Reciban todos un cordial saludo. Con ustedes, Alejandro, su profesor y amigo colombiano, aquí en Charlas Hispanas. Espero que todo vaya muy bien en su aventura de aprendizaje y que cada día se enamoren más de este maravilloso idioma. Como ya lo saben, el episodio de hoy está dedicado a la gramática y lo aprovecharemos para profundizar un poco más en el famoso contraste de los verbos ser y estar. Esta es la segunda parte del episodio gramatical anterior que, si no lo has escuchado aún, te invito a hacerlo ahora mismo, pues allí encontrarás la parte central de este tema.
El día de hoy solo vamos a complementar algunas cositas que debes tener en cuenta y que algunos estudiantes han querido repasar para tener más claridad. Entonces, ya lo sabes, escucha primero el episodio cuatrocientos once y así te será más fácil entender lo que tengo preparado para hoy. En aquel episodio, exploramos la naturaleza de los verbos ser y estar, aprendimos sus principales usos, practicamos con diferentes ejemplos y, a grandes rasgos, descubrimos dos métodos diferentes para poder entenderlos mejor. ¿Los recuerdan? En primer lugar, les expuse un método menos ortodoxo y más práctico que, a mi modo de ver, es más útil para aprender los significados y usos de estos verbos, sin necesidad de memorizar listas o aprender combinaciones de memoria.
Y en la segunda parte del episodio retomamos el método tradicional que, si bien no es mi favorito, debo reconocer que sirve en la mayoría de los casos y muchos estudiantes lo prefieren. Decíamos que con la forma tradicional solemos contrastar lo permanente con lo temporal, siendo el verbo ser el que expresa lo permanente y el verbo estar el que nos ayuda a describir lo temporal. Con esta lógica en mente establecimos usos particulares para cada verbo y dijimos que el verbo ser lo usamos para referirnos a identidad, procedencia o nacionalidad, marca, carácter o personalidad, material, color, características, profesión, relaciones personales, clase, forma y a las fechas y a las horas, mientras que con el verbo estar nos referimos a localización, emociones y características o estados temporales. Todo bien hasta aquí, ¿verdad? Vale, pues ese es el método clásico.
La otra manera de entender a esa pareja de verbos es mediante su significado, encontrando la naturaleza propia de cada palabra. En ese sentido, dijimos que relacionamos el verbo ser con el concepto de esencia y el verbo estar con el concepto de situación, y a partir de estos dos conceptos, desarrollamos una serie de usos que los describen perfectamente, ¿lo recuerdan? Excelente. Si todo lo anterior está muy claro, vamos más que bien hasta aquí. Ahora, como aquí en Charlas Hispanas somos conscientes de que cada persona tiene formas de aprendizaje diferentes y que lo que puede servir para uno puede que no sirva para otro, procuramos darles varias opciones para que ustedes tomen y adapten a sus estilos de aprendizaje lo que más les guste.
Es por esta razón que, en adición a los dos métodos que aprendimos en el episodio pasado, hoy les he traído otra perspectiva que se centra en casos específicos, excepciones y en la intención del hablante al momento de preferir usar ser o estar. Hemos escuchado muchas veces que con estar expresamos lo transitorio, mientras que con ser nos referimos a lo permanente y lo estable, y en sentido general, como ya lo vimos, esto funciona cuando describimos algo o a alguien, pero no da cuenta de todos los usos de este par de verbos. Debemos tener en cuenta que, en muchísimos casos, la elección entre ser y estar va a depender únicamente de la intención y voluntad del hablante, bien sea porque quiere ser más objetivo o más subjetivo, o si para él o ella la cosa o situación que menciona es más o menos permanente, pero desde su propio punto de vista. Por ejemplo, Pablo y Juan están en el centro comercial porque quieren comprar algo de ropa, entonces entran a la tienda y tan pronto Juan ve los precios dice, no Pablo, vamos a otro lugar, estas camisetas están súper caras. En este ejemplo, Juan pudo haber usado el verbo ser y decir, no, Pablo, vamos a otro lugar, estas camisetas son súper caras.
