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Imaginemos nuestra mente como un vaso de agua con tierra en su interior. Esta tierra simboliza los estados mentales negativos, como la ira, la envidia, la lujuria y la tristeza. Al igual que ocurre con el agua, nuestra mente se ve enturbiada por estos sentimientos, evitando que pensemos con claridad y haciéndonos sentir desgraciados y miserables. Cuando dejamos reposar el agua sin agitarla, los sedimentos se van depositando lentamente en el fondo del vaso, haciendo que el agua vuelva a estar clara. Es decir, si no nos exponemos a las fuentes de estos sentimientos, podremos disfrutar de un estado mental feliz y sereno.

Sin embargo, estos sentimientos siempre estarán en nuestra mente, y ante determinados acontecimientos despertarán, haciendo que aceleren de nuevo y tomen el control sobre nosotros. Entendemos entonces que o bien debemos dejar el agua completamente quieta, o bien debemos aprender a que no se agite cuando se mueva. El primer caso supondría encerrarse en casa para evitar cualquier tipo de perturbación, ya que cualquier interacción con el exterior está sujeta a la posibilidad de que ocurra algo que nos afecte negativamente. Y el segundo caso implica aprender a que los sentimientos negativos se queden dormidos en nuestro interior, mientras nosotros seguimos haciendo vida de forma normal.

Y es aquí donde reside la verdadera estabilidad mental, así que vamos a profundizar en el porqué y en

el cómo debemos obtener esta capacidad y para ello nos vamos a servir de la célebre pirámide de Maslow.

Este psicólogo estadounidense estableció la jerarquía de las necesidades humanas a través de cinco divisiones, entendiendo que una vez satisfechas las de menor nivel, el ser humano tiende a tratar de alcanzarlas de mayor nivel de forma instintiva. En las sociedades modernas, las necesidades fisiológicas, de seguridad y de afiliación están prácticamente cubiertas en su totalidad. No nos preocupamos por si tendremos o no comida, una cama en la que dormir, un entorno que nos permita estar seguros

o un amigo o un familiar con el que poder hablar y compartir nuestras opiniones.

Damos por sentado que son cosas que tendremos siempre, y sentimos que son elementos sobre los que tenemos control, por

lo que no invertimos tiempo ni energía en preocuparnos por ellas.

Es a partir del cuarto nivel donde comienzan los nuevos problemas mentales, ya que al no poder cubrir alguna de las necesidades de los dos niveles superiores, tendemos a frustrarnos con mayor facilidad y a percibir nuestra vida como algo sin sentido, y obviamente esto nos perturba. La mayoría de las personas se quedan estancadas en el cuarto nivel, ya que sienten que no pueden alcanzar el éxito

en sus vidas, y que cuando realizan algo que ellos consideran un paso hacia adelante para alcanzar este éxito, no se les reconoce por ello, y es aquí donde reside el primer problema que evita que podamos disfrutar de

una mente estable, en la propia definición del éxito. Cuando nos hablan de una persona exitosa, nos imaginamos a personas con dinero, poder y relevancia en

el ámbito social, pero jamás nos han relacionado el éxito con la estabilidad, la tranquilidad o el autocontrol.

De hecho vemos por las noticias que las personas a las que atribuimos este éxito ficticio suelen acabar con problemas psicológicos, de drogadicción o con rayertas familiares por temas económicos, cosas que están lejísimos de traer la felicidad. Queda claro entonces que las cosas que atribuimos a este éxito ostentoso son desencadenantes de hacernos sentir desgraciados, por

lo que no deberíamos buscar

la estabilidad mental en ellos. En este sentido, algo muy útil que podemos hacer es evitar, en la medida de lo posible, exponernos a este tipo de estímulos.

Como por ejemplo no ver ciertos programas de televisión que utilizan las discusiones y la manipulación para crear entretenimiento, dejar de seguir a ciertas personas que demuestran en su día a día que no tienen valores morales y cuya vida es un ejemplo de excesos perjudiciales, o evitar basarnos en discursos de odio para cimentar nuestras creencias. Al final el ser humano es como una esponja, y si nos exponemos a este tipo de contenido sin ningún control, acabaremos incorporándolo en nosotros, y eso evitará que nos podamos sentir bien. Es como el padre que fuma delante de su hijo desde que es pequeño y

al final se sorprende de que su hijo comienza a fumar. Por desgracia esto es algo que no se enseña y evitaría muchísimos de los problemas que tenemos en la actualidad. Creemos que

el simple hecho de observar y escuchar algo no tendrá ninguna influencia sobre nosotros,

y esto no es así.

Una vez comprendamos que el éxito personal depende de nosotros y no de lo que otros consideren exitoso podremos avanzar al último nivel, en el que comenzaremos a preocuparnos, ya con la mente más abierta, de todos los elementos que harán que tengas una mente completamente estable. La moralidad de nuestras acciones, la empatía con el resto de las personas, la capacidad de aceptar lo que ocurra y utilizarlo para seguir avanzando hacia nuestros objetivos en lugar de frenarnos, son capacidades que sólo una mente estable puede dominar y que, recíprocamente, dotan de mayor estabilidad a nuestra mente. Trata de ser consciente de todo esto Y la siguiente vez que vayas a hacer algo, pregúntate si es lo correcto. Si vas a decir algo sobre alguien, considera cómo afectará a la otra persona. Y si fallas en alguna tarea, piensa cómo utilizar esta experiencia para no volver a fallar.

Al final, la estabilidad mental depende completamente de

la conciencia, así que cuanto

más consciente seas de todo lo que te rodea y mejor comprendas cómo gestionar en tu interior todos los estímulos que recibes, mejor te sentirás contigo mismo y te darás cuenta de

que la solución a tus problemas está en ti, no en el exterior.

Espero que si has llegado hasta aquí tu vaso se vea un poco más claro y ahora que sabes las razones por las que no lo está, puedas trabajar para mejorarlo. Muchas gracias por llegar hasta el final. Y si te ha gustado el vídeo y te ha parecido útil, no dudes en darle a like y suscribirte. Nos vemos en el próximo vídeo.