00:00
00:00
Hola a todos, I'm Rocío.

I'm I'm Jesús.

Welcome to language Felicidades, Jesús.

Felicidades, ¿por qué?

Lo sabía.

Que es broma. Que sí, que me acuerdo, que hace diez años que nos conocimos.

Qué bonito. Ay, maravilla. Otra pregunta con truco, a ver si sabes la respuesta.

Bueno, si no quieres enfadarte, mejor no preguntes.

¿Cuándo es nuestro aniversario de boda?

Ah, vale. Esta Sí, tiene truco, tiene truco, porque tenemos dos aniversarios de boda. Tenemos uno que es dentro de poco, en diciembre, creo que el veintisiete. Ah, bien. Y otro es en abril.

¿Qué día?

que es antes de mi cumpleaños.

Esto es una lotería.

El doce.

El doce de abril.

¿Y por qué tenemos dos aniversarios de boda, Rocío?

Bueno, porque hace ocho años, que fue la primera boda, la boda de diciembre, tuvimos que casarnos muy rápido. Yo no, no estaba embarazada o algo así, que es normalmente la razón por la que las parejas deciden casarse muy rápido.

Bueno, eso es muy antiguo, Rocío. La gente ya no se casa porque esté embarazada.

Hay muchas familias muy anticuadas.

Afortunadamente, cada vez menos. No, no creo yo que tus padres te obligasen a casarte por estar embarazada.

Tenemos mucha suerte con nuestras familias y son familias abiertas de mente.

Aún así, y afortunadamente, no estabas embarazada.

Efectivamente. Y entonces ese verano, el verano de ¿qué año? Dos mil trece, a Jesús le ofrecieron un trabajo

en Arabia Saudí.

Aquí cerca,

fácil. Una buena oportunidad laboral. Bueno, recuerda que yo tenía ganas de vivir en otro país y demás, y creo que ni me lo pensé mucho. Acepté el trabajo y a Arabia Saudí me fui.

Pero en el momento en el que nos informamos un poco de la situación allí, de las leyes, el derecho, nos dimos cuenta de que un hombre y una mujer que no pertenecen a la misma familia no pueden vivir juntos.

Bueno, yo creo que a nadie le extraña, pues este tipo de leyes en un país como este, ¿no? Y es cierto, para que pudieses venir a vivir conmigo nos teníamos que casar.

Ay, yo recuerdo a mi madre cuando me preguntó. Vale, os casáis porque os vais a vivir juntos, pero Rocío, le quieres, ¿no? Ella estaba preocupada porque yo pudiera tomar una decisión precipitada.

¿Y para qué te ibas a ir si no me querías a Arabia Saudí?

Es que Jesús llevábamos saliendo juntos muy poco tiempo.

Un año o así, ¿no?

Más o menos, un año. Mi madre pensó que era una locura, pero además casarnos era una locura casi más grande.

Pues sí, pues eso hicimos. Y entonces aprovechamos las vacaciones de Navidad para celebrar una boda muy pequeña, muy pequeña.

Para firmar el contrato y tomar unas cervezas con nuestros padres, nuestros hermanos y nuestros sobrinos.

Exactamente. Y

punto. Pero si empezáis a conocernos a Jesús y a un poco, probablemente sabéis que nos encanta una celebración, una fiesta.

Bueno, sí, a me gusta una fiesta, no necesariamente una boda.

Después vamos a hablar de si te gustan o no te gustan las bodas.

Vale.

Y entonces en abril, bueno, juntamos a la familia en una boda no muy grande, porque éramos ochenta personas. sabes, hay mucha gente que tiene unas bodas de trescientas personas,

Ochenta personas, de las cuales setenta venían de tu parte.

Sí, tengo una familia muy, muy

grande. Yo te Bueno, mi familia no es pequeña, simplemente no les invité.

Espero que no estén escuchando este podcast.

No pasa nada, son simpáticos.

Y entonces a ti la las bodas. ¿Te gustan las bodas?

No. Punto. De hecho, no me gusta que me inviten a bodas. No me gusta. Es cierto que después, cuando ya estoy en la boda, me lo paso bien y disfruto y bailo y no sé, pero no me gusta que me inviten a las bodas.

El pensar que tengo una, yo creo que es porque no me gusta, con tanta antelación, tener una obligación. Es como te invito a una boda, vale, pero es que esa boda va a ser un día de el próximo año en el que no ni dónde estaré ni si seguiremos siendo amigos, ni no y no, no me gusta, me agobia, me agobia que me inviten a las bodas. Si de repente una persona, un amigo, me dice mañana es mi boda, vente, voy. Pero si me dice el año que viene es mi boda, vente, le diré no lo sé.

Ay, a me encantan las bodas. Y además normalmente hay comida buena, hay barra libre, hay música, hay amigos. La parte mala que es muy, muy caro, porque si es en tu misma ciudad, bueno, pero normalmente las bodas son en otra ciudad y tienes que comprar billetes de avión o de tren, el hotel. Las mujeres, sabes, tenemos que comprarnos un vestido, unos pendientes

Y además de que, por ejemplo, si la boda es un sábado, que normalmente es un sábado y está en, como dices, en otra ciudad que necesitas, no sé, como seis horas para llegar en coche y tienes que trabajar el viernes, no disfrutas, porque te vas el sábado muy temprano, llegas a la boda, empiezas la boda, termina tarde, te tienes que volver el domingo porque el lunes vuelves a trabajar. Es un agobio.

¿Y el regalo, Jesús?

También.

