00:00
00:00
This podcast uses dynamic ad insertion. This rotates the ads, which prevents our transcripts from syncing with the audio 😕
El cáncer de pulmón es el tercero más diagnosticado en España. Se calcula que el tabaco es el responsable de uno de cada tres cánceres en general y del ochenta por ciento de los casos de pulmón, y ese porcentaje provoca que muchas de las personas diagnosticadas sientan o les hagan sentir sentimientos que no afloran tanto en otros cánceres. Y la atención psicológica tan importante es distinta según dónde se encuentren. Eso cuando no tienen que buscarla por su cuenta o en asociaciones. Soy Silvia Cruz La Peña.

Hoy en el país, cáncer de pulmón, una enfermedad con culpa.

Durante mucho tiempo, el cáncer fue la enfermedad que mejor satisfizo la necesidad propia de esta cultura secular de culpar y castigar y censurar. El cáncer era individual y se lo suponía consecuencia, no de alguna acción, sino de alguna inacción, como la falta de prudencia o de autocontrol. Estas palabras las escribió Susan Sontack a finales de los ochenta en su libro El SIDA y sus metáforas. Decía Sontach, que era filósofa y escritora, que en el siglo veinte esa moral había desaparecido sobre el cáncer y se había trasladado a las infecciones de transmisión sexual. Pero ya avanzado el siglo veintiuno, quizá que queda algún resquicio de aquel pensamiento sobre el cáncer como castigo, como culpa, como algo merecido.

No es el único, pero quizá que queda sobre un tipo de cáncer en concreto.

Cuando miramos los datos del cáncer de pulmón, vemos que el ochenta por ciento de los tumores de pulmón tienen una causalidad, ¿no? Muy relacionada con el consumo de tabaco, ¿no? Y eso, pues, nos hace pensar o nos pone en la posición de que es un cáncer que puedes evitar si evitas el tabaco. Por lo tanto, digamos, les transmite o ven que hay algo que podían haber hecho para evitar estar ahí, ¿no? Que de alguna forma merecen estar ahí, o sea, los que hayan fumado, por supuesto.

Y entonces, claro, esto es algo que a nivel social devalúa mucho, ¿no? ¿No? Tu imagen y tu forma de relacionarte, y tiene una influencia en cómo vas a gestionar el proceso.

Habla Paloma Romero, psicooncóloga de la Asociación Española contra el cáncer. Según un estudio que hizo en dos mil diecinueve otra asociación, la Asociación Española de Afectados de cáncer de pulmón, un treinta y cuatro por ciento sienten culpa tras recibir el diagnóstico, un veintiuno por ciento se siente juzgado y un diecinueve por ciento siente vergüenza. Culpables, juzgados o avergonzados por tener una enfermedad en el ochenta por ciento de los casos derivada de otra, el tabaquismo. Y con otros factores de riesgo, como la exposición al gas radón.

Y no solo está ese sentimiento, porque no solo puede sentir ser ser culpable por haber sumado, sino por haber tenido malos hábitos, por haber veído, por no haber hecho suficiente deporte. Realmente, los sentimientos que se experimentan cuando llegas a un diagnóstico de café de pulmón, empiezan desde el miedo a la incertidumbre, a no saber a qué te vas a enfrentar. Los primeros consejos que se le puede dar a los pacientes, pues es hablar y compartir cuando uno quiere, porque no todo el mundo quiere hablar del tema, que hay que respetar los tiempos, rodearte de familia, de amigos, darte tiempo y intentar pedir ayuda, porque evidentemente, de hecho, es complicado y a partir del momento del diagnóstico todos los días son complicados. Y sobre todo también educar. La sociedad, en general, sigue teniendo un estereotipo muy cerrado de lo que es un paciente de cáncer de pulmón.

O sea, yo, por ejemplo, fui diagnosticada con treinta y cinco años.

Habla Stephanie Oyonarte da Rocha, vocal de la Asociación Española de Afectados de cáncer de pulmón.

Hay cada vez más pacientes que necesitan este servicio de psicooncología, en este caso, relacionado con el cáncer. Pero si se destinan menos recursos a la sanidad pública, ahí hay un problema, muchos pacientes poco personal. Entonces, que hay pacientes que acceden a través de sistema público, pero, como digo, no es suficiente. Entonces, a través de AEACA, por ejemplo, tenemos el servicio de psicooncología, porque da acceso, pues, precisamente, a tener unas citas que quizás se alargarían más en el tiempo en el sistema público. La gente no es consciente de hasta qué punto el cáncer de pulmón está extendido.

