Si también usas Instagram puedes encontrarme en mi cuenta Spanish Languagecoach, donde continuamos hablando de una forma casual, en español, sobre el idioma y muchas otras cosas. Si me visitas en Instagram, no te olvides de mandarme un mensaje y decirme que escuchas el podcast, siempre me pone muy contento, me hace ilusión. Y por último, antes de empezar el episodio de hoy, te pido un pequeño favor. Si estás escuchando este podcast desde iTunes o cualquier otra plataforma donde se puedan escribir comentarios, por favor, escribe un pequeño comentario con una línea es suficiente y esto ayudará a que otras personas descubran el podcast. Hoy es seis de noviembre de dos mil veinte, ayer empezamos en Inglaterra el segundo confinamiento, Lockdown, a causa del COVID, y los resultados de las elecciones en Estados Unidos tienen al mundo en suspense.
Estamos todos pendientes de quién se va a convertir en presidente. Sin embargo, hoy no he venido a hablarte del confinamiento en Inglaterra ni de las elecciones. Quiero contarte algo que me dijo una de mis mejores amigas hace unos años, en la época en la que estábamos en la universidad. Un día yo le estaba contando algo que había empezado a hacer, no recuerdo bien qué era, no sé si era algo que estaba aprendiendo, una nueva idea que quería poner en práctica o un proyecto. Lo importante no es lo que yo había comenzado a hacer, sino lo que me dijo mi amiga.
Ella hizo algo que solo hacen los buenos amigos. Fue honesta y me dijo muy seria la siguiente frase. César, tengo la sensación de que nunca terminas nada de lo que empiezas. Esto que me dijo mi amiga había resonado en mi cabeza durante muchos años antes de que ella lo expresara con honestidad. Es increíble cómo una frase con tan pocas palabras puede provocar un choque de realidad tan grande.
En mi cabeza, en mi subconsciente, ecos de esa misma frase se repetían constantemente, pero por primera vez escuchaba la maldita frase en voz alta y en boca de otra persona. Esto me daba una señal clara, no era algo que solo pensaba yo, era algo que podía verse desde fuera. No sabía qué estaba pasando conmigo. Cuando iba a cursos de orientación profesional siempre nos hablaban de buscar tu pasión, de tener claro tu objetivo, pero yo no tenía una pasión específica. Me gustaban muchas cosas, estaba interesado en diferentes disciplinas, me gustaban los idiomas pero también la microeconomía, la sociología y la oratoria.
¿Por qué me sentía obligado a elegir, a seleccionar algo específico? Esta sensación que yo tenía no es algo que aparece de la nada, es algo que la sociedad nos enseña desde que somos pequeños. Cuando somos estudiantes de primaria nos preguntan ¿qué quieres ser de mayor? ¿A qué profesión te quieres dedicar cuando seas adulto? Un poco más tarde, cuando decidimos estudiar en la universidad, tenemos que especializarnos con una carrera universitaria específica, después quizás hacer un máster, haciendo cada vez más específico el espectro de nuestro conocimiento, nos especializamos.
Todas estas preguntas pueden generar una gran ansiedad a lo largo de nuestros primeros años si no tenemos respuestas o tenemos demasiadas respuestas. No son preguntas fáciles, y si consideramos que la persona media va a estar diez años de su vida trabajando, la presión es mayor, no queremos cometer errores con nuestras elecciones. Esta ruta, este camino, es perfecto si eres una persona especialista, de forma innata, si siempre has tenido clara tu vocación o has tenido las cosas muy claras, si tienes una pasión que destaca, que se hace más evidente que el resto. De hecho, afortunadamente hay personas especialistas, Las personas que se dedican a la salud, en muchas ocasiones, están especializadas en un aspecto muy específico de su campo, de su sector, y eso es de gran beneficio para la sociedad en general. Es evidente que durante mucho tiempo la especialización se ha valorado muy positivamente, mientras que las personas que muestran intereses en varios campos son vistas como personas un poco descentradas, sin foco.
De hecho, si buscamos en las expresiones en español encontramos una que expresa muy bien esta idea. En español decimos que aprendiz de mucho, maestro de nada. Parece que hay algo malo si no tienes una pasión u objetivo específico. Esto no siempre ha sido así, de hecho en otros períodos de la historia como el Renacimiento se valoraba muy positivamente que desarrollaras habilidades en distintas disciplinas. Pero hoy en día, pues, no está tan bien visto, aunque existe una excepción.