Entonces, ¿por qué crees que usó el verbo estar? Lo hizo porque para él, desde su punto de vista, el precio de las camisas en esa tienda es algo temporal. Quizás la semana pasada las había visto más baratas o en promoción, por esa razón se sorprendió y usó el verbo estar. Quizás, desde su experiencia, sabe que es mejor esperar un par de semanas y comprarlas cuando los precios bajen un poco. Ahora, supongamos que este par de amigos continúa buscando ropa en el centro comercial y a lo lejos Pablo ve una tienda muy prestigiosa y exclusiva y le dice a Juan, ¿qué tal si vamos a esa tienda?
Inmediatamente, Juan le responde, ¿estás loco, Pablo? Ahí la ropa es carísima. Queridos oyentes, ¿por qué creen que aquí Juan decidió emplear el verbo es, en vez de estar? Exactamente, porque subjetivamente, para Juan, los precios de esa tienda son algo permanente. Es decir, como es una tienda tan lujosa, los precios siempre son altos, es caro por naturaleza, por decirlo de alguna manera.
Entonces, como pueden ver en este par de ejemplos, la selección de los verbos ser o estar puede depender de la intención del hablante y de lo que ellos presenten como temporal o permanente. Otra situación muy común es cuando nos referimos a características físicas, pues según el contexto o el doble sentido, también pueden presentarse como temporales o permanentes. Por ejemplo, Camila y Luis se encuentran en un restaurante para una cita romántica y, al verla, Luis le dice, estás hermosa. Y en tono de broma, Camila le responde, ¿estoy hermosa? Querrás decir soy hermosa.
Estas son bromas de doble sentido muy comunes porque ambas opciones son posibles. Decir estás hermosa es válido porque Luis se refiere a que Camila se ve muy bien ese día, posiblemente le gusta su maquillaje, su peinado y la forma en que está vestida, pero a modo de broma ella le hace entender que ella piensa que Luis se refiere a que únicamente está hermosa hoy, y no siempre. Esto lo pone a él en aprietos, pero claramente es un chiste. Él puede responderle diciendo, claro que eres hermosa, siempre lo eres, pero me encanta tu atuendo de hoy, o algo así. Muy bien, amigos, y para ir cerrando, deben saber que aparte de jugar con la intención del hablante, también existen algunos adjetivos y adverbios que siempre, o por lo menos en el noventa por ciento de los casos, deben usarse unos con ser y otros con estar.
Veamos, solo con ser absurdo, necesario, posible, importante, imprescindible, increíble, inteligente, lógico, obvio. Por ejemplo, decimos, es posible que el dólar suba la próxima semana. Jamás diríamos, está posible que el dólar suba la próxima semana. Ahora, solo con estar, tenemos contento, enfadado, cansado, deprimido, enfermo, harto, interesado en, preocupado por, roto. Por ejemplo, diríamos, Raúl está harto de la situación de su país, nunca diríamos Raúl es harto de la situación de su país.
Muy bien, amigos y amigas, pueden experimentar haciendo frases con las otras palabras para compararlas y contrastarlas con los verbos ser y estar, y van a ver que al oído unas van a sonar definitivamente más lógicas que otras. Es cuestión de práctica y constante uso. Ya verás que, en un tiempo, ya ni tendrás que pensarlo tanto para hablar. Muy bien, fieles oyentes, así llegamos al final del episodio de hoy. Espero que haya sido de su agrado y que continúen disfrutando su proceso de aprendizaje.
Recuerda que puedes ver la transcripción completa de este audio y puedes acceder a ejercicios para practicar el tema gramatical que hemos estudiado hoy. Ese contenido solo está disponible para suscriptores premium. Forma parte de esta comunidad en triple doble u charlas hispanas punto com. Yo soy Alejandro y esto fue todo por hoy. Hasta la próxima.