Es que los datos son alarmantes, Son más de treinta y dos mil personas diagnosticadas en España al año, y más de veintidós mil fallecen cada año.

Cinco de esas miles de personas que recibieron la noticia del diagnóstico en los últimos años se sentaron a finales de este enero en uno de los espacios que existen para compartir. Era una sala de un hospital público, el Ramón y Cajal de Madrid, y en el contexto de su escuela de pacientes, una iniciativa abierta en la que se pueden formar en temas tan variados como nutrición, asesoría legal o cuidado dermatológico. También pueden hacer terapia de grupo. Ese día se juntaron Raquel.

Soy paciente desde el año dos mil dieciséis. Tengo cincuenta y siete años.

¿Beatriz?

Tengo treinta y seis años. Diagnostica desde los treinta y tres.

¿Óscar?

Tengo cincuenta y siete años, diagnosticado de cáncer de pulmón desde el año dos mil diecinueve.

¿Javier?

Tengo sesenta y siete años, y soy paciente de cáncer de pulmón desde hace cuatro años.

¿Y Juan Manuel?

Diagnosticado de cáncer de pulmón en el diecinueve.

Y estaba también su psico oncóloga, Paloma Trigueros.

Mi labor es estar en consultas externas y ver a los pacientes que derivan desde Oncomedica.

Y María Eugenia Olmedo. Me dedico a la sección de tumores torácicos desde hace más de quince años y soy especialista en cáncer de pulmón. Y, pues, soy la médico de, pues, todos los pacientes que hay aquí, la verdad.

Quizá me escuchas intervenir en algún momento, pero yo ya me retiro y te dejo escuchando sus reflexiones de aquel día sobre el estigma, sobre la enfermedad y sobre cómo encararla.

Buenos días, chicos. Bueno, una vez más para organizar la escuela. Ya vamos a por la sexta edición. Siempre tenemos el tema de la psicooncología ahí, ¿no? Que nos persigue para este tipo de de eventos, ¿no?

De dónde la ponemos, cómo la ponemos, a quién elegimos. Y yo tengo la sensación que es una parte muy difícil dentro de la escuela. ¿No os parece, Juan, a ti? ¿Cómo piensas meter una charla de psicooncología dentro de la escuela de pacientes?

Yo creo que, por lo menos para mí, el principal objetivo de la escuela es tratar de evitar a pacientes de hoy en día muchos de los pasos o de los momentos que pasamos nosotros cuando no existía la escuela y no había nadie que pensara en ello, ¿no? Entonces, si les podemos evitar toda una serie de prejuicios, de sustos y abrirles un poco la mente, darles una visión mucho más actual y quitarles rémoras, sobre todo, y prejuicios, ¿no? Sobre

El estigma también,

¿no? Exacto.

Por eso es importante la visión del psicooncólogo normalmente, pero la verdad que la experiencia en otras ediciones no ha sido muy buena con la psicooncología. No si alguna de vosotros vivisteis las primeras sesiones hablando de la culpa y tal, que yo creo que creo un clima un poco oscuro dentro de la escuela, ¿no?

Es un tema oscuro.

¿Por qué? Porque es un tema oscuro, porque a la gente le cuesta abrirse.

Nos molesta que nos hagan la pregunta. Claro.

Y encima con gente desconocida.

Y luego la repregunta todavía es más incómoda. Pero ¿cuál

es la

pregunta? ¿Has fumado?

Y cuando contestas que sí, la repregunta todavía es más dañina, asuma mucho. Entonces, eso suele suele molestar, ¿no? Hay personas que lo dicen sin ánimo de de molestar, pero otros para que te sientas culpable. Hablo en la vida en general cuando solicitas a tu vecino, a un familiar, a un amigo, pues la persona te pregunta, claro, ¿qué has fumado? Nomás, claro, es

que has fumado. Sí, sí,

tal cual.

Y sí, sí, de ahí viene la repregunta, ¿y fumabas mucho? O sea,

primero te dan el pésame y después te encuentran la

siguen repreguntando, o sea, la maldad, si ya ya saben que tengo cáncer y que soy

culpable. Bueno, también muchas veces es mecanismo de decir, ay, y a me puede pasar, ¿no? Porque, claro, si yo he fumado alguna época de mi vida, a ver cuánto tengo yo de riesgo de tener un cáncer de pulmón, Es también el miedo por lo que a me pueda pasar.

Bueno, a me hacen la pregunta contraria, ¿no? Qué raro, ¿y por y si no has fumado?