¿El regalo? ¿Cuánto está establecido más o menos, en España? Decimos que pagamos normalmente como ciento cincuenta euros por persona. Es como el mínimo, ¿no? De buena educación son ciento cincuenta o doscientos euros por persona.

Si ya eres una persona muy cercana a los novios, pagas más dinero. Pero también este tipo de obligaciones, cuando te invitan a una boda de una pareja que no son amigos cercanos y tienes que hacer este esfuerzo de físico, tiempo y dinero.

Bueno, es que tampoco entiendo por qué un amigo no cercano te invita a una boda.

Sí, yo he rechazado ir a bodas y creo que no es necesario tampoco inventarse una excusa. No puedo.

No me apetece. Te odio. No me llames nunca más.

Desaparece de mi vida.

Gracias a esta invitación hemos dejado de ser amigos.

¿Y has estado en muchas bodas?

No en muchas. Como te puedes imaginar, he dicho que no a muchas de ellas. Ni siquiera invité a mucha gente a la mía.

Pero yo, por ejemplo, tampoco he estado en muchas bodas. Nosotros el otro día, cuando hablábamos de la amistad, yo hablaba de mi amiga Blanca. Blanca va como a siete bodas al año.

Sí, sí, a la gente Lo mismo es que nosotros no tenemos

amigos. O la gente no nos quiere invitar a sus bodas porque no sé.

Bueno, tampoco tenemos muchos amigos casados.

La mayoría son solteros, de hecho, que no tienen pareja. ¿Y puedes recordar, no sé, la mejor boda en la que has estado o la peor o alguna anécdota?

Pues mira, voy a recordar una, no fue la mejor, tampoco la peor, fue una boda normal, pero que por la situación fue bastante peculiar. En esa boda has estado también. ¿Recuerdas la boda de Paul en Tailandia?

Madre mía, madre mía. Recuerdo primero una cosa y es que estábamos en Tailandia y nos invitan a una boda de una tailandesa y un filipino. Y yo pensé va a ser espectacular porque va a ser completamente diferente

Atercultural, ¿no?

A todo lo que hemos visto y en Tailandia, una tailandesa.

No. Bueno, lo primero fue, llevábamos poco tiempo en Tailandia. Lo primero fue cuando Paul me preguntó que si iba a ir a su boda, le dije que bueno, que sí, que íbamos a su boda. Y lo siguiente fue cuando me dijo que si quería ser yo la persona que le ayudase a organizar, pues la persona que tiene el micrófono y le va diciendo a la gente lo que tiene que hacer.

El padrino.

Más, más que eso. Primero, antes que que eso, me me dijo que si quería ser yo, pues eso, la persona encargada de de tener el micrófono, de decirle a la gente dónde tenían que ir, cuándo íbamos a cenar, el momento del baile, etcétera, etcétera.

Qué responsabilidad para una persona a la que acabas de conocer.

Evidentemente le dije que no. Y entonces seguidamente me propuso ser el padrino de su boda

y

era como ¿en serio llevo aquí no cuánto llevábamos? ¿Cuatro meses?

Sí.

Y ya tengo que ser el padrino de tu boda.

Me consideras también tenemos que decir que en España no existe esta tradición de damas de honor y padrinos. Y entonces era un poco más raro, incluso.

Afortunadamente, éramos cuatro los padrinos. Yo creo que él quería tener, que no le importaba si éramos amigos o no, él quería tener una boda un poco, pues diferente e internacional. Pues, por ejemplo, los padrinos éramos, bueno, yo de España, Yeimy de Inglaterra, Cash de India y alguien, creo que alguien, algún amigo o familiar suyo de Filipinas. Cuatro padrinos de cuatro países diferentes.

Una buena mezcla. Y lo interesante, lo más llamativo de la boda fue eso, que era una boda católica, como cualquier otra boda en la que habíamos estado. Entonces, fue muy decepcionante para no poder estar en una boda tailandesa.

Pero ¿en serio lo más llamativo que dices fue que era una boda católica?

No, perdón, lo más de

Bueno, lo primero, perdona, es que estaban ocultando que la novia llevaba tres meses

embarazada. ¿Ves? ¿Ves? has dicho al principio que en el siglo veintiuno no existen este tipo de parejas.

¿Pero por qué esconder un embarazo si eso es felicidad para ellos?

Pero no estaban casados y es pecado, Jesús.

Bueno, todos lo sabíamos, pero nadie decía nada.

Vale. Yo por qué te ha sorprendido que yo dijera que era lo más sorprendente.

A ver.

Ya. ¿Qué parte fue la que más te sorprendió a ti de esa boda?

Bueno, hubo muchas, pero yo creo que lo más desconcertante es cuando nos pidieron a ti y a que nos suviéramos al escenario. A ver, había una banda de música. ¿Recuerdas?

Sí, claro.

Pues quitaron a la banda de música del escenario para que y yo, y yo, Rocío, subiésemos a cantar Balada Poa en en portugués.

Con mi voz angelical y mis movimientos.

Y yo que estaba ya borracho. Pero sin dudarlo un segundo, subimos y la cantamos dos veces seguidas.

Más sí, pero después volvimos a subir.

A cantar otras. Oh, Dios mío. cantaste Corazón espinado.

Fuimos protagonistas.

Pues como siempre.

Para mí, la mejor boda en la que he estado, la nuestra.

Fue muy buena.

Fue muy divertida, muy divertida y en Cádiz.

Y en la playa. Oh, una maravilla.

Hasta luego. Nos vemos.

Podcast: LanguaTalk Spanish
Episode: Marriage & Weddings