noches, a lo mejor sí, cenábamos en algún restaurante y y bueno. Y así estuvimos, creo, dos o tres días. Y y yo recuerdo una mañana que estábamos en el desayuno y teníamos en la mesa de al lado había una familia.

Sí, de extranjeros.

Y nos miraba mucho. Y yo empecé a ponerme paranoica y a pensar que tal vez ellos nos estaban observando,

Cómo cogíamos comida y la metíamos en el bolso.

Sí, y que ellos podían chivarse, que ellos podían ir al director para acusarnos de robar. Yo estaba muy nerviosa, yo pensé, no pensé que pudiéramos meternos en un problema, solo pensé en qué vergüenza. Dos adultos en un resort cogiendo cosas del desayuno para en no sé.

¿Cuál fue la sorpresa cuando volvemos a la habitación y de repente suena el teléfono? Y

yo recuerdo que respondiste al teléfono y

preguntaban por ti

y preguntaban por mí. Dios mío,

no

Y yo pensé, oh, Dios mío, nos han pillado, han visto lo que hemos hecho, nos van a acusar, tenemos un problema. Resulta que la persona que estaba llamando era el Relaciones Públicas del hotel y dijo, Rocío, necesitamos hablar contigo el director y yo. Y yo lo primero que yo hice, mi reacción fue coger la mochila con los sándwiches y los croissants y esconderla, no dónde. Yo yo estaba en pánico.

Teníamos que eliminar pruebas.

Las pruebas del delito. Ay, Dios mío, yo estaba tan nerviosa que ahora recuerdo esta historia y me pongo nerviosa. Bueno, así que ¿qué pasó? Que Jesús nos quitaron. Bajamos y efectivamente, en la recepción del hotel, en una mesa estaban esperando el director del hotel y el relaciones públicas.

Nosotros nos sentamos

Muy serios, muy formales

Pusimos cara de bueno y el director nos preguntó si todo estaba bien, si la, si el alojamiento era correcto, si estábamos disfrutando de la experiencia y si todo estaba correcto. Yo pensé, oh, Dios mío, ellos deben pensar que

Bueno, yo recuerdo nuestras respuestas a todo eso era como todo está perfecto, no hay ningún problema, Gracias por todo el servicio.

Sí, sí, sí, sí, sí, sí, por favor, no llames a mi mamá, no llames a la policía.

Y ¿Y qué pasó?

Y ahí nos dijeron que había un problema. Mirad, hay un problema. Yo ya, yo, yo creía que me moría una persona, una personalidad muy importante, era militar, creo.

Sí, sí, o sí, algo así o

Tenía que tenía que ocupar una de las habitaciones

respiramos.

Respiramos. Qué alivio. Madre mía. Pero yo siempre, hasta ese momento, yo había creído en el karma. Pero ahí no creí en el karma, porque como nos cambiaban de hotel, nos ofrecieron una cena gratis.

Sí, de todo lo que había en el menú del hotel. Sí, bueno, a ver, tampoco habíamos hecho nada malo. Habíamos cogido un poco de pan extra o un bollo extra, pero tampoco es tan

después a flor de piel. Y y después, efectivamente, nos cambiaron de hotel y a todos los que estábamos alojados en este hotel. Y cuando llegamos y nos dieron una

habitación. El hotel estaba muy bien, muy bien situado, muy cerca de la de nuestra playa favorita, que era Seminjack, ¿recuerdas? Y el hotel estaba muy bien, pero de repente la habitación. Nosotros veníamos de una habitación lujosa, con cama de matrimonio, no sé, todo perfecto. ¿Y a qué tipo de habitación nos llevan?

Con dos camas separadas, muy pequeñas. Sí. Y yo soy una persona más conformista y no me

gusta Causar molestias.

y entrar en conflictos. Y yo dudé y pensé bueno, hemos pagado treinta euros realmente, pero Jesús es un inconformismo.

De ninguna manera. Veníamos de un hotel muy bueno, íbamos a un hotel muy bueno y yo quería una habitación al menos igual, igual o mejor. A ver, es verdad que tampoco fue nuestro problema que tuvieran que desalojar el hotel en el que estábamos. ¿Pagamos treinta euros? Sí, pero era la oferta por un hotel con esas características.

¿Qué le dijimos a la chica de la recepción?

¿Qué le dijiste a la?

¿Qué le dije a la chica de la recepción? De aquí no me muevo hasta que no consigas una habitación

mejor. Podéis imaginar en qué tono y con qué cara lo dijo que esa mujer cogió el teléfono y poco tiempo después

Nos dieron una suite maravillosa en la piscina del hotel con un baño al aire libre. Esa habitación, probablemente la mejor habitación en la que he estado en toda mi vida.

Eso te iba a preguntar. Yo creo que es la mejor habitación en la que hemos estado en, pero pero en toda la vida.

Y ese hotel al lado de la playa, de esa playa paradisíaca. Sí, sí.

Sí, tuvimos mucha suerte y y fue tan divertido. Y ahora yo lo pienso y pienso en cómo pude ser tan paranoica. ¿Yo qué esperaba? Que llamaran a la policía porque yo había cogido dos croissanes.

Bueno, la verdad es que al final fue una muy buena despedida del sudeste asiático.