¿Y por qué te ha dado esto si no has fumado?

Pues, habla con mi doctora, ni idea. A

ver, un paciente, imagínate, paciente con treinta y seis años que debuta con un cáncer de pulmón, me da igual si ha fumado o no fumado, no le pertenece. Para desarrollar un cáncer de pulmón necesitas treinta años de eventos genético, modificaciones de la célula para desarrollar un cáncer de pulmón, mínimo, mínimo. Entonces, en realidad, que una chica de treinta y seis años, una chica de treinta y seis años, una chica de veintitantos, como tenemos pacientes, o un tío de cuarenta años tenga un cáncer pulmón, no toca. Hay algo más que tiene que haber sido o mucho anterior, o una información genética, oye, pues que no está bien estudiada, que hay mucha investigación ahora mismo al respecto, Cuidado, que probablemente en los próximos años descubramos muchas más cosas y no sea solamente una, sean factores combinados entre sí. Y no hablamos nunca de la contaminación.

No, no. Pero chicos, Assia tiene unos niveles de contaminación tremendos, sobre todo las grandes ciudades de China y tal, y tienen disparatado también el cáncer de pulmón en no fumadores mujeres. Hay un factor genético, hay un factor de sexo hormonal unido, pero también hay una contaminación desmedida en todos esos países. Si tienes pulmón, puedes tener cáncer de pulmón. Sí.

Para empezar. Por eso, yo pensaba que además la psicooncología tiene mucha importancia en el cáncer de pulmón, igual más que en muchos otros cáncer.

Pero yo también lo pienso ahí, pero que creo que hay que hacerla de otra manera. Creo que hay que apoyarse en Paloma, que la tenemos hoy aquí con nosotros y tal, para que nos ayude, pues en las consultas a a que nosotros seamos capaces de remitir esos pacientes de manera temprana, identificar esa culpa y que podamos tratarla de manera más eficaz. ¿No crees, Paloma?

Claro, yo decía ayer hablando con Maru, ¿no? Yo me me planteaba el perfil de paciente que me llega a y y de cáncer de pulmón, es que no me llega a casi nada, o sea, no me llega a casi nada. ¿Y por qué? O sea, que que cuál es, hay una dificultad, hay una resistencia, se gestiona mejor, ¿no? Porque además, ¿no?

El discurso que yo tengo de muchos pacientes, ¿no? Y que están en un con un momento de de gestión y como al principio es, bueno Paloma, es que yo además no he salido, no he bebido, no he fumado, ¿por qué me pasa esto a mí? ¿No? Como esa frustración. Entonces, bueno, no no no si tiene que ver con esto que que habláis de del estigma o con esta parte social de a lo mejor la sociedad no me no me permite quejarme por esto que me ha pasado, porque, ¿no?

Me me lo he buscado yo, ¿no? De alguna manera cada vez que fumo, me está recordando el paquete de tabaco de oye, te puede pasar esto, ¿cómo te vas a quejar? ¿No? Si ya te lo estábamos diciendo aquí. Entonces, bueno, a eso me da que pensar, ¿no?

¿Qué es lo que pasa, no? Con Yo

creo que es un paciente que me llega a la consulta derrotado, pero yo lo que veo en la consulta que es un paciente que no quiere oír ni hablar de psicólogo, que no quiere oír ni hablar de que, pues, oye, porque le despierten justo esa esa gestión que está haciendo de de culpa, de estigma y de castigo. Es una barrera muy infranqueable en estos pacientes, la verdad, muy distinta

del paciente no fumador. Bueno, yo soy como ese veinte por ciento, ¿no? De de personas que no han fumado nunca y que con treinta y tres años me me parece un cáncer así, ¿no? Que para fue como un, no sé, que no ni definirlo, como un barrido de mi vida, ¿no? De hecho, he dejado de trabajar, o sea, tengo cambios significativos en mi vida.

Y yo, la verdad, es que yo soy una de las que siempre anima a que haya psicóloga. Yo soy psicóloga también, y anima a que haya psicóloga, psiconóloga o talleres de psicología, ¿no?

La edad media de los pacientes, ¿más o menos qué son? ¿Cincuenta y cinco, sesenta y cinco?

No, la edad media de pacientes mucho más superior, está por encima de los sesenta y cinco años.

Porque ese tipo de pacientes no quiere la escuela no no quiero escuchar ni bien.

