No existe el concepto de vertedero porque en este planeta imaginado todo tiene uso. El desecho, la basura, de una especie es el alimento, la comida de otra. Una especie también puede ser el alimento de otra. No se necesita crear energía artificial, es suficiente con la natural, el sol. Todo lo que nace en este planeta crece, vive y muere, convirtiéndose en el último período de su vida en nutrientes para la Tierra, contribuyendo a que el ciclo continúe.
Podemos decir que la naturaleza es sabia, muy inteligente, y que ha creado un sistema con un equilibrio prácticamente perfecto. Volvamos a la realidad. Marzo del año dos mil veintidós. La especie humana lleva unos cuantos miles de años en este planeta, y se nota, podemos notar su efecto. A mí no me gustan esos comentarios, misántropos, mostrando odio por la especie humana.
Comentarios como los humanos somos lo peor o lo mejor que le puede pasar al planeta es que nuestra especie se extinga. Yo creo que, como todas las especies, los humanos somos increíbles, excepcionales, somos la leche. Es verdad que cometemos y hemos cometido muchos errores, algunos todavía reversibles y otros irreversibles, que ya no tienen solución. Somos amantes del progreso, casi nadie quiere dar un paso atrás y volver al modo de vida de hace cientos de años. La pregunta es, ¿es el progreso sostenible?
¿Podemos mirar a la naturaleza como un buen ejemplo de sistema que encuentra un equilibrio? También, ¿podemos crecer y progresar sin sacrificar la economía? Estas preguntas son las que se plantea la economía circular, tema del que vamos a hablar hoy. Antes, quiero recordarte dos cosas. La primera es que hoy es el último día para inscribirse en Español Ágil, mi curso online para estudiantes de nivel intermedio.
Puedes encontrar más información en la web, www punto Spanish Languagecoach punto com. La segunda es que en esa misma página puedes leer la transcripción del episodio y usar las flashcards de vocabulario. Ahora sí, empezamos con el episodio de hoy. En mi casa hemos estado más de un mes sin nevera, se estropeó, de funcionar y, puesto que estaba todavía en garantía, teníamos que esperar a que trajeran la nueva. Sorprendentemente, no tener nevera no fue un gran problema para nosotros, hacía frío y la comida se mantenía bien en la cocina.
Además, no comemos carne ni pescado, que son los alimentos que más frío necesitan. El caso es que esta nevera, que tenía solo dos años de uso, terminó su vida útil, dejó de funcionar y la solución era cambiarla por otra nueva en lugar de repararla. Para ser honesto, no pregunté cuál era el destino de la nevera. Quizás se fue directa a un vertedero con productos similares o fue a otro lugar donde pueden reutilizar o reciclar algunas de sus piezas. Este es solo un pequeño ejemplo de cómo funciona nuestra economía actual, la economía de usar y tirar, o economía lineal.
¿Pero qué es la economía lineal? Pues el modelo tradicional. Fabricamos productos y para ello se extraen materias primas, se produce y luego se deshecha, sin tener en cuenta las consecuencias medioambientales. La prioridad es el beneficio económico y los productos se fabrican con la finalidad de ser usados y tirados. ¿Por qué la economía circular puede ser una buena solución entonces?
Es un nuevo modelo de producción y consumo mucho más responsable que el lineal. Tiene muy presente que las materias primas son finitas, o sea, que tienen fin, se acaban. Por esto es tan importante optimizar los recursos y hacer un consumo responsable de ellas. También tiene en cuenta que, obviamente, cuanto más producimos, más contaminamos en el proceso y en la eliminación de residuos. El ser humano siempre ha necesitado consumir una serie de recursos naturales, para comer, para tener un techo, esta es una forma habitual de hablar de la vivienda, y para podernos desplazar de un lado a otro.
