Si consideras que este podcast es demasiado complicado para ti, también puedes escuchar mi otro podcast, Spanish for for forse beginners. Si eres oyente habitual, ya sabes que puedes aprender conmigo con mi curso Español Ágil, un programa online para estudiantes de nivel intermedio que quieren mejorar su español de forma estructurada y a su ritmo. Tú decides cuándo empiezas el curso, cuántas lecciones haces a la semana y cuándo estudias. Las inscripciones para el curso abren el martes treinta y uno de mayo, tienes toda la información en la página web. También tengo que decir, respecto al episodio anterior, donde hablábamos del silencio y del ruido de nuestra vida diaria, que muchas personas me han escrito para decirme que se sienten exactamente igual que yo, y que últimamente están intentando bajar el volumen del ruido de su día a día.
Yo tengo que volver a sugerir la meditación. Sé que si nunca la has practicado puede sonar un poco wish wishing, como se dice en inglés, algo difuso, pero créeme que es un ejercicio mental increíble para darle un respiro a nuestra cabeza y resetear. Y ahora sí, empezamos con el episodio de hoy, disfruta. Esta semana he vuelto a ver una comedia, una película que si no has visto todavía te recomiendo que veas. Es muy divertida y seguro que te vas a partir de risa con algunas escenas.
Hablo de Brightsmates, o como se tradujo al español, la boda de mi mejor amiga. Imagino que los productores de la película pensaron que la traducción literal de Brightsmates en español, es decir, damas de honor, no era un nombre lo suficientemente atractivo para el mercado hispano. Al mismo tiempo, creo que es un poco extraño que decidieran llamarla la boda de mi mejor amiga, porque ya existe otra peli noventera de los años noventa con un título similar, la boda de mi mejor amigo. Creo que mucha gente pensó que podía tratarse de una secuela de la peli noventera con Julia Roberts y Cameron Díaz. Bueno, no quiero enrollarme más.
El caso es que viendo esta película se me ocurrió hablar del tema de hoy, el compromiso y el miedo al compromiso. Las primeras escenas de la película muestran cómo la protagonista tiene una relación apasionada con un hombre. Sin embargo, parecen tener claro que no quieren que la relación se convierta en algo serio. Para ello, evitan cosas como quedarse a dormir en casa del otro o ir como invitado a la boda de su amiga, porque esa clase de cosas harían evidentes que su relación es más formal, que son novios. Es habitual en comedias románticas, y en la vida real también, ver este miedo al compromiso afectivo en muchas personas.
En el episodio de hoy vamos a hablar de esta clase de miedo al compromiso, pero también del compromiso con nuestro trabajo o del compromiso con el aprendizaje de un idioma, en tu caso, el español. Vamos a ver hasta qué punto es necesario el compromiso y por qué el miedo a este es tan habitual. La verdad es que si vamos al diccionario, la palabra compromiso se asocia con otros términos un poco negativos, como obligación o dificultad. Hay también muchas expresiones en español que usan esta palabra y que son muy frecuentes, merece la pena que las conozcas. Por ejemplo, si decimos que alguien está soltero, nos podemos quedar con la duda de si tiene pareja o no, ya que soltero también es un estado civil, como casado, divorciado o viudo.
Así que en muchas ocasiones se usa la expresión estar soltero y sin compromiso para dejar claro que no tenemos pareja. También podemos hacer algo por compromiso. En este caso hacemos algo por una obligación con algo o alguien. ¿Sabes cuándo vas a esa fiesta de tu amigo a la que no te apetece ir porque preferirías quedarte en casa, en pijama, viendo una peli? Pues cuando vas a la fiesta lo haces por compromiso, porque ya has dicho que sí y no quieres dejar tirado a tu amigo.
