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México, Panamá, Colombia, Canadá y también China son algunos de los países que han sido objeto de presiones por parte de Donald Trump en sus primeras semanas de mandato. Los aranceles han sido el arma principal que ha usado para presionar a sus mandatarios y obtener otras cosas a cambio, una táctica que ya usó en su primer mandato. Soy Silvia Cruz La Peña. Hoy, en El País, diplomacia del chantaje. ¿Es más temible este Trump que el de dos mil dieciséis?

Hola, Miguel.

Hola, Silvia.

Miguel Jiménez, corresponsal jefe en Washington. Hoy quiero empezar esta charla, Miguel, por el titular, directa al grano. ¿Tú dirías que es más temible el presidente Donald Trump de dos mil veinticinco que el de dos mil dieciséis?

Pues yo diría que sí. Trump ganó las elecciones en dos mil dieciséis, pues por sorpresa, y y llegó a la Casa Blanca sin experiencia y sin equipo, y ahora no solo tiene cuatro años de experiencia en la Casa Blanca, sino que ha tenido otros cuatro años para preparar lo que quería hacer. Llega con un equipo de leales, con experiencia, con ansias de revancha y de ejercer el poder desde el primer minuto. Se ve, por ejemplo, en los aranceles que ha con los que ha amenazado el presidente de Estados Unidos ahora, que son de un orden de magnitud muy superior a los que aprobó en su primer mandato y que luego fueron mantenidos en parte por su sucesor Joe Biden.

Quiero que expliquemos esos anuncios, Miguel, esos anuncios sobre aranceles que ha hecho en dos semanas de mandato, prácticamente, pero me gustaría también que me dieras algún ejemplo de cómo fueron los de antes para comparar esas dos presidencias.

Sí, en su primer mandato Trump tardó un año en aprobar sus primeros analceles, y salvo excepciones muy contadas. Fueron, además, también muy localizados a paneles solares y lavadoras, que iban dirigidos, sobre todo, a penalizar a China y a Corea del Sur para favorecer a fabricantes locales. Luego, en marzo de dos mil dieciocho, aprobó grabar la importación de aluminio y de acero a la mayoría de los países, aunque dejó los aranceles a mediados de ese año. Y después que tuvo una guerra comercial con China, pero con México y Canadá llegó a acuerdos. Después fue esgrimiendo más amenazas contra México por la inmigración irregular, pero nunca llegó a dar el paso de imponer aranceles por eso.

Entiendo. Pues vamos al presente, si te parece. Entremos a ver cómo está poniendo en marcha esa diplomacia del chantaje, como la has denominado estos días en el periódico. Miguel, la ha aplicado con México, Canadá, Colombia, Panamá, de momento, también con China, aunque estamos de acuerdo en que es un caso un poco aparte. Así que empecemos por Claudia Sheinbaum.

¿Cómo ha aplicado sus presiones Trump sobre la presidenta mexicana?

Pues, al poco de ser elegido presidente, en noviembre ya amenazó con estos aranceles del del veinticinco por ciento, que los decretó hace unos días a través de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que él él dice que es para frenar la la amenaza de los extranjeros ilegales y las drogas, incluyendo el el fentanilo. Pero con esos aranceles se saltaba lo que es el tratado que regula ahora el libre comercio en Norteamérica. Después, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, pues logró una suspensión de esos aranceles hasta el cuatro de marzo. Que

se ponen en pausa las tarifas un mes, eso es muy importante.

Para eso tuvo que que ofrecer el despliegue de diez mil agentes de la Guardia Nacional en la frontera, precisamente, para combatir el tráfico de drogas y la inmigración irregular. Pero es un mes, de momento, lo que ha ganado de tiempo.

Y para ello, Sheinbaum tuvo que dar algo a cambio. Miguel, por favor, antes de seguir, ¿por qué no recordamos brevemente qué son y qué significan esos aranceles?

Bueno, los aranceles son un impuesto, es un impuesto que pagan los importadores para traer un producto del extranjero al al país, pero que normalmente repercuten a las empresas o a los particulares. Estados Unidos era un país defensor del libre comercio, pero Trump supo conectar con los perdedores de la globalización, la gente que, por culpa de ese libre comercio, veía que las fábricas se desplazaban a México, que llegaban productos desde China, y supo conectar con ellos y ofrecer los aranceles como una forma de proteccionismo económico. Ese impuesto hace que los productos extranjeros sean más caros y da ventaja a los productores locales, pero quienes lo suelen acabar pagando son los consumidores.

Ha quedado claro, entonces. Sigamos, si te parece, con el caso de Canadá.

Con Canadá pasó algo parecido a lo de México. Justin Trudeau aceptó reforzar la frontera con un plan de mil trescientos millones de dólares y asumió nuevos compromisos. Bueno, nombrar un zar del fentanilo, catalogar a los carteles de la droga como terroristas, girar la frontera veinticuatro horas al día, siete días a la semana, y también poner en marcha una fuerza conjunta para combatir la delincuencia organizada, el fentanilo, el blanqueo de de dinero. Además, ha firmado una nueva directiva sobre delincuencia organizada y fentanilo, a la que destina doscientos millones de dólares, aunque muchas, en realidad, eran medidas o compromisos que ya estaban en marcha. Pero seguro que, además, tienes en mente algo que dijo Trump hace muy poco.

