Por otra parte, y después de cuatro meses, las inscripciones a mi curso online de español abren de nuevo. Español Ágil es mi curso de español para estudiantes de nivel intermedio. Puedes ver toda la información en mi página web, y si quieres mejorar tu español conmigo, ten en cuenta que las inscripciones a nuevos estudiantes se abren el martes seis de septiembre. Bueno, en el anterior episodio te decía lo contento que estaba por haber desconectado de verdad en mis vacaciones, por haberme dejado llevar un poquito, haberme relajado. Pero como siempre, no es oro todo lo que reluce, no todo es como parece.
Esto te lo digo en varios sentidos. El primero es el del postureo. Esta palabra ya la conoces si has visto mis vídeos en YouTube o escuchas mi podcast para estudiantes avanzados. El postureo es la actitud artificiosa y artificial de la realidad. ¿Cuál es el mejor ejemplo de postureo?
Pues la red social Instagram. La semana pasada, en el aeropuerto de Menorca, estuve diez minutos seleccionando algunas de las fotos que quería compartir con mis amigos en mi cuenta personal de Instagram. Fotos de las aguas cristalinas de la isla, de las calas a las que fuimos, una cala es una playa pequeña, por cierto, de los restaurantes que visitamos o de la piscina tan bonita que teníamos en la casa que alquilamos con varios amigos. Después de estar varios minutos seleccionando cuidadosamente las fotos que quería compartir, decidí no hacerlo, al final no compartí nada. Me pregunté a mí mismo, a ver, César, ¿por qué quieres compartir esto?
Ninguna de las respuestas que me venían a la cabeza me gustaban, así que decidí no hacerlo. Todas las respuestas estaban relacionadas con mi ego y la necesidad de mostrarle a otros que yo también era uno de ellos. También pensé en hacer lo contrario a lo que mucha gente hace, es decir, en lugar de mostrar los highlights o momentos destacados del viaje, pensé que sería gracioso mostrar todo lo contrario, lo peor del viaje. El día que fuimos a una playa en la que había muchas algas y medusas, ese animal transparente que te puede picar con su veneno, el día en el que hizo mucho viento y las hamacas de la piscina se movían, o lo mareado y las náuseas que tenía cuando teníamos que coger el coche para ir a algún sitio, conduciendo por todas esas carreteras con curvas, o también la cantidad de moscas que había siempre en la casa, y que hacían que nos pusiéramos de los nervios. De nuevo, no es oro todo lo que reluce.
Al final, los momentos destacados y menos destacados de nuestro viaje quedan para mí y para las personas con las que me fui de vacaciones, nadie más. Por cierto, también quería contarte algo relacionado con el aprendizaje de idiomas y mi experiencia pasando estas vacaciones con un grupo de británicos. La primera, de nuevo, la importancia de no solo conocer el idioma, sino también la cultura del país. En algunas conversaciones tenía que estar callado porque literalmente no tenían nada que aportar. Cuando hablaban de algún político del pasado o de los programas de televisión que veían cuando eran niños, para mí era todo nuevo, no tenían ni idea de lo que decían.
Por otro lado, una de las últimas noches en la isla fuimos a un restaurante y uno de los camareros españoles nos sorprendió a todos con un perfecto acento británico, concretamente de Manchester. De hecho, ellos pensaron que había nacido allí, no podían notar ni el más mínimo toque de español cuando este hombre hablaba inglés. Nos confesó que su truco es estar casado desde hace casi treinta años con una mujer de Manchester. Te confieso que me puse muy celoso, porque sé que yo no tengo esa habilidad natural para imitar acentos que otras personas tienen. Cuando volví a la casa empecé a buscar escuelas en Londres para reducir my Spanish Accent.
Finalmente, deseché la idea y no voy a hacerlo. Como siempre digo a mis estudiantes, lo importante es pronunciar correctamente, para que te correctamente, para que te entiendan, no tener un acento nativo. En mi caso, a día de hoy, casi siempre me entienden, aunque nadie, nunca, haya pensado que soy británico cuando abro la boca. No pasa nada. Volviendo al tema de las vacaciones, también te digo que no es oro todo lo que reluce, porque a pesar de que las vacaciones me han gustado mucho y he conseguido desconectar, echaba de menos algo, mi rutina.