Otra expresión muy frecuente es estar en un compromiso, cuando alguien nos pone en una situación complicada. Imagina que Ana, tu compañera de trabajo, dice delante de todo el mundo, en una reunión, que tú no estás de acuerdo con los nuevos horarios. Quizás tú le hiciste ese comentario a Ana en confianza, y ahora ella te ha puesto en un compromiso, estás en un compromiso y tienes que aclarar la situación. Como decía al principio del episodio, en la ficción muchas veces hay personajes con un claro miedo al compromiso, personas que huyen del compromiso y prefieren tener únicamente amigos con derecho a roce. Es así como decimos en español friends with benefits, amigos con derecho a roce.
El roce es la acción de tocar a alguien. ¿Qué hay detrás de ese miedo a comprometerse en una relación seria? Pues aunque hay muchas razones por las que alguien puede tener miedo al compromiso, muchos expertos comparten la idea de que está basado en el temor, el miedo a perder a la persona que quieres y pasar por un periodo de sufrimiento. Pero esta preocupación no es del todo real. Este perfil de persona tiende a magnificar las consecuencias negativas de algo que no ha pasado, y solo es una anticipación de aquello que podría pasar y de cómo de mal se va a sentir si llega el momento.
Es increíble cómo a veces las personas preferimos no tener algo que nos gustaría tener antes de tenerlo con la posibilidad de perderlo algún día. Y a ver, es cierto que una ruptura de pareja o un divorcio es una mierda. Si eres un adulto es bastante probable que entiendas de lo que te hablo, se pasa mal, es doloroso. Yo recuerdo la ruptura con mi primera pareja después de casi dos años, vivíamos juntos y tuve que empezar de nuevo, en otro lugar y con otras rutinas, pero ahora solo. Es un proceso complicado, y como era mi primera ruptura, lo pasé mal, claro.
Una cosa que me ayudó mucho en las semanas posteriores a la ruptura fue escribir cómo me sentía. Al principio, cuando estaba muy reciente, pensaba que me gustaría no haber empezado nunca la relación. Pensaba ojalá no lo hubiera conocido nunca, ojalá nunca hubiéramos empezado a salir juntos. Las semanas pasaban y mi reflexión cambió. Recuerdo escribir una comparación de mi relación con una gran fiesta, una gran fiesta a la que fui y estuve bailando y riendo toda la noche.
También bebí demasiado alcohol. El domingo por la mañana me levanto cansado, sin energía y además con resaca, por el exceso de alcohol. Tengo dolor de cabeza y algo de náuseas. Me pregunto si ha merecido la pena ir a la fiesta, si ha merecido la pena estar ahora en la cama hecho un trapo, hecho una mierda. Un trapo, por cierto, es el trozo de tela con el que limpiamos la casa.
Mi respuesta es sí, sí, ha merecido la pena. Aunque la fiesta no ha sido perfecta, me lo he pasado muy bien, ha habido momentos muy divertidos y además he aprendido algunas cosas, por ejemplo, beber menos alcohol. En definitiva, se trata de atreverse a ser vulnerable y tomar el riesgo, si sale bien, estupendo, y si no sale bien, pues seguro que al menos nos llevamos un puñado de experiencias positivas y algún aprendizaje. Otras causas frecuentes del miedo al compromiso de estar en pareja son no querer perder la libertad individual o el miedo a tomar una decisión incorrecta. Recuerda que en español tomamos decisiones, no las hacemos, como en inglés.
Por supuesto, también hay personas que quieren estar solteras por convicción propia, y su decisión no está relacionada con ningún miedo al compromiso, simplemente han elegido esa opción, lo cual es muy respetable. He dicho que también íbamos a hablar del compromiso cuando aprendemos un nuevo idioma, y es que tú ya sabes bien que esto de aprender un idioma no es algo que se hace de la noche a la mañana, exige constancia y compromiso. Aunque hay personas que estudian español por obligación o por una necesidad profesional, por ejemplo, la mayoría lo hacen por decisión propia, se trata de un hobby que saben disfrutar. Pero no es un disfrute diario, sabes que hay que ser constante, pero en ocasiones en las que probablemente no te apetece ponerte a leer en español o ir a clase o escuchar este podcast. Y sin embargo, lo haces, y es que el compromiso es también estar dispuesto a decir no a otras alternativas y cumplir con nuestra decisión inicial.
