00:00
11:20
Este vídeo está patrocinado por Nextory. Quiero que te imagines dos futuros distintos.

En uno de ellos mantienes tu actitud perezosa, procrastinas a diario, te dejas llevar por tu desgana y vives tu día a día sin aprovechar tu tiempo para crecer. Pero en el otro aprendes cómo superar tu pereza. Empiezas a tomar acciones pequeñas pero constantes. Obtienes resultados que transforman poco a poco la persona que eres. Y te levantas cada mañana animado y con ganas de darlo todo.

Y ahora dime, ¿cuál de esos dos futuros piensas vivir? Porque tienes que elegir uno, y esa es una decisión que solo puedes tomar. Además, Con la inmensa cantidad de estímulos y vicios digitales que tenemos al alcance de nuestra mano, las cosas se están poniendo cada vez más difíciles, así que cuanto antes actuemos para perseguir ese futuro que realmente deseamos, mejor. Pero hay un enemigo que va a impedir que avancemos en esta dirección, y que todos debemos aprender a identificar dentro de nosotros y a tomar acciones para vencerlo. Y este enemigo es la pereza.

Mirad, la pereza es una palabra que solemos tomar muy a la ligera, como si no tuviera mucha relevancia. Y es precisamente porque no le damos tanta importancia y todo el mundo parece aceptarla que terminamos dejando que se meta en nuestra cabeza y se asiente. Como si fuera un okupa en un chalet recién construido. Pero creedme, el espacio que esa pereza tenga en vuestras vidas es lo que va a determinar hasta donde lleguéis y os satisfecho que terminéis sintiéndoos con vosotros mismos. Y por este motivo he querido hacer este vídeo guía con todas las acciones prácticas que podemos tomar para vencerla y evitar que condicione nuestras vidas.

Los puntos que vamos a ver ahora son los que he aplicado en mi vida y los que sigo aplicando a día de hoy, y puedo confirmar sin ninguna duda que funcionan. Pero claro, solo lo harán si te comprometes con ellos y te tomas esto en serio. Si estás buscando una serie de trucos mágicos que borren la pereza de la noche a la mañana, va a ser mejor que te largues de aquí. Pero si estás dispuesto a hacerlo, quédate, porque seguro que sacas valor de este vídeo. Así que sin enrollarnos más, vamos a ello.

Paso número 1. Identifica al enemigo y controla su entrada. La pereza surge cuando tenemos que afrontar tareas que percibimos como costosas o tediosas, es decir, prácticamente todas las que nos pueden hacer crecer. Y las percibimos como costosas porque, primero, no estamos acostumbrados a ellas, y segundo, porque la recompensa de su realización no es inmediata. Como no obtenemos beneficios claros ni rápidos, a nuestro cerebro le cuesta mucho percibirlas como algo que deberíamos hacer.

Y como que tenemos otros estímulos que liberan mucha dopamina y a los que podemos acceder sin ninguna dificultad, nuestro comportamiento va a tender a recurrir a ellos para obtener placer. Básicamente, cuanto más recurramos a cosas como el móvil o la televisión, más vamos a percibir esas actividades como favorables y más pereza nos va a dar hacer aquellas que nos vienen bien de verdad. La dopamina tiene una influencia enorme en la pereza y la desgana. Cuanto más la liberemos respecto a algo concreto, menor pereza nos va a dar. Pero si la liberamos en grandes cantidades mediante las vías digitales, nos acostumbraremos a ellas, por lo que la dopamina que liberan cosas como leer o ir al gimnasio nos parecerá demasiado poca como para animarnos a actuar.

Así que lo primero que debes hacer es reacondicionar tu sistema de recompensa y reducir cuanto antes esa dopamina barata. Reduce el uso de las pantallas, especialmente por la noche. Deja de ver tanto la televisión. Suprime el contenido para adultos. Y controla el uso que haces de las redes sociales.

