En Roborama ya hemos dedicado varios vídeos a mostrar que eso de que somos una especie racional a lo mejor es un poco invent. Sí, pensamos mucho y somos capaces de seguir las leyes de la lógica si nos esforzamos. Y sí, somos la especie más inteligente y hemos creado auténticas maravillas con este trozo de carne, pero nuestro cerebro, más que una máquina de pensar con lógica, es una máquina de pensar útil. Una máquina para tener soluciones rápidas y suficientes para seguir en marcha en el día a día. Cosas como las emociones, los prejuicios, los estereotipos… Todo ello forma parte de nuestra forma de pensar más que leyes lógicas, funciones o algoritmos.
A menudo cosas muy absurdas se están influyendo en nuestro pensamiento sin que nos demos cuenta, introduciendo sesgos de lo más inesperados. Los psicólogos, en su infinita prospección del comportamiento humano, han sacado a la luz multitud de ellos. En el vídeo de hoy vamos a ver 5 de estos sesgos que dependen de cosas muy estúpidas. ¿Los tendrás tú mismo?
Mira todas las letras del alfabeto. ¿Cuál dirías que es tu favorita? Los seres humanos solemos mostrar una clara preferencia por las letras que forman parte de nuestro nombre, especialmente por la primera letra. Esto se conoce como efecto nombre-letra. Se considera parte de un fenómeno humano más general que defienden algunos investigadores llamado egocentrismo implícito, la preferencia inconsciente por las cosas que se relacionan con nosotros mismos.
Esta preferencia de letras se observa en diferentes culturas, con sus diferentes idiomas y alfabetos, y en personas de todos los sexos y edades. ¿Y qué importa algo tan irrelevante? Pensarás. Lo cierto es que hay estudios que apuntan a que esta preferencia está sesgando algunas pequeñas y no tan pequeñas decisiones en nuestro día a día. Por ejemplo, un estudio observó que los participantes bebían más cervezas y manipulaban la marca para que ésta tuviese la misma inicial que su nombre.
Otro hallazgo curioso. Un grupo de investigadores analizó los registros de donaciones en diferentes catástrofes causadas por huracanes y comprobaron que compartir inicial de nombre con un huracán aumentaba la probabilidad de haber hecho una donación a sus víctimas. Tu crash está viniendo, actúa normal. O no. Quizás prefieras hacer el ridículo cuando te cruces con esa persona después de conocer el efecto Prattfall, Aunque has de saber que solo funciona si eres una persona de habilidades superiores.
Investigadores de la Universidad de Texas mostraron a un grupo de sujetos un video en que se podía ver a un chico petándole en un concurso de preguntas, mientras que al otro grupo le mostraron un video en que se veía al mismo chico no yéndole tan bien. A la mitad de cada uno de esos grupos, además, les pusieron una cinta en que se veía al mismo chico cometiendo una torpeza, como tirarse un café encima. Vieron que el chico listo que cometía una torpeza era visto como más atractivo que el chico listo solo. Estos como más atractivos que el chico no tan listo y este a su vez más atractivo que el chico no tan listo y torpe. Este es el efecto Pratt-Vaughn.
El cambio en el activo de una persona por cometer una torpeza mediado por la habilidad percibida de esa persona. Esta es una historia curiosa. ¿Eres fan de Cómo conocí a vuestra madre? Si es así, quizás te suene el efecto Cheerleader.
¿Qué tal esas chicas? ¿Están calientes? No están calientes. Has sido víctima de... El efecto de la chica.
Me
alegro de que
me lo preguntes El efecto
de la
chirurría es cuando una grupa de mujeres parece caliente Pero solo como una grupa Tome un buen y duro vistazo a cada una de esas chicas Individualmente
Dos investigadores de la Universidad de California San Diego quisieron comprobar si este efecto era verdad o una mera ilusión de Barnier-Stinson. Y comprobaron que era un efecto que ocurría realmente. Los rostros presentados en grupo eran puntuados como más atractivos que los mismos rostros presentados individualmente, tanto si eran masculinos como femeninos. Lo curioso es que este efecto no se da sólo cuando juzgamos rostros, sino también cuando juzgamos lo apetitoso de la comida o lo bonita que es una casa. Parece que a nuestro cerebro le parece que cuanto más, mejor.