Pero, ¿se nos ha ido de las manos? ¿Qué crees? Pues parece que durante muchos años no fuimos conscientes del impacto de nuestro ritmo de vida en el planeta, y empezó a alimentarse el consumo rápido de usar y tirar. Ya no solo existe el fast food, también tenemos fast fashion. Esta industria de la moda rápida es un ejemplo muy, muy ilustrativo de nuestros cambios de consumo en los últimos quince años.
Mira, la producción de ropa casi se ha duplicado desde el año dos mil, mientras que los consumidores compraron un sesenta por ciento más de ropa, en dos mil catorce que en el dos mil solo conservaron las prendas de ropa la mitad del tiempo. El mundo de la moda tradicionalmente tenía cuatro colecciones que correspondían a las cuatro estaciones, primavera, verano, otoño e invierno. Ahora la cosa es muy diferente. Zara, empresa española, ofrece veinticuatro colecciones al año, mientras que la sueca HYM ofrece entre doce y dieciséis. Muchas de estas prendas terminan en el vertedero.
El equivalente a un camión de basura lleno de ropa se quema o se tira a un vertedero cada segundo. ¿Y por qué compramos mucha más ropa que en el año dos mil? Hay personas a las que les gusta seguir las últimas tendencias, pero no es la única razón. En el modelo de consumo lineal, muchas veces se prioriza la cantidad y se sacrifica la calidad. Aunque no seamos como ese amigo, que todos los años tira toda su ropa y compra nueva, lo cierto es que las prendas de mala calidad hacen que tengamos que renovarlas más a menudo, queramos o no, y generemos más residuos y más consumo energético.
Por cierto, y hablando de esto, ¿soy yo al único al que un par de pantalones vaqueros o tejanos me duran como mucho un año? Es verdad que los uso mucho, pero me sorprende lo rápido que se desgastan. El otro día descubrí una tienda en Londres donde cuando te los compras tienes las futuras reparaciones de forma gratuita y de por vida. ¿No crees que sería una pasada, algo increíble las grandes cadenas de ropa ofrecieran algo así? Hasta ahora solo hemos hablado de lo malo, de cómo hemos creado una economía basada en la producción y consumo masivo, pero tenemos que ser justos.
En los últimos años también ha habido un esfuerzo por parte de los gobiernos, las empresas y los ciudadanos por mejorar la situación. Todo comenzó con una cierta conciencia sobre la importancia del reciclaje. Yo recuerdo que los primeros contenedores para reciclar materiales en España fueron los de vidrio, después llegaron los de papel y los de plástico, aceite usado, ropa. Pero esto no es suficiente, como ya sabes. El reciclaje es solo una pequeña parte de la economía circular.
En esta no solo reciclamos, sino que damos una nueva vida útil a esos productos. Obtenemos las materias primas, producimos el bien, lo consumimos y, en lugar de tirarlo, lo reutilizamos y lo reciclamos. Es un sistema que alarga mucho la vida útil de los productos y las materias primas. A la larga, hace que se produzcan muchos menos residuos. En resumen, es un modelo mucho más sostenible.
Se puede decir que de algún modo se inspira en los ciclos de la naturaleza, que es sabia, y en lugar de desechar, transforma. Piensa en un bosque, nadie lo limpia, pero mantiene su equilibrio, ¿no? Las hojas que caen al suelo acaban formando parte del mismo y alimentando a la vegetación futura. Buenas noticias. En España, en solo un año, el mercado de segunda mano ha aumentado en un veinticinco por ciento.
Son buenas noticias porque los españoles estamos cada vez más concienciados con darle una vida más larga a las cosas que compramos, electrónica, libros, ropa, objetos para el hogar. Los españoles no solo somos más sostenibles, que hace unos años, sino que también ahorramos unos euros con estas decisiones. Se dice que la economía circular se basa en el método de las siete r, porque sus características principales comienzan por esta letra. La primera vez que yo oí hablar de las erres fue en uno de mis primeros trabajos después de acabar la universidad. Trabajé para una empresa que fabricaba tazas de café reutilizables.