Si eres artista, puedes ser un artista multidisciplinar y eso te da un valor diferenciador, es positivo. Tenemos como ejemplo al gran cantante británico David Bowie, que no se conformó con un estilo de música y, además, también amplió su carrera siendo actor o productor. Incluso, dentro de su carrera musical creó varios personajes. ¿Qué pasa con estas personas entonces? Las personas multipotenciales, personas que no están especializadas.
Las personas multipotenciales son personas con muchos intereses, personas a las que les gusta hacer actividades creativas y en diferentes campos. Son evidentes las fortalezas de una persona especialista, pero no tanto las de una persona multipotencial. Emily Wapnik, creadora de la comunidad de personas multipotenciales en Estados Unidos, dice que las fortalezas, los aspectos más positivos de los multipotenciales son los siguientes. La primera es que son expertos en la síntesis de ideas, esto quiere decir que encuentran fácil poder combinar dos campos completamente diferentes y crear algo nuevo de ellos. Es precisamente esta intersección, esta unión de dos campos diferentes la que provoca la innovación.
La segunda es el aprendizaje rápido. Los multipotenciales están acostumbrados a empezar cosas nuevas, son expertos siendo principiantes en diferentes campos y han desarrollado una capacidad para aprender y para salir de su zona de confort más rápidamente. Además, siempre hay cosas en común entre los proyectos que abandonaron y los que han empezado, lo que provoca que puedan progresar más rápido. Quiero que imagines a un joven americano que abandona la universidad, decide dedicar su tiempo a montar ordenadores en su garaje y a hacer cursos de tipografía. A primera vista no parecen decisiones muy acertadas, muy correctas, pero ese joven se convirtió en Steve Jobs.
¿Conoces la famosa charla de Steve Jobs sobre conectar los puntos? Hablaba de cómo podemos ver la utilidad de algo del pasado solo en el presente, y que quizás algo que aprendiste en el pasado y que aparentemente no tenía ningún valor, te llevó a otra cosa, y esa otra cosa te trajo hasta este momento. La tercera fortaleza es la adaptabilidad. Los multipotenciales son personas que se adaptan, son flexibles. Una de las habilidades más valoradas en el mundo laboral y en la vida en general.
Ser capaz de pivotar y navegar en escenarios inciertos es, desde luego, una gran fortaleza. En el episodio número dieciséis hablamos, por cierto, del nuevo escenario laboral y nos cuestionábamos si ahora tenemos trabajos para toda la vida, hablábamos de este tipo de habilidades. Bueno, ahora vamos a conocer un poco más cómo funciona exactamente la cabeza de un multipotencial, cómo es estar en la mente de un multipotencial, y atención porque quizás te sientas identificado o identificada, vamos a ver. Este tipo de personas empiezan a sentir curiosidad por algo, por ejemplo, por la pintura, van a la tienda con entusiasmo y compran todo lo necesario para hacer su primer cuadro, miran vídeos en YouTube, necesario para hacer su primer cuadro. Miran vídeos en YouTube, tutoriales sobre distintos estilos, acrílico, acuarela, pero más pronto que tarde empiezan a aburrirse, ese entusiasmo empieza a disminuir, se aburren y pronto encuentran otra actividad que les parece más interesante.
Ese patrón se repite y el multipotencial empieza muchos proyectos de los que acaba cansándose. ¿Quiere esto decir que un multipotencial no consigue nada en su vida, que abandona todo? No, para nada es así. Lo que ocurre es que para un multipotencial es necesaria la exploración, necesita probar cosas nuevas, es curioso por naturaleza y empieza en muchos proyectos. No mantiene todos los que empieza, pero por supuesto que mantiene algunos, a pesar de las dificultades que puedan aparecer.
Si tú eres multipotencial y un día decidiste aprender español, años después sigues aquí, no lo has abandonado, a pesar de las dificultades y frustración que a veces significa aprender un idioma. Te pondré como ejemplo algunas de las cosas que yo empecé y no acabé. En el pasado estudié latín por un tiempo, también tuve un periodo donde estaba interesado en aprender a codificar coding y usaba una app para ello. También abrí en dos mil diecisiete una cuenta de Instagram donde compartía mis recetas, era una forma de hacer visible mi transición al vegetarianismo y después al veganismo. Ahora mismo no hago ninguna de las tres cosas que acabo de mencionar, sin embargo, me fueron muy útiles y me ayudaron a aprender más rápido otros proyectos posteriores.