Este efecto es el hermano gemelo del efecto nombre-letra. Resulta que las personas mostramos también una preferencia implícita por los números que componen nuestro cumpleaños. ¿Qué cosas curiosas se han desvelado con este efecto? Unos investigadores dieron a leer a unos sujetos una breve biografía de Rasputín, pero a la mitad le dieron una biografía modificada de modo que el cumpleaños del famoso ruso coincidiera con el del lector. Observaron que la simpatía que mostró este grupo por Rasputín fue significativamente mayor que el grupo sin coincidencia, a pesar de que la biografía le dejase por los suelos.
Otro laboratorio observó que cuando a los sujetos les decía que el compañero con el que estaban jugando al clásico dilema del prisionero compartía su cumpleaños, éstos tendían a tomar más decisiones cooperativas que si no lo compartía. También se ha visto que si se presenta a una persona bajo un código igual a la fecha del cumpleaños de un sujeto, este sujeto mostrará una preferencia por esa persona. Como ves, algo tan banal como un número puede suponer una gran diferencia. En 1981 se publicó en la revista Science el artículo en que los famosos psicólogos Seymour Tversky y Daniel Kahneman presentaron al mundo el llamado efecto Marko, otro gran clavo en el ataúd de la lógica humana. Este es el problema clásico.
Imagina que los Estados Unidos se están preparando para el azote de una nueva enfermedad asiática, la cual se prevé que va a acabar con 600 vidas. Las autoridades han propuesto dos posibles tratamientos. El tratamiento A salvará a 200 personas. El tratamiento B tendrá un 33% de posibilidades de salvar a las 600 personas y un 66% de posibilidades de que ninguna persona se salve. Ante este escenario, la gran mayoría de las personas elige el tratamiento A.
Prefieren asegurar 200 vidas a dejar en manos de la probabilidad el salvar a 600. Pero aquí viene lo curioso. Cambiemos los posibles tratamientos. El tratamiento C matará a 400 personas. El tratamiento D tendrá un 33% de posibilidades de que nadie muera y un 66% de que mueran 600 personas.
Ante este escenario, la gran mayoría elige atentar a la suerte con el tratamiento D en vez de mandar al hoyo a 400 personas directamente. ¿Qué es lo divertido? Que las proporciones de ambos dilemas son exactamente las mismas. Lo único que diferencia el escenario AB del DC es que uno se formula en términos de ganancias y el otro en términos de pérdidas. Cuando se habla de ganancias, los humanos evitamos el riesgo, Pero cuando se habla de pérdidas, el riesgo es más atractivo.
Aunque el balance entre pérdida y ganancia sea el mismo en ambos escenarios, nuestros cerebros procesan diferente en función de cómo se ha presentado la información. Nunca subestimes el poder de la palabra.
Como ves muchas veces cosas pequeñas como un número, estar o no estar en grupo o qué palabras se utilizan para decir algo pueden marcar una gran diferencia. Espero que te haya gustado conocer estos sesgos y empieces a ser consciente de cómo pueden estar afectando en tu día a día, desde tus relaciones hasta tus decisiones de compra. Son pequeños sesgos estúpidos, pero sesgos al fin y al cabo. Hasta aquí este vídeo sobre 5 sesgos estúpidos que tenemos los seres humanos. Te recuerdo que si quieres apoyar el canal ahora puedes llevarte a casa esta lámina para tener siempre presente que piensas con un trozo de carne.
Un trozo de carne es Skap. Y si quieres seguir descubriendo las cosas más curiosas de tu comportamiento no olvides suscribirte al canal. Subtítulos
realizados por la comunidad de Amara.org