Ayer, uno de septiembre, el despertador volvió a sonar a las seis y veinte de la mañana, y no te voy a decir que me levanté con una sonrisa en la cara, porque estaría mintiendo, pero sí que echaba un poco de menos mi rutina, levantarme pronto, irme a la cafetería a trabajar y empezar el día con el café, que me prepara con mimo la camarera, también poder cocinar en casa, las recetas que normalmente preparo y hacer ejercicio. Hoy vamos a hablar de por qué es importante tener una rutina en nuestra vida en general, pero también para lograr tus objetivos con tu español, y cuáles son las mejores formas de crearla para tener éxito. Y antes de empezar, quiero hacer un disclaimer, un descargo de responsabilidad. Voy a hablar de las experiencias de estudiantes que conozco o de las mías propias, y de la opinión de expertos en este tema. Como siempre, no te tomes nada al pie de la letra, no todo es blanco o negro, no se trata de convertirse en un adicto a la maximización de nuestro tiempo, adicto a la productividad, a la eficiencia, no.
No sé tú, pero yo estoy un poco harto de ser bombardeado con trucos para ser más productivo, comer mejor, ganar más dinero, tener dientes más blancos o mejor pelo. Tú te conoces mejor que nadie y sabes qué es lo mejor para ti. Si estos consejos te pueden ayudar, perfecto. Cuando le dije a mi madre que iba a hablar sobre la importancia de la rutina, llegamos a la conclusión de que el concepto de rutina es siempre positivo. Nunca hablamos de malas rutinas, sino de malos hábitos.
Si vamos al diccionario, sin embargo, la definición es bastante neutra y define rutina como una costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas de manera más o menos automática. Solo puedo pensar en una expresión española en la que rutina tiene una connotación negativa, y es caer en la rutina. Se usa especialmente cuando se habla de relaciones de pareja, y cómo es importante no caer en la rutina para que la pasión continúe y reavivar la llama del amor. Bueno, esto es un tema para otro episodio. ¿Cómo crear una rutina de forma adecuada entonces?
Pues primero es importante administrar tu energía. No todos somos iguales, hay personas de mañanas y búhos, personas con mucha más energía por la tarde o por la noche. Yo soy definitivamente de mañanas y para mí sería muy difícil hacer cualquier trabajo intelectual a partir de las cinco de la tarde. Las tardes y la noche las reservo para actividades físicas como ir al gimnasio o limpiar la casa. Estudiar español es sin duda una tarea que requiere de tu intelecto.
Te recomiendo que reserves las actividades de producción como escribir o hablar en español cuando estés más fresco, con más energía. Actividades más pasivas, como escuchar este podcast, las puedes reservar cuando no estás en el pico de tu día. Por cierto, no hay nada mejor que tener una buena noche de sueño para tener un día con energía. Si te interesa este tema, te recomiendo que escuches el episodio número diecisiete de este podcast. También es importante tener en cuenta la famosa morning routine, que habla del impacto de nuestra mañana en el resto de nuestro día.
Ya conoces a esas personas que salen en YouTube y se levantan por la mañana, se hacen un zumo con probióticos, meditan treinta minutos, desayunan en familia, dedican un tiempo a la lectura y hacen yoga. Todo eso antes de las ocho de la mañana. Y obviamente estoy exagerando, estoy de broma, pero ya sabes de lo que te hablo. Yo nunca he conseguido estas mañanas tan maravillosas, pero sí que ponen mucho énfasis, los que saben de esto, en empezar la mañana sin demasiado estrés, no salir corriendo de casa con la tostada en la boca porque llegas tarde al trabajo. Básicamente, intentar empezar el día con buen pie.
Ten en cuenta también que tener una rutina no significa que tu día vaya a ser necesariamente muy productivo. Como siempre, la importancia de la tolerancia a la frustración. Puede que hayas organizado tu día muy bien y estés haciendo lo que se supone que tenías que estar haciendo, y sin embargo, las cosas no van demasiado bien ese día. Pues tienes un bloqueo mental que te tiene escribiendo el mismo mail durante veinte minutos, o vas a hacer deporte pero tienes una sesión bastante mediocre, pues somos humanos, ¿qué le vamos a hacer? Por último, no te olvides de incluir en tu rutina cosas que te gusta hacer.