Porque daros cuenta que la gente que se suele asociar, la gente que que quiere conocimiento, que quiere el poder de de enfrentarse a la enfermedad con conocimiento que pueda hacer con la nutrición, con el ejercicio físico, con la psicología, cómo me puedo preparar de cara a una consulta y tal, es un perfil muy distinto al que estamos hablando. Es un perfil de gente más joven, por debajo de los sesenta años, con un corte vital drástico, como viene a decir, vea, ¿no? De repente estoy en la cumbre de mi vida y me llega esto de gofetón, necesito armas para poderme enfrentar en un momento determinado. Esa gente es la que, normalmente, es la que viene a

la escuela. Maru, perdona, para la doctora, ella estaba pensando en el perfil de género. Puede ser que hasta el

muy bien, sí.

Hasta el momento, en cáncer de pulmón, históricamente hay más hombres, hasta el momento, digo, ¿no? Hay más hombres que mujeres, y los hombres quizás son más reacios.

Totalmente. La

doctora sabrá más de esto, ¿no? Pero

Somos somos más reacios.

Las mujeres siempre estamos más abiertas a esta socorro o ayuda, ¿no?

Sí, o sea, nosotros, por lo por lo general, ¿no? A nivel de género, es como un perfil mucho más evitativo, y de ¿no? El tipo de paciente que me llega a consulta, que busca información en Internet, que yo no la recomiendo, siempre suele ser una mujer, ¿no? Él casi no quiere saber nada, incluso entra acompañado a su mujer, que ella es la que me cuenta cómo está él, pero bueno, yo creo que también, porque el tema de la salud mental es algo que hace unos años no se trataba y y menos en hombres, ¿no? Esto siempre ha sido así, ¿no?

Pues lo que nos han enseñado a no quejarme, a aguantarme las lágrimas, yo estoy bien, ¿no? Y y las mujeres es distinto.

Entiendo Entiendo que hay una pescadilla que se muerde

la vacuna. El cáncer de pulmón genera más culpa y, por tanto, haría falta más atención psicológica que en otros tipos de cáncer,

pero, precisamente, porque te culpan y piensas

a ti mismo, pides menos ayuda que que

no te muy bien, muy bien definido. Exacto. Y y tiene un estigma también para las sociedades. Yo cuando invito a los pacientes citados en la avenida de la escuela, mucha gente no se lo ha dicho a sus familiares, ni a sus vecinos. Es decir, no quieren que les graben, no quieren que les que les hagan fotos, no quieren salir en medios, porque en realidad es un estigma tener un cáncer pulmón, por lo que hoy día, Javier.

Oye, aquí me van a preguntar si he fumado, cuánto he fumado y tal.

Una de las cuestiones por las que evitas es que te miran directamente con pena. Te vas a morir, pobrecita.

Sí. No te lo dicen, pero te miran. Te

lo miran, sí.

No hace falta que te

Sí, ya

ya. Yo creo

que, a mí, por ejemplo, en mi caso, yo me visto como como tranquilizando, consolando a gente a la que le he dicho que tengo cáncer, ¿no?

Eso también voy a decir que

a gente que se me ha puesto llorar.

En verdad.

Te digo que hay hasta médicos. O sea, me pasó con mi ginecóloga. Claro, y entonces, como ahora ya te piensas a quién se lo dices y a quién no, ¿no?

Porque también luego está el otro bando, ¿no? De de estas de venga, puedes, a por todas, que esto no pueda contigo, que a por lo que me llega, que fastidia también, ¿no? Igual, ¿no? Como que a veces no no no

Me confirmáis que os hacen sentir culpables, pero os

quiero hacer una pregunta, ¿vosotros habéis sentido culpables? No.

Yo soy fumador y no. No, porque

porque en la época en la que nos metieron en el vicio, era una época en la que yo no estaba preparada para poder discernir. Un ejemplo, después me vino la droga y yo ya pude elegir que no. La droga, la otra

droga. Sí. Claro. ¿Vale?

Otra de las muchas drogas que hay. Entonces, yo no me siento culpable, me siento engañado, manipulado.

Sí, porque antes estaba unido a lo varonil, ¿no? Desde los trece o catorce años, el varón fumaba

Pues, tenía

la mayoría de edad.

La mayoría de edad.