Sí, me encantaría volver, está claro. Sí, sí, sí. Y sí, para ese fue uno de los mejores, mejores viajes que he hecho en mi vida. También recuerdo con mucho cariño uno, cuando yo tenía diecisiete años, yo vivía en Brasil. Viví en Brasil durante un año y hice un viaje con mi familia a Río de Janeiro.

Nosotros vivíamos en Brasilia.

Yo nunca he estado en Brasil.

Yo, uno de mis sueños es volver, porque esto fue hace veinte

años. Ayer también. Ayer y antes de ayer.

Y no he vuelto a Brasil y me encanta la cultura, la comida, la música, la gente. Brasil. Bueno. Y entonces esta historia que te voy a contar no es tan divertida, pero que es impresionante y jamás, jamás voy a olvidar esta historia.

Venga, cuéntame, Rocío.

Bueno, nosotros, mis padres, mi hermano y yo fuimos a Río de Janeiro para los carnavales.

Oh, los carnavales de Brasil, de río.

Esto ya es para no olvidarlo jamás. Pues bien, mi padre tenía un amigo que tenía mucho dinero, tenía mucha pasta.

Pero ¿de qué cantidades me hablas? A ver, pon ponme un ejemplo.

Un ejemplo es que él tenía una isla privada.

Eso ya no es tener mucho dinero, eso es ya tener otra categoría.

Estar podrido de pasta, como decimos en España. Y bueno, mi, mi familia y yo somos personas humildes. Nunca habíamos conocido a nadie que tuviera una isla privada, ni que tuviera un barco o Y nos invitaron a visitar esta isla. ¿Y cómo llegas a una isla privada?

Pues nadando. En yate.

En yate.

En yate. No podía ser en una barca.

Con nuestra copita de champán.

Por supuesto.

Claro, esto fue espectacular. Yo solo por ir en un yate, si yo hubiera ido en un yate diez minutos a dar un paseo, ya habría sido una experiencia increíble. Pero no, fuimos a una isla privada increíble. Realmente no recuerdo muy bien el día que pasamos allí. No tengo más anécdotas o historias que contarte.

Ya esa esa situación ya era más que suficiente.

Claro, hasta que teníamos que volver a río.

Y Había que dejar la isla privada.

El propietario de esta isla, el amigo de mi padre, dijo, bueno, ¿vosotros cómo queréis ir en yate? Sí. ¿Cuál es la otra opción? Y él dijo, yo voy en helicóptero. Vaya.

Y yo pensé, madre mía, tiene un helicóptero y él lo dice así.

Como el que tiene una bicicleta.

Dijo, y tengo un sitio libre, tengo espacio para una persona. Yo corrí. Como no he corrido en mi vida, levanté la El piloto, muy bien, era lo normal para él. El dueño del helicóptero y de la isla, un día más en su helicóptero tenía, tendrías que verme como loca. Mira y mira, y eso y lo otro.

Probablemente ese hombre se arrepintió de haberte elegido a ti

Seguro, seguro. Una adolescente con diecisiete años como loca, dando gritos, gritando. Pero, sin embargo, él le pareció tan tierno o tan la pobre, su primera vez en helicóptero.

Le he hecho feliz.

Le ha hecho feliz. ¿Qué le dijo al piloto? Vamos a dar una vuelta. Y dimos una vuelta por porque la intención, el plan era de la isla al hotel. Dimos una vuelta por río y no si conoces o has visto en fotos esa estatua gigante de un Cristo Redentor.

Hombreo, claro.

Sí, el Corcovado en el pan de azúcar. Fuimos con el helicóptero alrededor de la cabeza y estuvimos supercerca de la nariz. Y yo podía ver a todos esos turistas. Y yo pensaba, pobres.

Pobres. En unos minutos yo seré uno de ellos.

Tienen un helicóptero y recuerdo que hice en aquella época, hace veinte años, ya existían las cámaras digitales y yo hice muchísimas fotos, fotos impresionantes. Cuando llegué a casa

Bueno, no qué me vas a contar, pero yo nunca he visto esas fotos.

Cuando llegué a casa y fui a descargarlas, no qué pasó y se borraron, pero nunca, nunca, nunca voy a olvidar.

Bueno, las fotos se quedan en tu cabeza.

Aquí las tengo y en mi corazón.

En tu corazón. Oh, qué bonito. Pues bueno, yo creo que si de hablar de viajes y experiencias de viajes fuese, podríamos estar así. Yo creo que horas y horas y horas, porque bueno, y recuerda, incluso viajes cortos de como nuestra primera cita en Londres y cosas de ese estilo, tendríamos muchas anécdotas que contar, ¿verdad?

Quién sabe si en el futuro grabamos otro podcast sobre viajes.

Pues sí, a lo mejor dándole una un estilo un poco diferente, como las peores cosas que nos han pasado de viaje o algo así.

¿A qué ciudad nunca volverías?

O a qué ciudad sabes que no quieres ir por algún motivo o algo así. Pues sí.

Me gusta.

Y a mí.

Esperamos veros pronto.

Eso espero. Hasta luego.

Nos vemos.

Podcast: LanguaTalk Spanish
Episode: Travelling