Incluso puedes hacer un ayuno de dopamina de unos cuantos días para volver a tus niveles normales con más eficacia. Una vez mejoremos en este aspecto, todas esas actividades más difíciles nos apetecerán un poco más, lo que nos llevaría al segundo paso, que es arrancar tu motor interno y vencer tus resistencias iniciales. Hay una frase que dice, los mediocres esperan a que les llegue la inspiración para actuar, pero los exitosos actúan incluso cuando no tienen ganas de hacerlo. Mira, que te quede claro, lo más probable es que al principio no tengas ganas de actuar, o al menos no demasiadas. Pero eso no importa, puedes hacer las cosas incluso si no te apetece hacerlas.

Y por eso no debemos esperar a que un día nos levantemos llenos de motivación, No, porque si hacemos eso dependeremos de nuestra emocionalidad y eso jamás nos va a dar buenos resultados. A tu cerebro le encanta ahorrar energía, y como forjar hábitos requiere de mucha, va a tratar de convencerte de que te quedes en el mismo punto insatisfactorio en el que estás. Así que para vencer nuestras resistencias iniciales, lo que deberemos hacer es introducir esos hábitos de forma simple y con vaselina, por así decirlo. Si tienes que incorporar el entrenamiento, empieza entrenando 20 minutos dos o tres días a la semana. Si quieres mejorar tu estabilidad mental, medita 5 minutos al día.

O si quieres adquirir el hábito de la lectura, lee 5 o 10 páginas diarias. Sí, me pillas, grabando. Es que también se me ha ocurrido que puedes decirles que se apunten a Nextory, que les va a hacer la vida mucho más fácil. Joder, esa es buena tío. Aunque no quita el hecho de que me hayas interrumpido, así que si me haces el favor, cierra la puerta cuando salgas, ¿vale?

Y diles que ahí tienen los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, que para lo que estás explicando les puede venir de perlas. Que sí, macho, ahora se lo comento, pero déjame seguir, anda. Vale, vale, ya me voy. Qué pesado. Pero bueno, tienes razón.

Si quieres adquirir nuevos conocimientos y acceder a todo tipo de libros y audiolibros, lo mejor que puedes hacer es unirte a Nextory. Y por si has estado viviendo en una cueva todo este tiempo y no la conoces, Nextory es una plataforma de ebooks y audiolibros con un catálogo inmenso de títulos entre los que puedes elegir. Si no quieres gastarte un pastizal en libros pero igualmente te gusta la variedad, O si eres como yo y te gusta tenerlos a mano estés donde estés, sin duda, Nextory es la mejor opción por la que puedes decantarte. Su interfaz sencilla e intuitiva, las distintas herramientas con las que cuenta para mejorar la experiencia, o la enorme cantidad de obras de múltiples categorías que contiene, hacen que esta plataforma aporte un valor difícil de igualar. Y además, después de mucho trabajo ya tengo terminado mi audiolibro y dentro de muy poco lo publicaré en exclusiva aquí.

Así que si te interesa, te recomiendo mucho que te registres desde el link que dejaré en la descripción, donde podrás encontrar mis recomendaciones personales y podrás acceder a todo su catálogo durante 45 días completamente gratis. O también puedes utilizar el código DUCHA45 cuando vayas a registrarte, como prefieras. En cualquier caso, esta es una opción estupenda para meterte de lleno en este mundo de una forma accesible y sencilla. Y volviendo al punto que estábamos tratando, la clave es asumir ese pequeño esfuerzo durante la etapa inicial de asentamiento de los hábitos que quieras incorporar. Una vez lo repitamos durante un tiempo concreto, que suele ser de tres semanas a dos meses aproximadamente, todo se vuelve muchísimo más sencillo y esas resistencias desaparecen.

Ahora bien, una cosa es tener el hábito en el presente y otra muy distinta es mantener el hábito en el largo plazo, para lo cual deberemos integrar el tercer paso, que es crear un plan de seguimiento para rendir cuentas. Si solo dependemos de nuestra mente, va a ser muy difícil mantener esa consistencia que suprimirá la pereza y nos hará percibirnos como personas disciplinadas. Por eso es muy importante que desarrollemos un sistema de seguimiento que nos haga rendirnos cuentas con nosotros mismos y minimize las probabilidades de fallar. En este punto definiremos con mayor exactitud todo lo relativo a esos hábitos que deseamos incorporar y cómo vamos a realizarlos cada semana. En esencia, deberemos dejar por escrito tres aspectos fundamentales.