La rutina no es solo para asuntos profesionales o de educación, también es bueno tenerla para recordarnos que es importante sacar tiempo para otras personas que nos importan para nuestras aficiones y tiempo para nosotros mismos. Te parecerá una tontería, pero siempre que viene alguien a Londres a visitarme y les enseño la ciudad, siempre pienso que no le saco todo el partido a la ciudad, que no la aprovecho al máximo. Así que desde hace meses tengo un recordatorio semanal para buscar algún plan divertido en la ciudad. Y no todas las semanas lo cumplo, pero al menos sí que consigo hacer muchas más cosas que antes de incluir este plan en mi rutina. Entonces, ¿por qué de la importancia de la rutina en nuestro día a día?
Pues primero porque nos da paz mental y una estructura que seguir. Cuando nos levantamos sabiendo lo que tenemos que hacer, nuestro cerebro no se agobia, sabe qué tiene que hacer a, b y c, cuándo y cómo. Y muchas veces cuando sufrimos la famosa parálisis por análisis, ese sentimiento de no saber qué hacer, es porque no tenemos un plan y nos perdemos en un mar de muchas posibilidades. Si ya sabemos lo que tenemos que hacer, lo único que necesitamos es tomar acción. Y este es precisamente otro de los beneficios de las rutinas, aumentan la eficiencia de lo que hacemos y además requiere de menos motivación o fuerza de voluntad, ya que nuestras acciones se convierten en actos automáticos.
Te recuerdo la definición de rutina, costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas de manera más o menos automática. El hecho de automatizar lo que hacemos, hace que por una cuestión de repetición lo hagamos cada vez mejor e incluso en menos tiempo, es decir, somos más eficientes. Además, estos procesos empiezan a salir de forma natural, no necesitamos necesariamente estar motivados para tomar acción, de la misma forma en la que no tenemos que estar motivados para lavarnos los dientes por la noche antes de ir a la cama, lo hacemos de forma automática. Y evidentemente, hay cosas que queremos hacer que requieren un mayor grado de motivación, pero no podemos confiar solo en ese factor. Te recuerdo además que la motivación no viene, sino que la tenemos que producir nosotros.
Recuerda el ciclo de producción de motivación del que hemos hablado tantas veces en este podcast y que puedes aplicar a tu español. Primero tomamos acción, hacemos algo que necesitamos hacer para ver resultados. Cuando esos resultados lleguen serán los que generen la motivación necesaria para continuar tomando acción, generando momentum, impulso. El ciclo no es motivación, acción, resultados, sino acción, resultados, motivación. Y ahora quiero leerte el comentario que me escribió uno de los estudiantes de mi curso español ágil al completarlo y que resume muy bien el poder de la rutina.
César, no puedo agradecerte lo suficiente por este curso, esta ha sido mi vida durante los últimos meses. Estudiar con César todas las mañanas, de lunes a viernes, y escuchar tus podcast mientras salgo a caminar. Tus explicaciones y ejemplos son excelentes, tu voz es clara y encantadora, y el estudio a mi ritmo ha sido perfecto para mí. Volveré a visitar este curso. Este estudiante creó una rutina sabiendo lo que tenía que hacer cada día, sin necesidad de pensar o planificar.
Simplemente dedicar un tiempo al aprendizaje pasivo con el podcast y otro tiempo a la producción del español haciendo las lecciones del curso. Se convirtió en un proceso automático. Obviamente, no tienes que usar mis recursos en tu rutina de estudio del español. Todo dependerá de tus necesidades, tu nivel y del tiempo que tengas. Pero hagas lo que hagas, te recomiendo tener una rutina y una estructura, no improvisar demasiado.
Yo ya te comenté hace varios episodios que había estado un poco perdido con la preparación de mi examen de inglés avanzado. Estaba un poco perdido entre tantos recursos y libros, y al final terminaba no haciendo nada, parálisis por análisis. Así que decidí simplificar y usar un programa de preparación del examen que me permite estudiar unos veinte minutos al día, simple y efectivo. Y ahora me gustaría saber tu opinión, ya sabes que puedes dejar un comentario en la web, en la página donde está la transcripción del episodio, y cuéntame, ¿eres una persona de rutinas o prefieres improvisar? ¿Tienes una rutina definida con tu aprendizaje del español?
Te leo en los comentarios. Y ahora sí, me despido hasta la próxima semana. Te mando un abrazo grande, chau chau.