Antes decíamos que el compromiso también era ser capaz de mostrarse vulnerable. Cuando se trata de aprender un idioma, ya sabes que este es un requisito indispensable, especialmente cuando se trata de hablar en español. Otro de los compromisos ineludibles, prácticamente inevitables para la mayoría de los mortales, es el trabajo. Hemos hablado varias veces de este tema. Si generaciones anteriores mantenían su trabajo durante décadas, las nuevas generaciones tienden a cambiar de trabajo de forma más frecuente.
Yo era uno de esos, era un culo de mal asiento, alguien que no puede estar en el mismo sitio mucho tiempo. Cambiaba de trabajo no por motivos económicos, sino por falta de motivación, de un reto nuevo. Obviamente las empresas son conscientes de esto y desde los departamentos de recursos humanos se intenta retener al personal, y no solo con dinero, ya que está demostrado que el factor salario es mucho menos importante de lo que se piensa. Lo bueno de mi trabajo actual, con mi propio proyecto, es que siempre puedo convertirlo en un nuevo reto, algo nuevo que aprender, ya que yo mismo decido lo que voy a hacer y puedo experimentar. A nivel profesional, este podcast es uno de los compromisos más grandes que he aceptado, y es que este podcast pertenece, y esto es también gracias a ti, al treinta y seis por ciento.
¿Qué ¿Qué treinta y seis por ciento? Te explico. En el dos mil veintiuno se llegó a la cifra de los dos millones de podcast disponibles en el mundo. Sin embargo, solo un treinta y seis por ciento de esos dos millones tenían más de diez episodios, es decir, un sesenta y cuatro por ciento de los pódcast nunca llegaron a los once episodios o más. Nosotros ya vamos por el noventa y tres, estamos rozando, tocando los cien episodios.
Mil gracias de nuevo. Esta cifra del sesenta y cuatro por ciento no me sorprende. A veces me pasa que busco un podcast que me gusta mucho y veo que su creador lo ha abandonado, ya no hay episodios nuevos. Y es que empezar un proyecto con ilusión es relativamente fácil, y cuando hablo de proyecto hablo de una relación, un trabajo, una nueva afición. Y es que el compromiso es la capacidad de continuar con algo mucho más tarde de la emoción en el momento inicial.
Esa emoción, esa ilusión que nos motivó a empezar algo. El compromiso es la decisión de continuar con tu relación, tu objetivo, tu proyecto, incluso en los momentos que son complicados. Lo difícil entonces es saber si debemos abandonar y cuándo hacerlo. Si hemos montado un restaurante que no funciona, ¿hasta qué punto debemos continuar y en qué momento cerrarlo para evitar perder más dinero? Si estamos en una relación de pareja que hace tiempo que no funciona, ¿cuánto tenemos que aguantar, esperar?
Hay algo que dicen mucho las personas mayores en España cuando hablan del amor y de las relaciones en personas jóvenes. Dicen algo así como los jóvenes de hoy en día aguantáis muy poco, antes nos casábamos para toda la vida y ahora cambiáis cada dos por tres. Yo no sé si los jóvenes de hoy en día aguantamos muy poco, quizás sí, pero también tengo claro que en el pasado se aguantaba demasiado. Conozco a hijos que desearían que sus padres se hubieran divorciado hace años, por ejemplo, pero había que aguantar. Por mucho dinero que tengamos en el banco, hay un recurso muy limitado para todas las personas, el tiempo.
No podemos comprometernos con todos ni con todo, y a veces hay que abandonar el barco sin que eso suponga un fracaso. La decisión complicada es esa, aguantamos, seguimos comprometidos o dejamos ir aquello que un día empezamos con ilusión. Vamos a dejarlo aquí por hoy, espero que hayas disfrutado del episodio y te espero con ganas en el próximo. Nos escuchamos entonces. Te deseo un buen resto de semana.
Un abrazo grande.