Esta era una de las fortalezas de los multipotenciales, el aprendizaje rápido. Tener nociones básicas de latín me ayudó con el italiano, y mi cuenta de Instagram de recetas fue el experimento perfecto para aprender a usar esta red social. Todo ese conocimiento lo pongo en práctica en mi cuenta de profesor que uso hoy en día y me ayuda muchísimo. Además, los multipotenciales, como he dicho también, mantenemos algunas de las ideas y proyectos que empezamos. Yo sabía que me encantaban los idiomas y que tenía una gran vocación por enseñar a otras personas, sin embargo, también me interesaba la tecnología, las redes sociales, el podcasting, el desarrollo personal, la psicología, la comunicación, la edición de vídeo, el diseño y otras cosas.
Poco a poco he podido incorporar mis múltiples intereses a mi trabajo diario. En mis clases online puedo hacer uso de mi formación y vocación como profesor. Con este podcast puedo hablar de temas que me apasionan, puedo comunicar y recibir los comentarios de personas como tú, que me escuchas ahora mismo, y que probablemente tengas intereses similares a los míos. Y por último, con mi nuevo proyecto, un proyecto con el que estoy muy emocionado, estoy poniendo en práctica la mayoría de mis intereses. Desde hace unos meses estoy creando un curso pregrabado para estudiantes de español de nivel intermedio.
Esto, a pesar del gran trabajo que requiere, me está permitiendo poner todas las cosas que me gustan en práctica y llevarlas al siguiente nivel. Necesito idear, crear, grabar y editar las lecciones, y además hacerlo con buena calidad. En definitiva, estoy seguro de que ser multipotencial es ideal para el tipo de trabajo que hago. Desde hace años, mi mundo profesional gira en torno alrededor del aprendizaje del español, y puedo usar y potenciar las cosas que me gustan dentro de ese mundo. Soy muy afortunado porque mi profesión me permite hacerlo, y estoy de acuerdo contigo si piensas que no siempre es posible usar diferentes disciplinas en un trabajo.
Hay trabajos mecánicos o muy especializados. En ese caso, es más complicado usar todos nuestros intereses en la actividad profesional, pero siempre podemos convertirlos en nuestras aficiones o hobbies. Por otro lado, hay otros profes de español que son del estilo opuesto, son especialistas, profes que además de enseñar tienen intereses muy específicos sobre aspectos del idioma y crean trabajos de investigación, por ejemplo. No es increíble que cada persona, dependiendo de su estilo, pueda hacer las cosas que mejor hace y que además disfrute haciéndolas. En el mundo laboral son muy conscientes de esto, de estos dos estilos.
De hecho, los departamentos de recursos humanos intentan crear equipos equilibrados donde haya multipotenciales capaces de aportar ideas creativas y especialistas que puedan implementarlas y tengan los conocimientos específicos. Si te sientes identificado con lo que te he estado contando y tú también eres un multipotencial, te gusta aprender de diferentes disciplinas y eres capaz de conectar todos esos conocimientos, enhorabuena. La verdad es que guiarte por tu curiosidad puede llevarte a lugares magníficos. Las personas multipotenciales no somos genios, somos personas normales y corrientes que poco a poco hemos aprendido a combinar nuestros conocimientos y habilidades de diferentes disciplinas. Si estás escuchando este podcast es porque algún día decidiste empezar a aprender español, quizás antes de eso habías intentado aprender otro idioma y acabaste abandonando, pero ese ese aparente fracaso te ha dado muchas herramientas, utensilios para tu aprendizaje del español, y la experiencia de aprender español te está dando otras muchas herramientas para futuros proyectos, estarás mejor equipado o equipada.
Espero que algún día la expresión española de aprendiz mucho, maestro de nada, deje de usarse y que cada persona pueda decidir libremente su camino, sin la presión innecesaria de definirnos con solo una palabra. Y hemos llegado al final del episodio de hoy, espero que hayas disfrutado y que hayas podido aprender sobre este tema, pero también practicar tu español de una forma natural. Un abrazo grande y hasta la semana que viene.