Sí, claro, claro que lo recuerdo, dijo que le gustaría ver cómo Canadá se convertía en el estado número cincuenta y uno de Estados Unidos.

Eso es, Silvia, y y eso indica que muchas veces los aranceles son solo el primer paso en sus amenazas, ¿no? Trump ha dejado claro que los va a usar como una especie de arma de chantaje, por eso hablábamos de diplomacia del chantaje, aunque quizás suene un poco fuerte. Aquí está usando como pretexto el fentanilo desde Canadá. El año pasado entraron veinte kilos de fentanilo en Estados Unidos, en todo el año. Y y en el caso de México, usa también la inmigración, que en realidad ha caído mucho, pero lo que está buscando, en realidad, son concesiones económicas, está buscando reducir el déficit comercial.

En la llamada que tuvo Trump con Trudeau, hablaron de si los bancos estadounidenses podían operar o no en Canadá. Es decir, que está buscando otras ventajas económicas, y a eso se une, pues esa retórica, algo imperialista, en la que dice que quiere anexionarse Canadá, que sea el el estado número cincuenta y uno, o hacerse con Groenlandia, o recuperar el control del Canal de Panamá, que fue construido por Estados Unidos, pero que luego fue entregado por Jimmy Carter a Panamá, en lo que Trump considera que fue un error. Ahora quiere, además, reducir la influencia china en Panamá, y con todas esas políticas, pues hay gente aquí que que habla de aislacionismo, vendacionalismo, pero hay otros que dicen que no es ni lo uno ni lo otro, sino que lo tildan de soberanismo.

Ya. Miguel, escuchándote, hay algo en común en todos los casos que me estás explicando, la presión llevada al límite, sin ninguna duda, pero también tienen algo de particular, porque lo que pasó con Colombia, por ejemplo, fue algo diferente y de gran impacto. Me refiero a esas personas de portadas que vimos en los noticieros de todo el mundo esposadas de pies y de manos.

Sí, o sea, por una parte, eso, vimos escenas muy graves de personas de portadas, como dices, esposadas de pies y manos, metidas en aviones militares, en condiciones muy lamentables, ¿no? Esas condiciones son las que hicieron que que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, enviase de vuelta dos aviones militares con con deportados, generando una crisis bilateral, pero también una crisis dentro de su propio país, porque como enseguida le recordaron los miembros de su propio gabinete, las sanciones o los aranceles podrían causar un daño generalizado al país, porque Estados Unidos es su mayor socio comercial, le presta asistencia económica, le compra productos de sectores clave como el petróleo, el café, las flores, que dependen mucho de del mercado estadounidense. Pues Trump y Petro tuvieron como sus rifirrafes en las redes sociales, donde los dos se manejan bien, y Trump anunció que impondría aranceles del veinticinco por ciento a los productos colombianos y que anularía las visas a los funcionarios del gobierno de ese país, que es una una medida muy dura para un país amigo, pero Petro inicialmente seguía en sus trece.

¿Y cómo terminó?

Bueno, al final, Petro cedió, ¿no? Aunque intentó venderlo como un impasse en las relaciones. Lo cierto es que la Casa Blanca cantó Victoria, dijo que había aceptado todas sus condiciones, aceptó recibir a los colombianos y y y que volviesen en condición de deportados, y es verdad que que logró se les garantizasen unas condiciones dignas, ¿no? Como si eran los sujetos de de derechos.

Todas estas medidas y la forma de ejecutarlas, Miguel, ¿tienen algo que ver con eso del Estados Unidos primero?

Sí, esa es una política que Trump ya anunció en su primer mandato, pero que ahora está llevando al extremo, suspendiendo la acogida de refugiados, la ayuda humanitaria, su pertenencia a la Organización Mundial de la Salud o rompiendo tratados internacionales, no solo los de libre comercio, sino también los acuerdos de París sobre el clima o los acuerdos de la OCDE para imponer un impuesto mínimo a las multinacionales, siempre en busca de su propio beneficio.

¿Es solo una guerra económica, Miguel?

No, yo creo que va más allá. Lo que pasa que los aranceles los está utilizando como arma de esa guerra. Lo el caso de Colombia es un buen ejemplo, ¿no? No se trataba de una guerra económica, sino de lograr que aceptasen a a los inmigrantes. Y en este caso, él dijo, sin aranceles no había sido igual, si no me habían tratado lo bien que me trataron, que me trataron de forma extremadamente amable.

Bueno, le trataron de forma amable, pero él lo que busca es demostrar el poder, mandar, a veces atemorizar.