Primero, qué hábitos vamos a realizar. Segundo, cuánto tiempo y en qué momento del día vamos a realizarlos. Y tercero, los días de la semana exactos en los que los vamos a ejecutar. Por ejemplo, si es en cuanto al entrenamiento, en mi caso sería entrenar lunes, martes, jueves y viernes, una hora cada día y siempre según vuelvo del trabajo, sobre las 5 de la tarde. O con la meditación, en mi caso sería meditar todos los días durante 15 minutos, y en 3 semanas antes de irme a dormir, y los fines de semana después de desayunar.

Cuanto más definido esté todo, menos vamos a depender de nuestras ganas, y menos nos vamos a autosabotear. Y una vez tengamos esa definición, lo siguiente es llevar un sistema de seguimiento en el que registremos qué días cumplimos y qué días fallamos para rendirnos cuentas a nosotros mismos. Puede ser en tu móvil, en una agenda o en un calendario. Yo por ejemplo lo hago en un calendario que tengo en la cocina, y cada noche registro los hábitos con los que hago mi seguimiento. La cuestión es que cada día notes todo lo que has hecho o lo que no has hecho, y vayas intentando mejorar gradualmente ese cumplimiento, como si te estuvieras examinando a ti mismo.

Y por último, debes seguir incorporando nuevas acciones que refuercen la inercia de tu motor. Si aplicas todo lo que hemos comentado hasta ahora, 10 por seguro que vas a destruir tu pereza y vas a poder avanzar con mucha mayor eficiencia. Pero si quieres pasar al siguiente nivel, mantener tu mente en movimiento y potenciar tu desarrollo, te recomiendo encarecidamente que nunca dejes de aprender cosas nuevas. Es decir, que una vez hayas asentado esos buenos hábitos básicos para tu bienestar, lo que serían los 4 super hábitos que comenté en su día, lo mejor que puedes hacer es ir incorporando otros nuevos según tus preferencias. Si te atrae la música, puedes aprender a tocar el instrumento que te apetezca.

O si te atrae un idioma concreto, puedes tomar clases particulares para dominarlo. Por mucho que tus hábitos estén optimizados en el presente, va a haber un punto en el que te sientas cómodo con ellos y dejen de suponer un esfuerzo. Y es justo en ese punto cuando puede que empieces a fallar, que ocurra algo en tu vida que te sacuda y pierdas tus rutinas o que te sientas igualmente atascado porque ya no mejoras. Por muy buena que sea una espada, siempre deberá afilarse cada cierto tiempo, y creo que lo mismo deberíamos hacer nosotros. Revisa tus rutinas de vez en cuando, mantén tu mente en movimiento y nunca dejes de aprender cosas que te generen cierto interés.

La pereza pierde su poder cuando dejamos de percibirnos como personas perezosas, y para ello es imprescindible que cumplas con todo lo que acabamos de ver. Además, esto ya no solo la suprimirá de la ecuación, sino que también será un seguro para que no regrese más adelante. Y por hacer un breve resumen de todo lo visto, recordemos que los pasos a seguir son Primero, reconocer de dónde proviene la pereza y controlar su entrada Segundo, arrancar tu motor interno y aguantar hasta vencer las resistencias iniciales Tercero, crear un plan de seguimiento para rendirnos cuentas a nosotros mismos y no fallar en exceso. Y cuarto, seguir incorporando nuevos hábitos y aprendiendo nuevas habilidades para reforzar la inercia de nuestro motor. Todos sentimos pereza en algún momento, eso es inevitable.

Lo que realmente nos diferencia unos de otros es lo que hacemos cuando aparece en escena. Ya sabes que si quieres trabajar conmigo, puedes reservar una consulta a través de mi web, laduchafría.com. Y recuerda que abajo te dejaré el link para que aproveches tus 45 días gratis en Nextory y puedas acceder a todo su catálogo. Sin más que añadir, espero que pases una buena y productiva semana y nos vemos pronto. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org