Ahora ya puedes fumar delante de de nosotros. De

hecho, esto esto está en la historia del de de la medicina, donde la industria tabacalera estadounidense diseñó beneficios del tabaco para la salud. Entonces, cuidado que ahora la industria se ha transformado, pero sigue existiendo. Tenemos a, anda, que no tenemos información, ¿no? Hoy en día, chavales de trece, catorce, quince años, tienen toda la información disponible y siguen incorporándose al hábito del tabaco. O incluso no lo saben, porque vapean cigarrillo electrónico, que no lo ven como tal, cuando la industria tabacalera lo que está diseñando es una conducta, establecer la conducta para que cuando llegue el tabaco sea facilísimo incorporarte a a a ello.

Yo voy a la Universidad de Medicina a dar clases, y yo me encuentro a las alumnas de Medicina, futuras médicos, fumando, vapeando en la puerta, en la Sáenz, ¿no? Eso eso significa que lo está haciendo muy bien. A ver, efectivamente, no se debe fumar, por lo que todos sabemos y tal, pero es que es una enfermedad en misma, el tabaquismo. Y es decir, no es culpa de este señor que haya estado treinta años fumando. A ver, es culpa de un sistema que ha pervertido todo, ¿no?

Y que ha motivado a que ese hombre se incorporara en un trabajo.

Yo me llegué a sentir culpable.

A pesar de que

las doctoras me insistían,

por

lo que decía antes la doctora Olmedo, porque por la edad tampoco me había dado tiempo mucho y me insistían en que no era por el, o sea, que no tenía, que no era por el tabaco, que no tenía por qué ser, yo me sentí muy culpable.

¿Cómo lo gestionaste eso?

Pues con una psico oncóloga. Sí, sí, yo fui desde el primer momento asistí y pedí ayuda siempre. Muy bien, muy bien. Y me ayudó, fue fundamental. Para fue decisivo ir a la consulta de la psicóloga.

Me ayudaron muchísimo en la asociación contra el cáncer, cierto, Muchísimo. Qué bueno.

¿Cómo cómo pudiste gestionar esa culpa? ¿Qué fue lo que pasó? ¿Desapareció? ¿Se transformó en otra cosa?

Nunca desapareció la idea verdaderamente. Se transformó en algo que se quedó ahí, pero yo creo que siempre pensé, bueno, seguramente, si no hubiera fumado, igual no me hubiera pasado. ¿No? Pero fui transformándolo en éxitos. A medida que

me iba

curando, pues el éxito iba estaba por encima de la pulpa, ¿no? Entonces, la los sentimientos iban cambiando. Me focalizaba en otras cosas, pero me ayudó mucho, sí, porque yo estaba segura que me había pasado por Y fumaba poquísimo, o sea, que yo fumaba realmente. Era muy fumadora social, pero estaba segura que el estrés que tenía junto con eso habían sido los desarrolladores. Sí.

Además, yo no no se lo quise decir a, prácticamente, nadie. Me preguntaban qué qué tenía y yo decía que un tumor.

Claro.

Claro, no dices pulmón, claro.

No, un tumor, ni cáncer tampoco.

Y además, ATC te cayó el pelo, a ti era visible que había un tratamiento, ¿no?

Sí, sí, pero yo ya me apañaba con mis pelucas, tal, con salía poco, nunca llevaba pañuelo.

Es que salís poquísimo en esa época. Sí, es curioso. ¿Y a tus hijos se lo dijiste?

Sí, sí. ¿Cuál? ¿A adolescentes, era aquel? Sí, trece y quince. Sí.

Sí, desde el primer, vamos, desde el primer momento no. Cuando pasó un mes y ya fui asimilando, ya fue cuando se lo pude decir. Pero en el trabajo, me acuerdo que se lo dije a mi jefa y le dije, por favor, no se lo digas a nadie. O sea, no quiero que la gente lo sepa.

¿Y crees que eso tuvo que incluir el tipo de cáncer o solo el? Segura. Sí. Sí.

Os quería preguntar, habéis mencionado un poco de paso con otro, ¿verdad?

Que era saber un poco

de lo de tus hijos, pero poco por cómo se lo toman los familiares. ¿También hay un estigma o también se lo han, no sé, lo han llevado peor por ser este tipo de cáncer o?

No, en mi caso no, en mi caso no. Pero lo que te digo, personas fuera del entorno familiar, te dan esas preguntas y repreguntas, no en mi entorno familiar, no.

O alguna recriminación, algún enfado

de te lo dije, o veo la consulta.

Sí, ¿no ves?

La típica asesora. Eso es un espectáculo.

Te lo doy.