Vamos a seguir hablando de esa demostración de poder de Donald Trump, pero dame un momento, Miguel, enseguida volvemos. Estoy hoy con Miguel Jiménez, corresponsal jefe en Washington, hablando de la diplomacia del chantaje de Donald Trump. Miguel, me decías antes de la pausa que él mismo reconoce que con esas presiones que hace con los aranceles lo tratan bien, que es como decir que le tienen miedo. Al inicio de este episodio me contabas que en el anterior mandato también hizo anuncios como estos y que algunos ni siquiera los llevó a cabo. ¿Por qué crees que ahora es distinto?

Sí, por ejemplo, en mayo de dos mil diecinueve, la Casa Blanca anunció que Trump usaría los poderes de esa ley de poderes de emergencia internacional para introducir aranceles sobre las exportaciones mexicanas. También, entonces, en respuesta a la amenaza de seguridad nacional, que decían que suponía la inmigración irregular de México a Estados Unidos. También amenazó con aplicar esa ley a China, pero nunca llegó a declarar formalmente esa emergencia, aunque que abriese una guerra comercial con China. Ahora, no podemos estar del todo seguro de que será distinto, porque Trump es algo imprevisible, pero parece trámite es algo imprevisible, pero parece distinto, parece dispuesto a elevar la presión, no solo sobre México, Canadá y China, sino que también tienen la diana a la Unión Europea. El otro día en el despacho Val de la Casa Blanca se preguntaba cuántos Chevrolet circulan por las calles de Múnich y y decía que en Estados Unidos hay muchos BMW, Volkswagen, Mercedes, y señalaba productos que no se compran en Europa de Estados Unidos y que tienen un gran déficit comercial con Europa, así que es Europa, la Unión Europea puede ser la la próxima en la Diana.

Miguel, dices, acabas de decir, de hecho, que Trump es imprevisible. En los artículos que te voy leyendo queda muy claro cómo juega él, con eso para despistar y amedrentar a los demás, a los que claramente trata como enemigos. Pero, ¿es Trump creíble en esas amenazas? ¿Es de fiar, aunque sea en negativo?

La cuestión es un poco esa, que no se sabe nunca lo que va a querer, que que no le importa provocar un terremoto en los mercados y sembrar la incertidumbre en las empresas para luego, dos días después de firmar un decreto con aranceles, dar una prórroga como si no hubiese pasado nada. Pero en parte es esa imprevisibilidad, ese cierto caos que a él le encanta por otra parte, porque siempre es el centro de atención. Pero eso es lo que hace también, en parte, que sus amenazas sean creíbles o al menos temibles De fiar, de fiar, hombre, yo no diría que es de fiar en el sentido de que está dispuesto a saltarse a la torera los acuerdos internacionales, incluso los que él mismo firmó, como es el tratado que regula ahora el libre comercio con Canadá y México. Pero de nuevo, eso de que no se ha de fiar le hace también más temible.

Miguel, pero ¿hasta cuándo puede exprimir esa estrategia? Este recurso de la presión, ¿no puede afectar también a su propio país de alguna manera?

Claro, el recurso excesivo a la amenaza puede tener también consecuencias negativas, porque, de alguna forma, aumenta la incertidumbre para las empresas, eleva la inseguridad jurídica, y todo eso, pues puede retraer inversiones y llevar a los países a buscar alianzas al margen de Estados Unidos. La estabilidad de Estados Unidos es uno de los puntales de de su economía. Es cierto que, en la medida en que se apunte triunfos, en que obtenga concepciones cada vez que hace sus amenazas, pues puede mantener cada vez que hace sus amenazas, pues puede mantener esa dinámica sin perder mucha credibilidad, pero lo que me parece a es que crea un clima que no favorece a largo plazo a Estados Unidos.

Oye, Miguel, tengo que preguntarte, ¿hay países con los que no aplica esta estrategia?

Sí, yo creo que depende con quién funciona de una manera o de otra, en busca de sus intereses. Creo que la amenaza, los órdagos están en su esencia. Pero mira, en Venezuela, en Venezuela, por ejemplo, no ha tenido escrúpulos en negociar con el gobierno de Nicolás Maduro para lograr que admita deportados y que le libere a presos estadounidenses, de alguna forma, concediendo una especie de legitimidad al régimen que la diplomacia occidental no le reconoce y no no ha tenido escrúpulos en en hacerlo. Si cree que puede ganar algo con ello, no le importa hasta que cambie de opinión.

Y cambiará muy probablemente por lo que me estás contando y volveremos a hablar, Miguel. Muchísimas gracias.

Muchas gracias a ti, siruria. Un Placer.

El diseño de sonido de este episodio es de Nicolás Chavertidis, la edición de Ana Rivera. Yo soy Silvia Cruz La Peña, y he dirigido este episodio de Hoy en el país, realizado con Miguel Jiménez. Gracias por escuchar.

Podcast: Hoy en EL PAÍS
Episode: Diplomacia del chantaje: ¿es más temible este Trump que el de 2016?