Esta es una de las erres de reutilizar. En España es muy poco habitual beber café para llevar take away, lo normal es beberlo en casa o en una cafetería, pero en otros países sí es más habitual beberte tu café de camino al trabajo. Así que una taza reutilizable es una muy buena opción de sostenibilidad. La verdad es que la mayoría de tazas de cartón acaban en vertederos y no se reciclan. Otra de las erres es de rediseño.
El modelo de economía circular es plenamente consciente de que, como hemos mencionado antes, los recursos son finitos y hay que disminuir el uso de las materias primas para evitar que se agoten. Por ello, revisar los diseños tradicionales para adaptarlos a un menor gasto de recursos es uno de sus principios básicos, en definitiva, ser más eficiente. Otra característica importante es la reducción en el consumo. Para ello tenemos que ser muy conscientes de nuestros hábitos de consumo y nuestras necesidades reales, de este modo elegiremos opciones más sostenibles. Aquí podemos hablar de comprar o consumir con cabeza.
Precisamente, una opción para consumir con cabeza es la reutilización. Ya hemos hablado del mercado de segunda mano en España. Consumir, por ejemplo, aparatos electrónicos reacondicionados. Son aparatos de segunda mano, pero como nuevos, con garantía. Si compramos productos tecnológicos reacondicionados, evitamos generar residuos y además alargamos la vida útil de algunos materiales bastante escasos.
El reacondicionamiento nos lleva al siguiente punto con una r, la r de reparación o arreglo. No sé si tú también recordarás que hace años era muy habitual que cuando los electrodomésticos se estropeaban o averiaban, se llevaban a reparar. Entonces, siempre era más barato repararlos que comprar uno nuevo. Esto también ocurría con otras cosas, como los zapatos. Cuando se iban desgastando por el uso, se llevaban al zapatero para que los arreglara.
En los últimos años, por el cambio de los hábitos de consumo, en España se están cerrando muchas tiendas de reparación de electrodomésticos y zapaterías. Aunque es triste, parece que muchos seguimos comprando cosas de usar y tirar. Muy relacionado con esto tenemos la renovación. ¿En qué consiste la renovación? Vamos a ver dos ejemplos.
Imagínate que tienes un vestido desde hace tiempo y te has aburrido ya de llevarlo, Pues probablemente con unos pequeños cambios te animes a alargar su vida útil. O, por ejemplo, decides hacer unos pequeños cambios en esa cómoda un mueble con cajones que iba a tirar tu abuela para darle una nueva vida y que encaje con tu estilo. Tal vez la pintas o le cambias alguna cosa y te la quedas. Una vez apurado el ciclo de vida útil de un producto, ya podríamos pensar en reciclarlo y recuperar los materiales que nos pueden servir para otra función. De esta manera, permanecen más tiempo en el sistema de producción y consumo.
Desde hace unos años parece que muchas personas tienen consciencia de esto, y esto hace que muchas empresas se estén sumando a esta consciencia social. A nivel industrial es muy importante que grandes empresas se sumen a la economía circular, porque contaminarán mucho menos y harán un uso mucho más inteligente de sus recursos. Pero lo cierto es que todos, a diario, tomamos decisiones que afectan al medio ambiente, y precisamente por eso podemos poner nuestro grano de arena, todos podemos colaborar y contribuir de alguna manera. De hecho, como habitantes del planeta Tierra, es nuestro deber protegerlo. A veces son decisiones pequeñas que marcan la diferencia.
Te doy como ejemplo una de las cosas que he hecho yo. Tengo una máquina de café de cápsulas y decidí comprar una de esas cápsulas que se rellenan, en lugar de generar un residuo de aluminio cada vez que tomo un café con cápsulas desechables. Todos podemos hacer pequeños cambios, todos podemos poner nuestro grano de arena. Vamos a dejarlo aquí por hoy, espero que hayas disfrutado del episodio y nos escuchamos en el próximo. Un abrazo grande.