Yo creo que una de las cosas más difíciles con las que los pacientes tienen que lidiar es con la incertidumbre. Entonces, al final tengo incertidumbre y mi cerebro de manera automática va a buscar información para que esa incertidumbre desaparezca. Y es un poco también la culpa puede aparecer para rellenar esa incertidumbre, ¿no? De yo estoy así y me doy la explicación y es por esto, ¿no? Los pacientes que no se pueden dar ninguna explicación, pues, lo viven con más angustia, ¿no?

Que la explicación sea negativa, me ponga a en un lugar de señalado, ¿no? De esto es por tu culpa, pero me doy una explicación y hay una parte de como que se calma porque está entendiendo lo que está pasando, ¿no? La idea es es poder cambiar la culpa en responsabilidad y y desde ahí, pues poder tomar las decisiones que que hagan que la enfermedad, bueno, pues no me haga tanto daño o o no progrese en la medida en la que yo pueda colaborar en eso, pueda gestionarlo mejor y pueda tomar decisiones que a me cuiden, ¿no? Pero en realidad la culpa es que es como un sentimiento súper inútil, ¿no? Porque te hace rumiar mucho y no pasar a la acción, ¿no?

Que al final aquí lo que queremos es, vale, hazte cargo de no de de lo de de por qué tienes la enfermedad, sino de ahora qué hago con la enfermedad, ¿no? Y cómo poder convivir con ella de una manera que que no me afecte, ¿no? Y no me paralice, ¿no? que que estoy en un proceso oncológico, de acuerdo, ¿qué puedo hacer yo para adaptarme, adoptar mi vida y aceptar las pérdidas que puedo tener dentro de ese proceso, ¿no? Y, pues, bueno, desde ahí ir trabajando.

Yo creo que ha mejorado, pero todavía queda,

Bien, usted también.

Queda y no si te voy a decir que somos un poquito hipócritas, porque manifestamos una cosa que, en el fondo, no sientes. Y eso todavía es más doloroso, Obvio prefiero que me lo digas, no pasa nada. Si soy culpable, ya soy culpable, me has estado ya más condenado, no hace falta que siga.

Hombre, pues yo preferiría que la gente tuviera un poquito de tax.

Claro, pero

no hay necesidad de, como sociedad, dibujar ese castigo, ¿no? De merecido tal, no hay necesidad.

No muy bien qué es la la frase o qué

no sé, no

creo que haya una frase perfecta. ¿No? Como para este tema es como que

No, yo quizás es escuchar más que que hablar.

Que no te hace falta que te digan nada, ¿no? En ese momento, no necesitas que te diga el otro nada.

A veces no hace falta. Es mejor que no digan nada

de así, mejor que se calle y tronique, a veces ya está.

Y si hay alguna frase

Depende además tanto de cada persona y del carácter de cada persona, por eso cada paciente es un mundo.

O sea, O sea, yo creo que lo que has dicho de escuchar, ¿no? Como que nos cuentan algo y automáticamente te buscamos la solución a tu problema, ¿no?

La gente termina con miedo cuando le dice el otro, tengo una enfermedad oncológica, un cáncer. Es que el otro termina paralizado diciendo, a ver qué frase voy a coger, ¿no? Que está ese otro tipo de A ver qué tal, qué está procesando. No puedo hablar de lucha, de combate, no puedo hablar de qué guapa, qué bonita, qué feo, qué tal.

Es muy difícil.

Oye, qué buena cara, tampoco puedo decirlo. Entonces, llega un momento que dices, a ver qué digo, pero no. Oye, pues estoy aquí, como mucho desastre, ¿no?

Eso es un

chico, estoy aquí, sí. Y que vaya todo muy bien.

Y que vaya todo muy bien. Para lo que necesites estoy.

Gracias.

Este episodio lo ha realizado Belén Remacha, la grabación en estudios de Nicolás Chavertidis, la edición de Ana Rivera.

El diseño de sonido,

de David Gutiérrez. Yo tener una

tener una Ford Marrik dos mil veinticinco con motor híbrido estándar o una Bronco Sport con Got Modes para recorrer cualquier tipo de terreno y escaparte de la ciudad, podrían llamarte Osado. Y según el diccionario, Osado es persona valiente, abotada, intrépida. Pero si además quieres todo esto por menos treinta mil MSRP, también podrían llamarte exigente. Y sabemos que a ti no te importa cómo te llamen, ya nosotros tampoco. Las nuevas y capaces Ford Maverick y Ford Bronco Sport dos mil veinticinco.

Excluye

impuestos y tarifas por título y licencia.

Podcast: Hoy en EL PAÍS
Episode: El cáncer de pulmón, una enfermedad con “culpa”